26.EL AMOR NO ES UNA ELECCIÓN

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Aunque nos lo pasamos bastante bien, esa noche nos fuimos pronto de allí principalmente porque el día siguiente era lunes. Además, estábamos tan cansados como cada día des de que habíamos comenzado con lo del programa unas semanas atrás. Y es que, a decir verdad, nos quitaba más energía de la que nos hubiésemos podido imaginar.

Esa segunda semana no fue menos difícil, ni de lejos. Más bien diría que fue comparable a una lenta, agria, y agotadora tortura, sin exagerar.

Nos habíamos puesto las pilas con los ensayos, y la canción que habíamos elegido era relativamente fácil, por lo que nos salía casi a la perfección.

Es por eso que el viernes al terminar con el ensayo diario decidimos no repetirlo el sábado por la mañana. Era mejor descansar y pasar unas horas libres de presión... Eso en teoría, porque los nervios seguían allí.

Esa decisión me iría muy bien a mí, sobretodo teniendo en cuenta el mensaje que me llegó en cuanto estuve en casa y encendí mi móvil.

Hola Leila, soy Víctor. Perdon por tardar tanto en scribirte. K t parece kedar mañana por la mañana?

¡Vaya! ¡Eso sí que no me lo esperaba! Casi me había olvidado de que al final sí le había dado mi número.

No me decidía sobre qué responder. Me daba "cosa". ¿Y si algo salía mal? ¿Y si no sabíamos qué decirnos? Total, tampoco nos conocíamos mucho... Ya sé que era justo por ese motivo, para conocernos, por el que quedábamos pero... ¿Y si en realidad él solo iba con intenciones de solo amigos y yo me hacía falsas ilusiones y...? Espera, ¿por qué tenía que hacerme ilusiones? ¿Quería estar con él? ¡Tampoco sabía nada de chicos!

Mil dudas atormentaban mi mente. Aún así, mis ganas por verlo acabaron ganando. Al final resultaba que estaba más enamorada de lo que creía. Y no me gustaba nada.

De acuerdo. Elige tu cuando y donde.

Escribí. Me sorprendió mucho la rapidez con la que llegó la respuesta, no más de un minuto después.

¿K t parece a las 12h en el Park del Limonero?

Preferí ser breve:

Allí estaré.

Y, otra vez casi inmediatamente, él contestó:

Perfecto. Nos vemos, Leila.

Me di cuenta de que cada vez que nos habíamos hablado, o escrito ahora, él había mencionado bastante mi nombre. Quizás le gustaba como sonaba.

Quizás le gustaba yo. Me lo imaginé pensando en mí y repitiendo mi nombre en susurros. Pero esos pensamientos se desvanecieron rápidamente. ¡Qué tonta y qué vergüenza que se me ocurrieran esas cosas! ¡Si yo nunca había sido una chica "romántica", exactamente!

Nunca hasta entonces. Y me di cuenta de que eso de pensar y susurrar el nombre del otro es lo que hacía yo.

Me preguntaba qué se sentiría al agarrar su mano, como era el tacto de su piel, el sabor de sus labios... Entonces me sonrojé y palmeé suavemente mi cabeza, tratando de pensar en otra cosa. Y el olor que llegaba des de la cocina me ayudó un poco a hacerlo.

Era hora cenar y dormir. El día siguiente sería un nuevo y, aunque yo no lo supiera aún, muy intenso día.

Me desperté con el tiempo suficiente para vestirme, desayunar y "arreglarme". Y con eso me refiero a poner un poco más de esmero a la hora de peinarme, porque de maquillaje nada. Nunca me había maquillado, así que tampoco hubiera sabido cómo hacerlo. Además, eso hubiera dado un motivo de sospecha a mi madre, cosa que no me interesaba en absoluto.

LEMON HEAD (Spanish version) #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora