17.SALVEMOS EL PARQUE

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He de admitir que, al principio, la idea de Estela me pareció un tanto absurda e inútil. Aun así, tampoco me pareció tan mala y, como a nadie se le ocurrió nada más, la pusimos en marcha tan pronto como pudimos.

Durante el resto del día cogimos un montón de papeles y hicimos pancartas que decían: Salvemos el parque, Queremos que se quede, o No nos lo quitarán de colores llamativos y brillantes.

Al día siguiente empezamos justo delante del parque que, a petición del alcalde, habían dejado de demoler por tres días, margen de tiempo que nos había dado. Los cinco nos esparcimos cerca de allí y por las calles de alrededor de el parque explicando a cada persona que encontrábamos nuestra causa y nuestro proyecto.

Hacía varios minutos que no pasaba nadie por la calle en que estaba yo hasta que vi una mujer menuda de unos cuarenta años caminando hacia mí.

-Perdón, ¿tiene un momento?
Afortunadamente esa mujer se detuvo para escuchar, ya que alguna gente que te ignoraba o se marchaba porque "tenía prisa".
-Supongo que sabe lo que quieren hacer con el Parque del Olvido, ¿no?
-Sí, y la verdad es que me parece muy mal que una cosa como esta no nos la hayan consultado. Ese parque es muy bonito, almenos más bonito que un párquing y un hotel como los que quieren poner allí.
-Perfecto. Es que mis amigos y yo hemos iniciado un movimiento de protesta ante eso pero necesitamos la ayuda de más gente.
-¿Qué clase de ayuda?
-Pues mire -le dije mostrándole un papel blanco, ya con algunas firmas en él, y sacándome un bolígrafo del bolsillo-, lo único que tiene que hacer es firmar aquí, para demostrar al alcalde que no somos los únicos en contra de eso.

Además de eso, informábamos a la gente del día y hora que iríamos a ver al alcalde por si había alguien que quería formar parte de una pequeña manifestación.

Era una ayuda que requería poco esfuerzo y la verdad es que, de momento, tenía bastante éxito. Pese a todo, muy de vez en cuando, obviamente me encontraba con gente que no quería firmar ya fuera porque les parecía bien lo del hotel o porque no les importaba un pimiento.

Al final de ese día teníamos un poco más de tres mil firmas entre todos. Esperamos conseguir más en los próximos días.

Por las mañanas nos estábamos ahí, delante del parque. La tarde del segundo día fuimos a pedir firmas en aquel parque en el que, como ya conté, actué por primera vez con The Teencers. Y la tercera tarde fuimos a la plaza central del pueblo, la que estaba al lado del ayuntamiento.

Ya habían pasado los tres días, así que el jueves al mediodía, al salir del cole, nos fuimos hacia el ayuntamiento. Supongo que la recepcionista ya estaba avisada de que teníamos que ir, porque esta vez no puso ninguna pega en que subiéramos a ver al alcalde.

Entramos en su despacho y, esta vez Roberto, le dejó todo de papeles llenos de firmas en la mesa.
-Hemos preguntado a toda persona del pueblo que hemos encontrado de entre diez a noventa años. De 20.000 habitantes aproximados que somos hay unas 17.972 firmas en total, y ninguna repetida -explicó María-. Puede comrobarlo, si quiere.

En ese momento se oyeron gritos fuera a la calle, delante de la puerta del ayuntamiento. El alcalde salió al enorme balcón donde a veces daba algunos discursos o mensajes y nosotros le seguimos.
-¡No nos lo quitarán!
-¡Salvemos al parque!
-¡Dejadlo como está!
Eso es lo que la gente gritaba con pancartas como las nuestras en las manos. El alcalde pareció desconcertado al principio. Luego fue a buscar un micrófono y empezó a hablar:
-Querido pueblo, soy consciente de que me he equivocado y debí consultar los cambios que decidí hacer en el pueblo antes de llevarlos adelante. Pero gracias a estos chicos -nos señaló con la mano- y todo el esfuerzo que han puesto para recoger firmas que demuestran que la mayoría del pueblo quiere conservar el Parque del Olvido, detendré las obras y preservaré le parque.

Se oyeron gritos de ovación a doquier.

-Eso sí -continuó-, también sé que estos chicos tienen un grupo que está alcalzando una cierta popularidad en el pueblo llamado 2 Lemonade Mouth. Así que un cambio sí que tengo que comunicaros: a partir de hoy mismo se cambia el nombre del parque por "Parque del Limonero". Además, se plantará un limonero justo al centro del parque para dar sentido al nombre del parque y como símbolo de la fuerza y constancia de estos chicos, ya que el pequeño árbol también irá creciendo y llegando más alto cada día, justo como estos chicos hacen y seguirán haciendo. Un aplauso para ellos, por favor.

Se oyeron silbidos de aprobación, gritos y aplausos felicitándonos. Fuimos las estrellas del día.

LEMON HEAD (Spanish version) #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora