CAPÍTULO 44.

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Kiara.

Utilizar nuestros poderes no era tan complicado. Lo difícil era controlarlos sin destruir o matar a alguien. Pero gracias a que el príncipe nos dedicó algo más de una hora, pudimos aprenderé a controlarlos.

Un segundo estallido se escuchó más cerca, cosa que me asustó. Pero Aleixander nos dijo que aún no estábamos en peligro.

Lo primero que hice con mi poder mental, es intentar hablar con Nathaniel. Decirle que Heraze lo estaba utilizando, pero algo muy fuerte me saco de su mente y no pude hacer nada.

— Ya están listas — nos avisa.

— Gracias su alteza — le dedicamos una reverencia.

Entramos de nuevo al castillo encontrándonos a Jam

— ¡Por fin regresan! — exclama aliviado — pensé que tardarían todo el día y que tendría que verle la cara todo ese rato a ese — nos señala con la cabeza a un guardia — es aterrador la forma en la que me mira — eso último lo susurra con un atisbo de miedo.

En otras circunstancias me habría reído de su estupidez, pero la situación no está para eso.

— Debemos infórmale al rey que estamos listos — digo caminando por el pasillo.

Sam y Jam me siguen de cerca. Nadie dice nada durante todo el camino, tal parece que cada uno se hundió en sus propios pensamientos.

El guardia nos dijo que el rey nos está esperando en la sala de tronos. Cuando estuvimos en la puerta solicitamos permiso para entrar.

— Pasen — nos abren las grandes puertas.

El rey está sentado en su trono mirando a cada uno de nosotros.

— Su majestad, ya estamos listos — informo con respeto.

— Ya pude darme cuenta — se levanta caminando a nuestra dirección — debo decir que estoy impresionado con la rapidez que lo lograron — se detiene a un paso de mi — ¿Están seguros de que quieren dejar sus vidas?

Era un pregunta un poco fuerte, pero todos sabemos que siempre pertenecimos aquí, y aunque duela dejar todos nuestros bonitos recuerdos, debemos hacerlo. Ojeo a  mis amigos y ellos están igual de decididos que yo.

— Si, su alteza.

— Entonces los ayudaré a cruzar el portal en una zona que puedan llegar más rápido a sus hogares. Tendrán un día, mañana a la misma hora los estaré esperando en ese mismo punto, ¿Entendido?

— Si, señor — respondemos al unísono.

El rey nos dijo que colocaramos las manos en sus hombros y nos teletransportó a una zona del portal que no conocía.

— Por aquí llegarán en un par de minutos — informa el rey — tengan cuidado y estén mañana aquí en la hora fijada.

Todos asentimos. Estuvimos a punto de dar la vuelta para salir del portal, cuando vuelve a hablar.

— Y chicos — posamos la mirada en él— limpien todo rastro de su existencia en ese mundo.

Sabíamos lo que eso significaba. Nos pusimos en marcha, y efectivamente era una zona en donde estábamos relativamente cerca de nuestros hogares.

Llegamos a la orilla de la acera y nos quedamos unos segundos allí. Revisamos nuestras ropas y, con la ayuda de los poderes de Sam reconstruimos los trozos dañados.

Sí, Sam tenía el poder de regenerar lo que sea.

— ¿Listos? — pregunto.

— Tengo una idea — dice Jam haciendo que le prestemos atención — si este es nuestro último día con nuestros padres, entonces hagámoslo muy especial.

Peligrosa Oscuridad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora