15.CDs

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Una noche de la siguiente semana fue cuando empezó todo de verdad.
Como de vez en cuando hacíamos, estábamos tocando en el Bar Verde. Acabábamos de tocar Determinate, la última canción antes de la pausa intermedia de la actuación, cuando se nos acercó un hombre muy bien vestido y con un aire muy serio que nos dijo:
-Tocáis muy bien, chicos.
-Gracias -contestó alegremente Roberto.
-¿Habéis pensado en llevar esto a otro nivel y grabar alguna "demo"?
Nosotros lo miramos astorados. ¿Qué estaba diciendo? El hombre se sacó una pequeña tarjeta del bolsillo interior de su elegante americana y nos lo tendió antes de continuar hablando:
-Soy Mateo Jasín Gómez, de la discográfica "Sweet Records", me gustaría contar con la posibilidad de firmar algun contrato con vosotros.
Yo no entendía nada. Estaba tan en shock que a mi cerebro le costaba bastante procesar esa información. Y creo que los demás también se encontraban en alguna situación similar. ¡¿Una discográfica quería firmar un contrato con nosotros?!
-¿Perdón? -fue lo único que conseguí contestar.
-Sé que es difícil de entender y además, como supongo que sois todos menores, tendréis que obtener el permiso de vuestros padres y hablarles de esto. Además que legalmente tenéis el derecho de contar con un abogado para leer y comprender el contrato... Si es que aceptáis, claro.
Debo admitir que la segunda parte de nuestra actuación no fue tan bien debido a la sorpresa y al desconcierto que seguíamos sufriendo todos.
Fue Roberto quien se quedó la tarjeta del hombre, la cual indicaba la dirección, el número de teléfono y otros datos básicos de la discográfica "Sweet Records".
Decidimos tomarnos un tiempo para debatirlo entre nosotros, así que por el momento ninguno de nosotros se lo contó a sus padres.

Al día siguiente, nos reunimos al sótano de la casa de Charlie para hablarlo tranquilamente.
-A ver, también hay otro problema y es que nosotros solo hacemos "covers" de, en este caso, un grupo en particular, pero no tenemos canciones propias -empezó Roberto.
-Eso es cierto pero creo que no hay problema. Seguramente, si firmamos el contrato, nos asignarán un mánager y...no sé, pero muchos de los cantantes y artistas de hoy en día no entienden un carajo de música y tienen un compositor particular, creo, ¿no? -dijo Estela.
-Ya, pero no sé vosotros pero yo no quiero ser uno de esos artistas de pacotilla a los que te refieres -ahora fue Charlie quien habló.
-Sí, es verdad. Si vamos a afrontar el reto, pienso que lo mejor es afrontarlo al cien por cien. Y si eso conlleva a que tenemos que conponer nuestra propia música... ¿porqué no? -continué yo.
Discutimos un poco más acerca de todo eso hasta que todos estuvimos de acuerdo. Después cada uno se fue a su casa a contárselo a sus padres y pedirles el permiso para luego volverse a ver por la tarde e informar a los demás de los resultados.

Al llegar a casa encontré a mi madre en la cocina haciendo la comida.
-Oye, mamá, ¿te acuerdas de que ayer tocamos en el Var Verde con los chicos aunque no pudiste venir, no?
Era verdad, mi madre no había podido asistir aunque le hubiese encantado.

Mi padre era un importante hombre de negocios, así que antes de que lo encerraran, en casa teníamos de sobras con un solo sueldo para mantenernos.
Pero una vez él estuvo en la cárcel, mi madre tuvo que buscarse algún trabajo urgentemente para que tuviéramos almenos los ingresos justos. Encontró un trabajo de cuidadora en la residencia para ancianos del pueblo, y aunque la pobre hacía más horas que un reloj, no es que le pagaran demasiado bien. Ese era el motivo por el que, como ya conté antes, en ese momento teníamos una situación económica un poco complicada.

Justamente la noche anterior, a mi madre le había tocado hacer turno nocturno en el trabajo, y por eso le había sido imposible ir al Bar Verde.
Ella asintió con la cabeza ante mi pregunta. Luego continué:
-Bueno, pues... Se ve que un hombre que trabaja en una discográfica nos vio y le gustó como tocamos... y quiere que firmemos un contrato con él.
Luego le conté donde estaba la discográfica y los demás detalles que nos había explicado el hombre. Ella me miró seria hasta que acabé. Luego habló:
-Sois demasiado jóvenes para esto.
-¿Qué? -dije yo.
-A ver, Leila, una cosa es ir a tocar de vez en cuando por el barrio y parques de ciudades vecinas y la otra muy diferente es dedicarse a esto "profesionalmente" -marcó la última palabra haciendo un gesto de "entre comillas" con los dedos-. Quizás al principio os va muy bien y ganáis más dinero del que ahora os da la banda, que, para mí, ya es más que suficiente a vuestra edad. Pero no quiero que os penséis que venga, como ya os va bien, podréis vivir de eso para toda la vida y así desperdiciar vuestros estudios que encontraréis "inecesarios" -hizo lo de las comillas otra vez. Yo la miraba con el ceño fruncido, con cara de "¿qué estás diciendo?"-. Pero la fama no es eterna, hija, si es que alguna vez llegáis a ser lo suficiente populares para dedicaros solo a esto, ya que es muy difícil triunfar en este mundo, Leila -lo había dicho todo de un tirón, muy rápido.
-Genial. Bueno, almenos has dicho algo más que el rotundo "no" que me esperaba -dije.
Ahora el rostro de mi madre se relajó y habló con voz más tranquila:
-Cariño, solo digo que os lo toméis con calma. No hace falta ir tan deprisa, ¿vale? -se acercó para acariciarme la mejilla pero yo me aparté.
Subí los escalones de dos en dos, entré en mi habitación, cerré la puerta y me tumbé en la cama, pensando.

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Muchas gracias a todos por estaros leyendo esta fanfic. Es mi primera y me encantaría que diérais vuestras opiniones  tanto si son buenas como malas, una buena crítica siempre viene bien. :)

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LEMON HEAD (Spanish version) #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora