Doce Expiadores rodearon a Aléxandros, cada uno sostenía un cráneo de cristal.
―No sé cómo el ratón eléctrico escapó, el perro pulgoso no me interesa, pero te tengo a ti, el premio gordo, de todos eres el que más representa inestabilidad para mi nuevo orden.
―¿Por qué no me ejecutas entonces si tanto me temes?
―Porque en algún momento serás útil, así mismo, matarte sería un desperdicio, como sea te encerraré en el Tzopilotlacualco ―sonrió triunfante.
―¡No!, ¡maldita perra!
―Hasta pronto Aléxandros, antiguo sexto cacique, cuando despiertes de nuevo todo aquello que conoces habrá cambiado. Tu mundo se habrá desmoronado ―se rió.
Los doce hechiceros comenzaron a recitar un encantamiento mientras cortaban sus venas, toda esa sangre caía al suelo y luego se transformaba en cadenas que comenzaron a rodear a Aléxandros.
―Mándame a donde quieras, podrías abrir la puerta al mismísimo infierno y encadenarme, pero mientras existan hombres con el deseo de ser libres, la tiranía siempre se tambaleará. Eventualmente todos caen, eventualmente yo regresaré. Nos volveremos a ver y no olvidaré esta traición. Te quitaré todo lo que tienes, todo tu poder, tu corona y tus títulos y te juro por los dioses que no tendrás poder ni estado.
Los ojos de la Primero casi se salían de sus orbitas del coraje, la ira y el miedo inundaron por un instante sus venas. La sangre maldita lo cubrió por completo petrificándolo cual estatua. La Primero suspiró aliviada.
Una última lagrima recorrió el rocoso rostro del capitán.
―Bien, bien ―murmuró la Primero―. Cuatro puertas y nueve niveles, te invoco dios oscuro que reina sobre la muerte. Señor olvidado, que esperas el juicio, te ofrezco esta sangre ―se cortó las venas―. Para saciar tu sed y el tributo abra el paso vedado. Responde al llamado y abre el camino al ultramundo del olvido.
El cielo se oscureció. Las calaveras que sostenían los brujos iluminaron irradiando rayos de luz que se reunieron en el cielo, se formó un circulo con símbolos. Al suelo alrededor de Aléxandros se volvió como sangre, la rueda en el cielo se abrió cual túnel oscuro y comenzó a absorber todo debajo de él.
El capitán fue elevado y desapareció al interior del portal.
―Excelente ―dijo la Primero―. Ya no darás más problemas.
La rueda bajó hundiéndose en el fango rojizo y continúo absorbiendo todo, de su interior salieron brazos de piel roja y tomaron a los brujos, estos quisieron huir, pero fueron halados al interior.
―¡Su señoría!
―Es parte del pago para abrir el ultramundo, no importa ellos son solo piezas en mi tablero ―respondió mientras entre gritos de desesperación los brujos luchaban por sus vidas sin lograrlos, los brazos los despedazaban con facilidad hasta ser absorbidos.
Hubo turbulencia, movimiento, un gruñido desde el interior y luego el suelo volvió a la normalidad.
―¡Que traigan las calaveras, vamos tenemos que dar algunas explicaciones y el trono de México me espera!
‿‿‿‿
―«El gobierno ha informado que se trató de un atentado terrorista, hicieron estallar los gasoductos de la capital. La destrucción es apocalíptica, las imágenes que el gobierno del país ha dado a conocer luchen como una escena dantesca. Los muertos son imposibles de contabilizar» ―decían los noticieros en las pantallas de varios países y de varios idiomas.
Los pasos resonaban con un eco profundo, los muros eran extremadamente altos, esos preocupados ojos admiraron en el techo la imagen de Dios tocando al hombre, todo estaba finamente ornamentado.
―Su santidad ―dijo haciendo una reverencia.
―¿Sí?
―Santo padre, ¿qué es lo que está pasando? Hace poco el agua fue como sangre y lo que pasó en México...
―Sí... ya no son señales, son un hecho. Los ritos del apocalipsis han dado inicio.
―¡Pero!... ¿eso quiere decir?
―Así es hijo la venida de Dios nuestro señor se aproxima, aun así...
―¿Qué?
―Hay pecadores que lo quieren evitar a toda costa, lo que pasó ahí fue una venida incompleta, unos pecadores mataron al Ángel encargado de dar inicio al fin.
―Pero, ¿cómo es posible esto?... ¡como unos humanos fueron capaces de tal pecado!, ¿su santidad?
―No lo sé, pero Pedro, hijo, es nuestra labor detenerlos y asegurarnos de que nada se interponga en su venida como lo dictan las sagradas escrituras. Está escrito, lo que pasará, pasará a como dé lugar. Todo esto fue edificado por ello y para ello, preparando a las personas para ser uno con Él, es nuestro deber.
―Entonces...
―Sí Pedro, pronto hemos de movernos, pero necesitamos esperar un poco, solo un poco más.
―Así sea, amen, su santidad.
―Sí, amen.
La decisión ardió en esos profundos ojos negros.
Continuara.
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Nuevo Génesis: la rebelión del ángel.
FantasyLibro 1: Y se movía sobre la faz de las aguas y dijo: sea la luz; y fue la luz, se separaron la luz y las tinieblas, pero cuando yo nací solo eran tinieblas. Nací bajo un cielo oscuro que predecía tormenta sin estrella alguna que guiara mi destino y...