Libro 1:
Y se movía sobre la faz de las aguas y dijo: sea la luz; y fue la luz, se separaron la luz y las tinieblas, pero cuando yo nací solo eran tinieblas.
Nací bajo un cielo oscuro que predecía tormenta sin estrella alguna que guiara mi destino y...
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A fuera todo era un caos, la pelea había dejado a muchas personas heridas, varios edificios destrozados y un descontento en la población. Los chicos salían de entre los escombros cabizbajos y en silencio excepto Aléxandros quien en su rostro se dibujaba una ira inconmensurable.
―¡Ay! ―gritó Alexia cuando una piedra le hirió el rostro y la sangre comenzó a salir.
―¡Largo de aquí perros del gobierno!, ¡la Sede no es bienvenida! ―se escuchó gritar.
―No, Ruber ―ordenó Aléxandros cuando este comenzó a cambiar sus facciones―. Ahora lo entiendo, esto era parte del espectáculo. Que nos ganáramos el desprecio, eso no importa ahora.
―¡Lexa! ―Alastair despertó de su transe―. ¿Quién fue?
―¡Hermano!
―Bien, excelente, ahora falta despertar a Queen.
―Yo me encargo, ¡ay! ―Alastair esquivó una piedra―. ¿Me quieren explicar?
Pero justo en ese instante llegaron varios vehículos de La Sede y un ejército que entre gritos y empujones comenzaron a dispersar a la turba enfurecida. Se acercó hasta ellos la Segundo Cacique, Tonalli.
―Esto... no estaba planeado. Demasiada destrucción y muchas indemnizaciones, seguro las demás casas tendremos que aportar muchos Escudos y callar bocas. El daño colateral es... extenso. Quiero una buena explicación Séptimo ―dijo dando una mirada que haría sentir minúsculo a cualquiera.
―La tendrá Segundo, pero no hay tiempo. Se... se llevaron a un miembro de mi casa.
―¡Ajajá! ―expresó Alastair alzando una especie de parasito con asquerosos tentáculos―. Tenía un chucho mental, el parasito Lliteras... ¡y la fea despertó!
―¡Excelente! Solo falta...
―¡No me ignores, Séptimo!
―¡Aquí estoy! ―gritó Zeke saliendo de entre los escombros.
―¡Está desnudo, tapate los ojos Queen! ―dijo Alastair.
―Es... enorme... ―murmuró la Segundo sonrojada.
―Me disculpo, responderé por mis actos a su tiempo ahora tengo que rescatar a alguien ―hizo una reverencia con la cabeza―. ¡Zeke!
Los ojos de Zeke se iluminaron mientras creaba una esfera de energía que cubría al equipo.
―Lleve a su gente al bar Monarquía apenas le sea posible ―alcanzó a decirle.
Los chicos desaparición en un destello
―En serio, era muy grande ―susurró la Segundo.
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No había planes extremadamente elaborados, el factor sorpresa no los acompañaba, todo siempre era un caos. Era entrar y sacar al chico. Todos sentían sus cuerpos estirarse mientras se movían por el espacio lleno de luz y energía. Todo vibró, habían llegado a lo que parecía sería su tumba pues apenas aparecieron en las afueras del lugar una lluvia de hechizos y ataques mágicos cayó sobre ellos. Fue tan potente que se levantó una gran nube de polvo.
