—Buenos días Holmelund, ¿podemos hablar? Se trata de Conrad. —Apareció la figura esbelta vestida de traje del señor Miller, como siempre con sus modales sobrepuestos en una persona sin respeto alguno por las personas.— ¿Conrad está aquí contigo?
—De hecho se fue hace un rato, pero si gusta-
—No te preocupes, el sabe llegar a casa y necesito hablar a solas contigo. —sonrió con maldad, con intenciones pero sonreí, sonreí sabiendo lo que pasaría, o creyendo que lo sabía—
—Adelante Señor Miller.—deje que pasara, mire a ambos lados y cerré la puerta.— ¿Café? —pregunte por educación—
—Si, gracias. —contesto intentando ser amable.—
Rápidamente fui a la cocina y serví café caliente, y tras pasar fuera de la puerta de Bleu di un silbido que solo nosotros podíamos reconocer, silbido desapercibido que podía pasar por una canción aleatoria. Tome el mazo de cartas cerca de mi y deje la taza frente a él
—A lo que voy es que-
—¿Juega cartas?—interrumpí y aquel me dió una mirada desentendida—
—tal vez luego, quiero hablarte de-
—Si no jugamos no hablaré Señor Miller, estamos en mi territorio, por lo tanto son mis reglas. —sonreí de forma imperceptible, y ate mi cabello continuando con mis palabras— y por lo que se, hay cosas que realmente le gustarían saber de mi ¿O estoy equivocado?.. —mis ojos azules se encontraron con los verdosos de él, con esa tensión en sus hombros y mandíbula, realmente irritado.—
—¿carioca o Póker?
—Poker.
Repartí las cartas, prepare mis preguntas y mientras el veía su mazo yo decidí un vinilo con música clásica para dejar reproduciendo en mi tocadiscos.
—¿Fuma? —pregunte y asintió confundido pero entendiendo en cuanto traje un cenicero a la mesa.— Comience.
Las cartas comenzaron su juego, yo comencé como siempre con la verdad. Dejó una carta en el centro, tomo otra y comenzó a hablar.
—¿Desde cuándo sales con Conrad?—pregunto intentando calmarse a si mismo, prendiendo un cigarrillo—
—si se refiere a salir en general desde año nuevo. Si se refiere como pareja hace menos de un mes. —respondí su jugada—
—¡¿son una pareja?! —Esgrimió exaltado y asentí bebiendo de mi café—
—¿Conoce a Ethan Harper? —pregunte respondiendo a su jugada y aquel instantáneamente miró su mazo con dificultad—
—no se de qué hablas. —mintió— y respecto a Conrad, el no es gay.. se aburrirá de ti, deberías alejarte ¿No crees que eso sería lo mejor?
—No se preocupe señor Miller, dejaré que me rompa el corazón. —sonreí vagamente dejando una carta sobre la mesa— ¿Sabe que sucedió con los trenes a vapor en el 98? ¿La línea más famosa y su mejor conductor?
—No tengo idea de qué hablas Niño. —se levantó de forma brusca dando un golpe en la mesa. Mi expresión cambio, me levanté quedando a su altura e inmediatamente se calmó— no he venido aquí para jugar cartas, ni hacerte mi yerno, que te parece si nos dejamos de juegos y hablamos como personas adultas. —dijo intentando conservar la calma— ¿cuanto dinero quieres para alejarte de Conrad, Holmelund?, Dime la cantidad y te-
—Su sucio dinero no lograría comprar jamás una pizca del enorme amor que tengo por ese mocoso que ni siquiera es su hijo Señor Miller. Ese niño que yo amo por lo que él es y no por el dinero que podría ganar por tenerle. —demande y aquel apretó sus nudillos irritado, yo me prepare para recibir el primer golpe pero eso no sucedió. Levanté la vista confundido, topándome con sus ojos llorosos.—
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Metanoia.
RomanceUna historia complicada de la vida entre Azora Homelund, un chico peculiar en un proceso de transformación respecto a su visión contra el romance, aquel chico dulce, cálido y tierno, Conrad Miller cambiará por completo la vida de él.