LEMON HEAD (Spanish version) #Wattys2016

9.SALIDAS NOCTURNAS

Después de tocar la canción, Estela me dijo que aunque le hubiera gustado poder darme clases de guitarra de vez en cuando, no podía comprometerse pero que, como María, Roberto también tocaba la guitarra bastante bien.

-Si quieres te podría dar clases semanalmente. Gratis, claro -dijo él, sonriendo. Le sonreí como respuesta, ¡me hacía mucha ilusión aprender a tocar la guitarra! Y aunque yo no tuviera ninguna, él me dejaría la suya cuando la necesitara para practicar. La verdad es que eso me puso súper contenta.

Al cabo de un rato, empezé a recordar todas sus historias que me habían contado: Charlie había sido víctima de acoso escolar, María había perdido sus antiguos amigos por ayudar a Charlie, Roberto era huérfano de padre; y Estela tenía unos padres casi virtuales, ya que pasaban más tiempo en el trabajo que en casa.

Así que María y Charlie ya se conocían des del principio, pero me vino a la mente la pregunta de cómo habían conocido a Roberto y Estela y cómo se habían conocido ellos mutuamente.

No sé porqué, me daba mucha vergüenza preguntarles algo, pero como ya me sentía más confiada y segura con esos chicos, al final encontré el valor para expresar lo que se me había ocurrido.

-¿Qué cómo nos conocimos entre nosotros? -Roberto pareció recordarlo y esbozó una sonrisa enigmática-. Verás... Es difícil de...

-Esta noche te llevaremos donde nos conocimos -dijo Estela.

-¿Es... esta noche? -dije yo, titubeando-. ¿Y porque no puede ser ahora?

-Porque por la noche es más divertido y hay más vidilla, ya lo verás, ¡te encantará! -me contestó María, muy entusiasmada.

Entonces Charlie me dijo que estuviera preparada y vestida a las dos de la madrugada, hora en la que mis padres ya estarían dormidos muy probablemente, y que a esa hora tiraría piedras a la ventana de mi habitación para avisarme de que él estaba allí. Luego, iríamos a ese lugar tan misterioso.

Me parecía emocionante pero me asustaba un poco al mismo tiempo. ¿Dónde me llevarían a esas horas de la noche? Además, al día siguiente era lunes, si nos quedábamos levantados tan tarde, en el instituto ¡nos moriríamos del sueño!

Aún así, hice lo que me dijeron. Dormí un poco, pero puse la alarma de mi móvil para que me despertara a la 1:50 de la madrugada. Me vestí y esperé. Estaba súper nerviosa, y, aunque esa noche hacía un poco de fresco, empezé a sudar, sobretodo en las manos.

Se me hicieron unos diez minutos interminables hasta que por fin, oí un golpecito en la ventana. La abrí, miré abajo, donde estaba esperando Charlie y levanté mi pulgar hacia él en señal de "ok".

Bajé las escaleras, salí a la calle y empecé a seguirlo.

Al cabo de unos minutos llegamos a un callejón oscuro y lúgubre en el cual nunca me había fijado. El callejón terminaba delante de un gran viejo y descuidado portal, aparentemente de una casa abandonada. Pero Charlie llamó al portal y una voz des de dentro preguntó:

-¿Contraseña?

-Rosas negras -contestó Charlie.

¿Contraseña? Así que ahí no podía entrar cualquiera, se necesitaba... ¿Formar parte de algo, quizás? ¿Qué era ese lugar? ¿Un club? ¿Una discoteca? ¿Un espacio de reunión para los jóvenes?

Se lo pregunté a Charlie mientras se abría el portal.

-Es un poco de todo eso -me dijo como respuesta.

De pronto, nos encontrábamos en una especie de vestíbulo enorme con luces de colores en plan discoteca como había supuesto yo y con un escenario en el medio. A la derecha había como una barra de bar donde había chicos y chicas bebiendo o hablando con el camarero mientras este limpiaba vasos. A nuestra izquierda se veían un par de mesas en las cuales también había gente. Después, observé que detrás del escenario, que ahora estaba vacío, se podían ver algunas puertas que supuse que daban a otras salas.

Pero, sobretodo, había un montón de chicos y chicas jóvenes que debían tener la edad de quince a dieciocho años, seguramente.

-¿Qué es todo esto? -le pregunté impresionada a Charlie-. ¿Dónde están los demás?

-Tú espera, luego los encontraremos, ahora sígueme.