—intento hacer tiempo, tengo miedo Azora. —lo detuve antes de que pudiera moverse—
—¿miedo de que?. —Fue amable, se puso de cuclillas frente a mi esperando una respuesta. Sus ojos azules me miraban con una curiosidad poco habitual en el, mis ojos no podían salir de los suyos y aquel soltó una vaga sonrisa.— ¿dejaras de mirarme así?, Te noto raro conejito, ¿Que sucede?..
—realmente no quiero que vayas a mi mansión con mis padres ahí —murmure escondiendo mi cabeza en mis rodillas—
—¿por qué te asusta tanto que sepan que eres gay Conrad?, ¿o te asusta que sepan que estás conmigo?
—no, no es eso —lo mire directamente— para nada es eso Azora... Simplemente no quiero tener problemas con ellos, los conozco muy bien y- —mi teléfono volvió a vibrar pero no conteste, en su lugar lágrimas comenzaron a salir sin poder detenerlas— No quiero que mi padre te haga algo Azora, no quiero que te incomoden con preguntas, o te hagan sentir miserable..
—no lo harán, nadie puede hacerme sentir miserable Conrad Miller, no tienes de que preocuparte —dejo un beso en mi frente— tal como quieres cuidarme yo quiero hacerlo, no quiero que te regañen por algo que no es tu culpa.. —sus manos me tomaron de las quijadas con ternura, limpiando con sus pulgares las lágrimas desordenadas que no paraban de salir— Vamos antes de que todo empeore ¿Si?
—tienes moratones notorios Azora.. te harán aún más preguntas.. —avise y este nego atando su cabello en una coleta—
—siempre miran mi piel sin disimulo, que más da.
—estoy realmente asustado.. —susurre y este sonrió tomándome entre sus brazos, cargándome hasta su coche sin dificultad—
—temas o no, quieras o no, estaré contigo niño. Cuando tú tengas miedo te aseguro que yo no lo tendré, me encargaré de cuidarte incluso de mi. —dejo un beso en mi frente comenzando a conducir camino a mi castillo—
Pasado el rato llegamos a mi mansión, mis pies se arrastraron fuera del coche, yo no quería bajarme. Azora salió del otro lado y fue ahí donde mis padres molestos salieron de la mansión a recibirme.
—Donde estabas jovencito. —inquirió mamá—
—Estaba conmigo señora Miller, lamento la demora —habló Azora posándose a mi lado—
—Si.. si te recuerdo.. eres A... —habló dudosa de sus palabras—
—¡Azora! —Saludo Mary llegando con alegría, dándole un abrazo que para mí sorpresa no negó— ¿cómo estás cariño? —saludo con dulzura al de bellas manchas y este sonrió con ternura saludándola devuelta—
—¿Lo conoces? —preguntó El señor Miller intentando calmar su ira delante de Azora.—
—Por supuesto, el es amigo de nuestro Conrad —sonrió y asentí—
—¿Gustas pasar? —preguntó mamá y mi dura y juzgante mirada no fue suficiente para detenerlo—
—Claro —soltó y sonreí forzadamente caminando dentro con ellos—
Mamá lo invito a la sala de estar, todos nos sentamos en el sofá de color beige, y Mary trajo tazas de té negro.
Sus ojos se topaban con los míos, los míos le suplicaban que se fuera antes de que fuera muy tarde.
—Entonces, Azora.. cuéntame de ti.— inquirió mamá sentada con las piernas cruzadas—
—Usted es la que quiere saber, con gusto puedo responder lo que desee señora Miller. —respondió Azora educadamente—
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Metanoia.
Roman d'amourUna historia complicada de la vida entre Azora Homelund, un chico peculiar en un proceso de transformación respecto a su visión contra el romance, aquel chico dulce, cálido y tierno, Conrad Miller cambiará por completo la vida de él.