55. metas

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El césped verde tocaba mis pies descalzos frente al agua tibia del verano. Una brisa constante movía mi cabello, y unos pasos a la distancia marcaron presencia atrás, acercándose tranquilamente hasta mi. 

—¿Disfrutas tus vacaciones? —pregunto en francés con su voz suave—

—si.. —sonreí volteándome a ver a Colette con un vestido algo veraniego que cubría la mayor parte de su cuerpo como era habitual, y su distinguible velo en la cabeza— ¿usted también?

—por supuesto —sonrió sentándose a mi lado y brindándome un vaso con jugo y hielos— ¿dónde esta Bleu?

—esta nadando, dijo que atraparía un pez con las manos para la cena. —reí acariciando mis brazos—

—creo que no cenaremos hoy —comento divertida para luego ver cómo Bleu salía con 2 peces en la mano, sujetados de la cola retorciéndose para volver al agua—

—La cena está servida-¡AAah! —sin querer su frase terminó en un grito, se resbaló cayendo al agua de golpe con los peces en fuga mientras yo y Colette nos retorcíamos en el borde del agua ahogándonos en la risa.—

—¿Comida para llevar? —reí más— por qué allá van —reí afirmándome el estómago con Colette y tras mis vagas burlas Bleu comenzó a tirarnos agua divertida, comenzando una guerra, adentrándonos poco a poco al río junto a la cabaña de Colette.—

Una tarde tibia donde todo era perfecto..

—Azora..

—¿Madre Colette
.... dónde está?

—Azora...

—no puedo verla..

El silbido que ella siempre uso para despertarme me hizo reaccionar, abrí mis ojos con pesadez, con la vista borrosa buscando su silueta.

—¿Mère Colette?..

—¿Mono estas bien?

Poco a poco reaccione de donde estaba, las cuatro paredes y las pinturas que colgaban, reconocí a mi hermana, reconocí el recuerdo que llegó a mi cabeza mientras estaba inconsciente

—Aush..

Inconciente y sin sentir dolor.

—Deberías ir al médico. —sugirió  Bleu levantándose de mi lado y dirigiéndose a la cocina—

—Estoy bien Mona, tú como estas ¿Te hicieron daño? —me acerqué a la cocina e inmediatamente reaccione a lo sucedido— Do.. ¡¿donde está Conrad?!

—Estoy aquí —aviso saliendo del baño— ¿como te sientes?.. —pregunto con dulzura pero en su lugar la irá me consumió, me acerque a él directamente casi juntando mi cuerpo al suyo—

—¡No vuelvas a hacer eso Conrad Miller, te dije que te quedarás abajo! —esgrimí molesto, y preocupado por lo que pudo haber sucedido.—

— ¡¿Y que esperabas Azora?!, ¿¡Que me quedara ahí mientras te golpeaban sin parar?! —levanto la voz molesto— mira como estás Holmelund!, ¡De no ser por mi quizás hasta que punto te habrían golpeado!

—¡Eso da igual Miller!, ¡¿imagina si te hubieran hecho algo a ti?!

—¡Pero no lo hicieron!

—¡Y por suerte! Pero-

—a ustedes dos!. —interrumpió Bleu captando nuestra atención— Dale las gracias. —advirtio en francés mirándome furiosa y tras un suspiro de mi parte lleno de ganas de desobedecer mire a Conrad—

Metanoia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora