—Conrad Miller, más te vale tener una explicación decente para esto. —Conrad se escondió detrás de mi, podía notar en sus expresiones lo asustado que estaba, el miedo inminente que colapsaba con su ser—
—Lewis controlate. —habló la señora miller— los camarógrafos están aquí, no olvides que estás postulando para ser alcalde. —aquel suspiro sin quitar su mirada molesta, acomodó su traje y calmo su tono de voz y comportamiento.—
—Te espero en casa jovencito, a ti y a él. —nos miró con desdén, con irá acumulada y retenida esperando que yo bajara la vista, sin embrago no lo hice. Levantó una ceja y sin decir algo más nos dió la espalda saliendo del teatro del brazo de su esposa.—
Jale rápidamente a Conrad dentro de una habitación pequeña que no tenía idea de que era, solo para que nadie pudiera verlo así.
—Todo está bien Conrad, mirame —voltee rápidamente hacia el castaño, tomando sus mejillas con ternura, haciéndolo volver de dónde sea que su mente lo estaba llevando—
—A-azora.. tendré que irme.. no podré verte de nuevo.. y-yo ...estoy realmente asustado ahora mismo...—sus ojos se fueron directamente a sus manos que temblaban, lágrimas caían sin siquiera recorrer su rostro, solo caían, una tras otra en un desborde de emociones.—
—Conejito, todo está bien —tome sus manos y me pose de cuclillas frente a él, mirando sus ojos cristalinos y su nariz temblorosa— estaré contigo pase lo que pase.. lo prometo. —deje un beso en sus manos y aquel continuo llorando entre susurros—
—no quiero alejarme de ti.. n-no quiero que te lastimen... Yo-
—buen momento para vivir juntos ¿No lo crees? —sonreí vagamente y aquel lloro con una sonrisa persuadida— todo estará bien Conejito, ya verás que si. Por ahora debemos atender a los periodistas que se mueren por preguntar sobre tu canción. —deje un beso en su frente— es tu momento de brillar niño.. —limpie sus lágrimas con mi pulgar y aquel sonrió decidido, con su dulzor en los ojos y me miro directamente.—
—Te amo Zeta...
—ídem. —un pequeño roce de labios fue suficiente para que saliera del lugar. Sus rizos se alejaron poco a poco hasta juntarse con su hermana, con las chicas, y tras unas vagas palabras volvió conmigo para llevarme hasta donde estaban los periodistas y camarógrafos. Hacían preguntas que Conrad se encargaba de responder, yo me mantenía a su lado, callado y serio intentando ver a la cantidad de gente del lugar entre las luces de sus camaras y ambiente ruidoso. Sin querer mis ojos se fueron directo a esos ojos verdosos que creí haber visto hace unos días, y creo que está vez no estaba equivocado; estos huyeron en cuanto se toparon con los míos. —
—C-con permiso.
me aleje rápidamente de Conrad y de las preguntas, intentando seguir los pasos de un pelirrojo encapuchado ya mayor y de ojos verdosos que ahora se escapaba de mi persona.
Ya te explicaré conejito..
—¡Ey! ¡Ethan! —grite persiguiéndolo, corriendo detrás de él, pero este no se detenía— ¡Harper! ¡Soy Azora! —sin más su silueta doblo en un callejón entre un café y un local cerrado, oscuro y con basureros.— ¿hola?.. —camine lento, atento a los ruidos y movimientos del lugar, adentrándose en la poca luz de un callejón sin salida.—
—¿Azora Holmelund? ..—Aquella voz tan familiar y suave fue oída justo atrás de mi. Voltee con cuidado para ver con claridad su rostro consumido por los años, con cierto ápice de melancolía.—¡¿Tú estás saliendo con Conrad?!.
Conrad's pov
—Con permiso.
—A-azora.. —vi como su silueta se perdió entre la multitud, sus ojos idos, llenos de curiosidad corrieron lejos de mi, corrieron lejos del teatro—
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Metanoia.
RomanceUna historia complicada de la vida entre Azora Homelund, un chico peculiar en un proceso de transformación respecto a su visión contra el romance, aquel chico dulce, cálido y tierno, Conrad Miller cambiará por completo la vida de él.