3.LA GRAN SORPRESA

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  Llamé a mi madre dicéndole que iría a la biblioteca, ya que no lo encontraría extraño y entendería que estuviera almenos unas tres horas sin llegar, puesto a que me encantaba leer y a menudo me pasaba tardes enteras allí, leyendo o fisgoneando a ver si encontraba algún libro de mi gusto. ¿Que por qué le mentí? Porqué no se hubiera creído que había quedado con alguien y se hubiera asustado aún más al no conocer con quién iba.

  Por fin llegamos a casa de Charlie él, María, Roberto y yo. 

  -¡Hola!- gritó Charlie para que su madre supiera que había llegado.

  Su madre apareció por el pasadizo. Tenía unos cabellos de color marrón muy claro preciosos que hacía resaltar aún más sus ojos azules. Llevaba un delantal y una sonrisa en la cara para recibirnos. Aún así, no pudo disimular muy bien la cara de sorpresa que hizo al verme a mí. Lanzó una mirada desconcertante a los demás chicos, que ya debía conocer. Charlie se apresuró a presentarme:

  -Mamá, esta es Leila. Leila, esta es mi madre, Vanesa. Mamá, Leila no va a nuestro cole, pero la hemos conociddo y nos ha caído bien. Nos gustaría que pasase la tarde con nosotros, ¿puede?

  Su madre me miró y volvió a mostrar una de sus brillantes y dulces sonrisas, asintiendo con la cabeza.

  Charlie nos hizo bajar unas escaleras hacia el sótano. Los demás chicos le siguiero decididos, era evidente que ya habían estado muchas veces allí. Yo les seguí tímidamente. Lo que vi me maravilló. No era un espacio muy grande, lo justo para que cabiera el coche granate de la familia y un poco más de sitio donde había una bateria, un teclado y dos fundas que parecían de guitarra. 

  -Bienvenida a nuestro "estudio"-dijo María-. Sí, formamos un grupo, o eso intentamos. Charlie toca la batería, justo como el Charlie de Lemonade Mouth, Roberto el teclado, yo el bajo y Est...

  -¡Chicoooos!-la madre de Charlie la interrumpió- ¡Ya ha llegado Estela!

  Los chicos sonrieron. Por las escaleras vi bajar a una chica con la piel bastante morena aunque tenía algunos rasos asiáticos. Tenía unos labios carnosos y unos ojos marrones que expresaban mucha determinación. Su pelo era de un color café, con mechones negros y el flequillo tirado para un lado teñido de rubio. Sin duda se parecía a Stella, otro personaje de mi querida película interpretado por Hayley Kiyoko, otra de mis artistas más admiradas. Me fijé en su camiseta púrpura, que ponía "Don't Stop The Revolution" que, curiosamente, era el título de otra canción de los chicos de Lemonade Mouth, aunque ésta no estaba en la película. También llevaba unos vaqueros azules agujereados y unas botas negras muy chulas. Me miró con cara de no entender nada, de por qué yo estaba allí.

  María nos presentó la una a la otra. Al paracer, su nombre real no era Estela, pero, como Charlie, se hacía llamar de aquel modo por el personaje de Lemonade Mouth y tocaba la guitarra. A diferencia de Charlie, pero, ninguno del grupo sabía el nombre real de Estela, ya que fue la primera en ver la película cuando era muy pequeña y, desde entonces, siempre se había hecho llamar así. 

  Me quedé un rato pensando si eso era real de verdad. Un grupo de cuatro chicos que se parecían a cuatro personajes de una película que era la favorita de los cinco. Que, además, tocaban los instrumentos respectivos a los personajes a los cuales se parecían. Además, dos de ellos se hacían llamar como el personaje que les correspondía, eso  lo habían hecho expresamente. Pero ¡qué casualidad que se parecieran físicamente! ¡Y que además se hubieran conocido! Pensé que el destino era muy caprichoso y que era realmente fascinante que hubiera ocurrido todo aquello.

  Pero al cabo de un tiempo vería las cosas de otra manera, que nada pasa por casualidad, todo tiene un motivo que el destino ha planeado acuradamente.

  

LEMON HEAD (Spanish version) #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora