La guerra es la peor característica del humano, sin embargo, existen situaciones en las que esta se impone como el puente entre la paz y la opresión. Irónico. La ciudad brilla, el bullicio no cesa, el movimiento no se detiene. Van y vienen sin saber que el caos está al borde, al otro lado del muro.
Niños caminan tomados de las manos de sus padres sintiéndose seguros, parejas de enamorados se besan como no existiera mañana, es una espléndida noche. Las personas interrumpen sus actividades algo desconcertadas, el zócalo se está llenando de convoyes armados, soldados y armas de grueso calibre. El pánico comienza a fluir y crecer cuando los soldados desalojan rápidamente a los presentes con lujo de violencia. Un hombre encara a uno de esos soldados.
―¿Oye qué carajos pasa por qué nos están corriendo? ―su voz queda silenciada por el sonido de las sirenas, las alarmas que hacía meses el gobierno colocó y juró nunca sonarían porque habría paz, se activaron llorando por toda la capital.
El sonido ensordece. Los gritos de las personas quedan silenciados, todos corren nadie sabe que está pasando, los niños lloran, el tumulto de gente provoca accidentados, la zona es gobernada por la anarquía. Se encienden luces rojas en zonas especiales de la ciudad y en las pantallas se proyectan indicaciones para refugiarse.
La capital del país está bajo ataque.
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El sonido de las sirenas llega a los oídos de Aléxandros, siente la boca seca. Se siente arrepentido por lo que hará, pero ya no existe otra forma. Aun se pregunta en el último instante si no existe otra manera, pero no encuentra respuesta. El viento acaricia su blanco cabello. El labio le tiembla. En su pecho su corazón galopa violentamente. Mira a sus generales que esperan la orden para marchar hacia la ciudad pues sus tropas ya llegaron y tienen sitiada la capital. También las tropas que harán lo suyo desde dentro están listas. Mira a los hombres detrás de sí, empuñan sus armas hasta que sus nudillos están blancos y suspira.
―Avancen ―y una lagrima recorre su rostro.
Los convoyes y los soldados a pie avanzan a gran velocidad, es un ataque relámpago para tratar de minimizar las bajas, pero al ingresar a la ciudad son tomados por sorpresa con ráfagas de ametralladoras.
―¡Sin piedad para los tiranos, la capital caerá!
La batalla para avanzar se extiende por los cuatro puntos y varias zonas. El ejército, policía y guardia nacional de la capital se defienden con todo sin dar un paso atrás. Algunos edificios están ardiendo y caen a pedazos. Los civiles corren desprotegidos lejos de la muerte, aunque son muchos que no lo logran, el gobierno los ha dejado a su merced, la prioridad es detener al ejército invasor no los civiles.
Los puentes caen y la sangre brota, los niños pierden la inocencia al ver morir a sus padres usados como carne por el gobierno; los padres, la mitad de su alma al ver el último aliento de sus hijos en sus brazos; y los cadáveres se cuentan por cientos. La ciudad se defiende con todo y eso incluye a los civiles como escudo.
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Nuevo Génesis: la rebelión del ángel.
FantasyLibro 1: Y se movía sobre la faz de las aguas y dijo: sea la luz; y fue la luz, se separaron la luz y las tinieblas, pero cuando yo nací solo eran tinieblas. Nací bajo un cielo oscuro que predecía tormenta sin estrella alguna que guiara mi destino y...