26 de Abril
Los días transcurrieron con suma rapidez, habíamos ensayado lo suficiente para que todo sonará absolutamente perfecto.
—¿Te queda bien? ¿Se te hace cómodo? —pregunto Conrad ayudándome con el extraño corbatín de la camisa, un traje a juego que el había planeado.—
—No te preocupes conejito, es cómodo. —repetí por milésima vez mientras esté caminaba de lado a lado nervioso con aquel traje negro de mangas holgadas—
—Bien.. tenemos la capa, el violín —se paro en seco— ¡¿las coronas?!
—Ya están en el coche Conrad, no te preocupes —sonrei abrazándolo— tenemos todo.
—Estoy nervioso.. —murmuro pasando sus manos por mis hombros—
—No debes estarlo, eres sensacional. —acaricie su mejilla y este apoyo su mejilla con más fuerza contra mi mano— tu eres el talento en persona conejito.
—Me encanta estar contigo.
Junto su frente con la mía y ambos nos relajamos por un par de segundos, gozando de la cercanía del otro.
—¿Están listos? —dijo Bleu saliendo de la habitación, terminando de abrochar los pendientes que hacían juego con el collar plateado de su cuello—
—Te ves hermosa —sonrei acercándome a ella quien traía un vestido para esta noche, uno con vuelos de color celeste pastel—
—Lo sé. —sonrió acariciando mi cabello— tu también luces sensacional..
Mire la hora en el reloj de la sala y suspiré dejando todos los nervios en casa.
—Ya es hora. —dije y asintieron caminando fuera del departamento, yendo al auto.—
Conduje por la ciudad en dirección al teatro, Conrad evitaba hablar pero se mantenía haciendo ejercicios para su voz, el le llamaba "calentar", se preparaba como si toda su vida hubiera esperado aquel momento, y así era.
El sol bajaba, comenzaba a esconderse tras los grandes edificios de New York. El semáforo se tornó de rojo, aprovechando el corto tiempo para tomar la mano de Conrad que iba en el copiloto.
Nos estacionamos frente al teatro, la gente ya comenzaba a hacer fila para entrar al lugar. Le entregué las entradas a Bleu, y caminamos con Conrad por una entrada trasera especial para los participantes. Las luces iluminaban con claridad el escenario. Mantenía mi violín en mi mano, tomándolo de la manilla de su estuche con fuerza.
Querida Colette, está noche brillaremos tanto como tú en cada luna llena.
—¡Hola! Me dicen sus nombres por favor —paso una chica anotando, Conrad respondió por el y por mi con ternura, como es habitual en el y la chica agradeció— ¿quieren maquillarse? —pregunto y Conrad asintió— perfecto pasen por acá.
Aquella nos indico con amabilidad donde sentarnos y sin más otra mujer apareció.
—algo sencillo?
Preguntó y Conrad le enseño algo de su celular, está asintió y algún tiempo después yacíamos con la capa puesta, una capa de estrellas semi transparente, ya con un maquillaje.. bonito, todo tenía que llevar estrellas y por supuesto nuestro maquillaje igual. Sosteníamos las coronas mientras mirábamos a las personas que subían al escenario. Eran buenos, muy buenos.
Su aura nerviosa comenzaba a hacerse presente, miraba con total atención los movimientos, el como cantaban, miraba todo con suma atención, tornando sus expresiones algo decaídas. Me acerqué a él, lo envolví entre mis brazos, apegando mi pecho a su espalda.
ESTÁS LEYENDO
Metanoia.
RomanceUna historia complicada de la vida entre Azora Homelund, un chico peculiar en un proceso de transformación respecto a su visión contra el romance, aquel chico dulce, cálido y tierno, Conrad Miller cambiará por completo la vida de él.