CAPÍTULO 30.

1 2 0
                                    

Kiara.

Aprecio mi figura en el espejo y no puedo negar que me veo muy bien. El vestido que elegí es muy lindo, y pensar que nunca me lo había probado porque pensé que mi cuerpo no estaba hecho para lucirlo en vestidos.

Reviso el maquillaje para ver si no está muy cargado, pero Sam se encargó de que acentuara las facciones de mi cara de forma natural.

— Estoy muy satisfecha con el resultado — Sam me mira de pies a cabeza detallandome con cuidado — el bombón de abajo querrá subirte esa falda, arrancarte las bragas y hacerte olvidar tu nombre.

Ésta mujer no ha parado de decir que quiere que tenga sexo de una vez por todas. Si supiera lo que pasó hace tres semanas no estaría diciendo eso.

Le sigo la corriente a sus comentarios imprudentes para que deje de fastidiar.

— Andando mi querida amiga, es hora de que hagas babear al chico rubio — Me da una nalgada.

Ambas salimos de mi habitación, bajamos las escaleras y nos vamos en dirección a la sala. Jam está concentrado en su libreta, mientras que Caleb mira su móvil con aburrimiento. El primero en percatarse de mi presencia es mi mejor amigo, quien me mira con asombro, codea al chico que tiene al lado y este voltea a mirarme embobado.

— ¿Te le quedarás viendo toda la noche o qué? — Sam siempre de imprudente.

Caleb reacciona, se levanta y camina hacía mi dirección sin perderme de vista. Se detiene frente a mi y tengo que mirar hacía arriba por lo alto que es.

— Algunos te dirán que eres un lindo ángel. Otros, que eres un hermoso demonio, pero yo estoy seguro que Afrodita en un momento de inspiración creó una obra maestra para enseñarnos a los mortales el verdadero significado de la belleza perfecta — toma mi mano depositando un casto beso en el dorso de esta.

Me saca una sonrisa con las hermosas palabras que me dedica. Me hace sentir muy especial.

— Ay romeo, deja tus cursilerías para la cita — dice Sam en caminandose hacía la puerta — ahora váyanse.

Literalmente nos empuja hacía la salida, que cosa con su impaciencia. Al salir mis ojos se encuentran con un hermoso BMW gris.

— ¿Ese auto es tuyo?

— Si, está hermosura fué un regalo de mi tío — abre la puerta del piloto — sube y ponte cómoda.

Tiene asientos de cuero color negro muy cómodos y huele a chicle. No sé mucho de autos, pero estoy seguro de que este costó un pastal. Aprecio todo tomando asiento.

Yo también quiero un tío así.

— El reproductor es totalmente tuyo, eres libre de mostrarme tus gustos musicales.

Enciende el auto poniéndose en marcha, mientras yo conecto el estéreo con mi móvil. Coloco mi playlist favorita en aleatorio y de inmediato Youngblood de 5sos inunda mis oídos.

— ¿Eres fan de 5 Seconds of Summers? — Pregunta al oír la música.

— No diría que soy su súper fan, pero me gustan sus canciones.

— Tenemos algo en común — Sonríe mostrando sus oyuelos.

Me concentro en escuchar la música y la tarareo de vez en cuando. Busco la cámara de mi móvil para fotografiarme, Sam me mata si no me saco por lo menos una foto. Al terminar se la envío.

Miro por la ventana del auto lo linda que se ve la ciudad de noche. Las luces le dan la forma de una hermosa constelación. Una vista que vale la pena apreciar. Un recuerdo fugaz de mi noche con Nathaniel me comprime el pecho, pero lo descato de inmediato. No debo sufrir por alguien que sólo me utilizó.

Peligrosa Oscuridad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora