CAPÍTULO 29.

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Nathaniel.

Esto es una jodida mierda, la rabia no me deja pensar con claridad y literalmente estoy a punto de explotar, todo por culpa de mi padre.

Al final, la ayuda de mi hermano está siendo un puto dolor de cabeza.

Aleixander quiso ayudarme hablando con mi padre para que lo dejará salir al mundo humano, con la excusa de que tenía unos asuntos pendientes, pero lo único que logro es un rotundo no. Aunque no se dió por vencido, siguió insistiendo de que necesitaba ir, hasta que mi padre astiado de tanta súplica accedió.

Pero no como esperábamos.

Le dió un Gonner: una criatura utilizada para hacer recados. Mi hermano estaba decepcionado, pero recordó que los Gonner son muy buenos espiando. Salió de la oficina de mi padre, entró a mi habitación de sigilosamente y conectó el Gonner conmigo para poder ver todo.

Ahora estoy viendo como mi chica es asediada por un bastardo, pero no sólo eso, si no que ahora tendrá una cita con él.

La rabia me puede y termino golpeando el muro de una casa abandonada haciéndolo añicos.

— No te alteres hombre — Habla Chris sentado en el césped — Así no lograrás nada.

Dice eso porque no está sintiendo lo mismo que yo.

— Hermano, controla tus impulsos o alertaras a los guardias que rondan el área — Advierte Aleixander.

Tomo una bocanada de aire recostadome en una roca, reconecto con el Gonner para seguir viendo lo que hace kiara, o mejor dicho, seguir aumentando mi rabia. Tampones ayuda el hecho de que ella se pasee con un pijama que le remarca el trasero y una camisa que, a leguas se nota que no tiene puesto brasier.

Puedo observar al imbécil comérsela con los ojos. Quiero sacarselos para que no se le olvide nunca que esa chica es mía y nadie puede aspirar nada con ella. Jam tampoco se ve muy contento frunciendo el ceño cada que el la observa.

No soy el único molesto con la situación.

Hablan sandeces mientras el chico la observa como la debería estár obsevando yo, hasta que Sam dice algo respecto a que tenían que irse y se llevó a kiara arrastrada por las escaleras. Le ordeno al Gonner que las siga, menos mal está en su forma invisible.

Entran a la habitación apuradas, Sam le dice que entre al baño mientras se va al guarda ropas. El Gonner sigue a Kiara y, no sé porque mierdas, pero le ordeno que se haga visible ante ella con la forma de un gato.

Al instante se percata de él y, aunque al principio se notaba asustada, ahora lo acaricia regalandome una vista exquisita de su sonrisa y la forma de sus pechos. Baja al “gato” y se adentra al baño, el Gonner quiso seguirla pero me sentiría raro observando lo que hace mientras se baña y tampoco quiero tener una erección maltratante.

Le ordeno al gonner que vaya a donde Sam en su forma invisible y lo que veo empeora mi genio. La ropa que Sam está eligiendo es una porquería, absolutamente todo es descubierto y demasiado corto.

¡Sam es un maldita!

La veo escoger y escoger, dejando de lado la ropa que me gustaría que se colocara en esta ocasión. Cuando yo la invite a salir, puede colocarse esos vestidos pero ahora que saldrá con ese maldito, prefiero que ande lo más cubierta posible.

Me la imagino en uno de esos vestidos y el como él se la comerá con la mirada, tan sólo ese mero hecho hace que arda en llamas, hasta puedo sentir la tensión de mis dos acompañantes.

Kiara sale del baño yéndose a donde está Sam con las porquerías que eligió.

— Ok, aquí están mis elecciones — Señala los vestidos que están tendidos en la cama — necesito que te los pruebes todos.

Kiara duda, pero al final sede. Da dos pasos hacía la cama soltando su albornoz y... lo que veo me deja de piedra. Sin ningún pudor o pena queda desnuda con un diminuta ropa interior, cosa que me hace recordar aquella color rosa que rompí el día que la hice mía. Toma el primer vestido y el rebote de su pechos los veo en cámara lenta, mientras algo crece en mi pantalón.

Se prueba el vestido que tomó. No puedo dejar de ver cómo se le ciñe al cuerpo a la perfección haciendo que mi erección crezca al punto de volverse molesta.

Al cabo de un buen rato se decidió por un vestido blanco de espalda descubierta, escote pronunciado que casi se le ven lo pechos y falda corta. Se ve como una jodida diosa de la lujuria, tan tentativa y exquisita.

Te ves demasiado hermosa Kia — No sé equivoca para nada — ahora el maquillaje.

Entre risas y los comentarios fuera de lugar de Sam, termina de maquillarse. Se ve sutil, pero reafirma los dotes de su belleza, avivando el hermoso azul de su ojos. El cabello opta por recogerlo en una coleta alta, se coloca tacones y ya está lista para bajar a ver al idiota.

— Ahora, querida amiga, baja a ver al bombón que te espera.

— No exageres Sam.

— Nada de eso, necesito que mi amiga deje que el chico rubio con cuerpo atlético profane su cuerpo.

Ella sonríe con picardía y a mi mente viaja una imagen de ella siendo tocada por ese imbécil. La rabia me consume y los celos se elevan a niveles alarmantes. Mis manos tiemblan sin control.

De un momento a otro, ya no estoy viendo a Kiara y tampoco en la ruinas, estoy frente al portal golpenadolo con ímpetu. De nuevo veo a Kiara con ese maldito imbécil y ya no pienso, no razono, sólo soy rabia.

Alguien me toma por los brazos pero lo aparto de inmediato mientras sigo golpeando sin control. De nuevo siento manos sobre mi, pero las aparto, lo único que quiero es ir a donde está Kiara y dejarle claro que es mía.

Puedo escuchar voces lejanas, pero nada que mi oído capte con claridad. Siento que algo me hala, pero nada puede detenerme. Necesito cruzar este portal de mierda. Las voces se oyen más fuertes y lo único que puedo captar son las palabras “portal”, “poder” y “ruptura”.

Puedo oler un aura familiar, pero no le hago caso, hasta que siento que algo me golpea y pierdo el conocimiento.

(.)

Estoy caminando en un bosque espeso con grandes árboles. No entiendo que hago aquí, se supone que debería estár con los idiotas que siempre me acompañan.

Miro a los alrededores pero lo único que se puede ver en este bosque, a diferencia de los árboles, es un pequeño camino que conduce quien sabe a donde, algo me dice que debo seguir ese camino, así que lo hago.

Después de pasar varios árboles puedo ver un claro de luz a lo lejos, probablemente sea la salida del bosque. Sigo caminando hasta que efectivamente salgo del espeso bosque. Mi vista se enfoca en el arrollo de aguas claras, sigo la dirrección que lleva el agua con mis ojos, hasta que a los lejos miro un par de siluetas.

De seguro son mi hermano y el idiota de Christopher. Camino hacia ellos por la orilla de arrollo, pero una risa femenina me hace detenerme en sorpresa. No es cualquier risa, es una risa que conozco muy bien.

Kiara...

Apuro el paso emocionado por verla, pero de pronto escucho una risa masculina y no sé porque una enorme rabia se enciende en mi interior.

— ¡No lo diré! — Corre carcajeandose.

— ¡Si lo harás! — El chico la persigue igual de divertido.

— No es mi culpa que estés sordo.

— No estoy sordo, sólo quiero que lo repitas.

Siguen jugueteando mientras ella ríe a carcajadas. No sé en que momento dejé de moverme, pero por más que intento no puedo acercarme más.

El chico por fin la atrapa rodeándola por detrás.

— Ahora repite lo que dijiste.

— ¡No!

Ella forcejea para liberarse, pero no lo logra.

— Está bien, lo diré — se da la vuelta entre sus brazos quedando frente a frente — eres muy hermoso Dagon.

Peligrosa Oscuridad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora