Lluvia de flores (parte 2)

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Narra Camus.

12:00 AM.

La verdad no tenia muchas expectativas con esto, sin embargó, mi madre fue la que me dio el ánimo para aceptarlo lo mejor posible.

Dégel: se que es lo que piensas, pero te prometo que no es para nada como tú piensas - aseguró mientras se acercaba a mi.

Camus: ¿Cómo estás tan seguro de eso? No creo que sea diferente a todos los interesados que trajo mi padre para cortejarme hace dos años - asegure.

Dégel: Kardia simplemente trajo lo que creyó conveniente, pero jamas quiso unirte a alguien interesado - me dijo mientras colocaba una mano sobre mi hombro, únicamente suspire, mientras mi madre unicamente me sonrió, para después darse la vuelta e ir por mi padre.

Después de pensarlo detenidamente, decidí confiar una vez más en mi madre. Después de todo siempre lo que me decía era verdad, cuando menos lo espere, vi la carroza jalada por caballos entrar al castillo, decidí salir para acercarme para sacar al omega que no estaba tan interesado en conocer, la verdad.

Soldado: hemos llegado señor - me indico mientras yo únicamente suspiré, para después ver como uno de ellos abrió la puerta del carruaje.

Sutilmente me acerque, únicamente para después sentir un revoloteo en mi estómago una vez lo vi, ahí estaba el, con su traje blanco y su velo cubriendo su rostro, con la mirada baja y visiblemente nervioso, sin siquiera haber esperado mi reacción sonreír, para después de manera lenta y suave acercarle mi mano para ayudarle a salir, sin intención de asustarlo más.

Al momento de hacerlo, vi como el sorprendido levantó su rostro y me vio, nos vimos a los ojos por un momento y aunque lo dudo un poco, nervioso tomó mi mano y se levantó del asiento, por mi parte de forma suave y sin prisa lo ayudaba a salir, pero de lo nervioso que estaba tropezó con sus propios pasos y cayó, yo reaccione rápidamente tomando su mano con fuerza mientras lo jale hacia mi impidiendo que llegara al suelo, se volvió a poner de pie y después tomando su mano lo guíe hasta el castillo.

Sin siquiera haberlo imaginado o esperado, las sirvientas del castillo desde lo alto comenzaron a tirar pétalos de flores blancas mientras entrábamos, sonreír por inercia, nunca dejaban de sorprenderme, todos ellos siempre estaban un paso adelante, disimuladamente pase a ver a mi prometido, que sorprendido veía todo, cuando llegamos al castillo y seguidamente de que cerraron las puertas del mismo, solté suavemente su mano y me coloque delante de él, para después intentar levantar aquel velo que me impedía verlo con claridad, hasta que mi madre apareció frustrando mis planes.

Dégel: Camus por favor hijo no comas ansias, lo veras mañana después de la ceremonia - me dijo el mientras yo al caer en cuenta de lo que estaba apunto de hacer me disculpe.

Camus: lo siento mucho madre - me disculpe.

Dégel: es un gusto por fin conocerte Milo, tú madre me hablo mucho de ti, yo soy Dégel, el rey consorte actual y madre de tú futuro esposo Camus, ya debiste haberlo conocido, lo siento si te asusto, es bastante curioso - se disculpó - el es mi esposo el rey Kardia, tú suegro.

Kardia: vaya... ahora veo porque Dégel estaba tan necio conque fueras tú, pero dime ¿como quedo tú padre? - preguntó mi padre en son de broma, mi madre únicamente le dio un codazo en el estómago por imprudente y después se acercó al joven omega.

Dégel: te llevare a tú habitación, por favor sígueme mi niño - pidió mientras se lo llevaba.

Por mi parte unicamente baje la mirada y sonreí, mientras veía mi mano, ¿que era ese sentimiento tan extraño que me invadió en cuanto tome su mano? Por alguna extraña razón sentí la gran necesidad de no soltarlo nunca más. Sin más me dirigi al jardín, mientras mi padre me siguió.

Tiempo después.

En el jardín.

Tome un arco y una flecha, para poder practicar mi puntería, mientras esperaba que mi padre dejara de temer y me dijera lo que tuviera que decirme.

Kardia: y em... ¿que te pareció? - fue lo que titubeante y nervioso cuestionó.

Camus: no pude verle bien la cara - respondi mientras apuntaba al blanco, para después disparar, dando directo en el centro, me gire y vi a mi padre - no quiero hacerme ilusiones aún, muy probablemente también al igual que tú y tu consejo me considere un monstruo - le respondi, mi padre al escuchar aquello únicamente se rasco la nunca nervioso.

Kardia: jamás te considere un monstruo Cam, eres mi hijo y estoy bastante orgulloso de ti, pero debo admitir que heredaste ese lado frío de tú madre que me pone los pelos de punta - me aseguró, por mi parte unicamente reí, para después con un poco más de confianza responder.

Camus: lo poco que vi me encanto papá - confese mientras veía como una profunda paz se reflejo en el rostro de papá al escuchar eso - pero... ¿Crees que al obligarlo a casarse conmigo tengo oportunidad? - pregunté triste.

Mi padre se acerco lentamente hasta mi, coloco sus manos sobre mis hombros para que lo viera a los ojos y después de arreglar un poco el cabello de mi fleco hablo.

Kardia: eres un alfa bastante atractivo Camus, tienes un punto a favor, pero debes ser paciente, tratalo con cuidado y de forma dulce así como lo hiciste cuando lo guiaste hasta el castillo, de lo contrario es seguro que lo asustaras - me dijo sonriendo.

Camus: ya se veía muy asustado ¿no crees? - pregunté.

Kardia: es que tú tienes la culpa, ¿cómo se te ocurre amenazar a tú suegro con matarlo si no te lo entregaba? - me pregunto.

Camus: conozco a ese hombre papá y si no era así, era muy seguro de que no lo iba a hacer por las buenas, lo protege como si se tratara de una flor - le respondi.

Kardia: ¿y a ti no te pareció una hermosa flor? - me pregunto sonriendo, a lo que yo únicamente asentí - tranquilo, que aquí esta tú padre para ayudarte a cortejar a esa belleza, verás que siguiendo mis consejos en menos de un mes lo tendrás bien enamorado - aseguró mientras yo únicamente asentí, se sentía bien tener el apoyo de papá en estos momentos.

Sin embargo, también pude ver una pizca de angustia en sus ojos, ¿que le pasaba?

Mientras tanto.

Con Milo.

Narra Milo.

Después de que hablara con mis padres para informarles de que estaba bien y de que mi papá amenazara al señor Dégel de que si se enteraba de que su hijo me había obligado a hacer algo que no quisiera, lo iba a venir a matar, me quedé solo en la habitación.

Ahora me encontraba dándome un baño con agua tibia, estaba viendo mi mano, confundido.

Milo: ¿Que será eso que sentí en cuanto nuestras manos se tocaron? - pregunté mientras veía mi mano, para después suspirar mientras me sumergí un poco en el agua - odio admitirlo pero realmente es un chico bastante guapo, mamá no se equivocaba y muy seguramente si tenga muchas admiradoras detrás suyo - fue lo que pensé.

Estaba preocupado por lo que pudiera pasar, si bien era cierto que yo era el omega seleccionado para convertirme en su consorte, nada me aseguraba de que mantendría mi posición como el omega oficial si alguno de esos "pretendientes" lograba engatusarlo, sali del agua para después pensar seriamente en eso.

Milo: mamá nunca me habló de lo difícil que era mantener una marca ahora que lo pienso bien - me dije a mi mismo - lo preocupante de esto es que si dejo que esto suceda, será difícil separarme de él después sin mencionar que un omega anteriormente marcado rara vez sobrevive después de la ruptura - susurre mientras me ponía a pensar - vaya que el señor Dégel la tuvo difícil ahora que lo pienso bien - me dije a mi mismo.

Continuará...

Él Enigma (Camus x Milo) (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora