Tardaron largas horas en llegar a la base de petróleo en barco, se hizo de día en el proceso, pero al menos lo que quedaba del grupo elite no murió en el intento. Eso era bueno... y también era tener la vara muy baja.
Habían tenido el tiempo suficiente para que Alex regenerara y recibiera sangre, así que ya estaba sentada en el sillón, tratando de pensar cómo iban a hacer el movimiento de barco a barco. Le habían vendado el brazo con un pedazo de remera, al igual que Finn, quien estaba sentado a su lado, brazo sobre sus hombros. Todo el resto se habían sentado en el suelo o en los sillones alrededor.
-¿Nos van a dejar subir simplemente?-quiso saber Iri-. ¿O tenemos que correr por nuestras vidas de nuevo?
-Sí y no-respondió el papá de Theo, de pie al lado de la puerta del conteiner-. Vamos a tener que salir de aquí por nosotros mismos, pero en el edificio vamos a estar bien.
Todos se quedaron en silencio.
Finn levantó su mano.- Le encuentro el pelo al huevo: ¿qué quieres decir con eso?
-El barco de carga no va a frenar en la base de petróleo-dijo Daniel-. Vamos a tener que pasar a una mini lancha que nos va a llevar a la base.
Theo suspiró.- Ya decía yo que era demasiado fácil.
-Nada es demasiado fácil-replicó Alex-. Lo sabemos. Sí. Pero ahora, ¿cómo bajamos? ¿Saltando?
El papá de Theo la miró.- Parecido, sí.
-La vida es cada vez más divertida-murmuró Thomas-. Escapar de castillos y saltar barcos. Genial. Hagamos más cosas ilegales.
-Haber estado en territorio rojo ya era ilegal-le avisó Finn.
Thomas parpadeó.- ¿Era ilegal estar ahí?
-¿Por qué te piensas que teníamos identidades falsas y pagábamos todo en efectivo?-inquirió Theo-. ¿Por qué era más divertido?
-No sé, la verdad. Yo simplemente seguí las indicaciones.
Finn no pudo evitar reírse ante eso.
Todo se estaba yendo a la chota, pero la Banda estaba junta. Finalmente. Años de su vida había sido sacados cuando habían estado separados. Había sentido una parte de él incómoda desde que habían secuestrado a Thomas, y no era porque era una persona secuestrada, sino porque era su Thomas. Había tenido ganas de tirarse al piso y llorar al menos dos veces por día, sino más. A pesar de que estaban todos hecho mierda, eran la Banda. Sus personas en el mundo.
-Lo que sea-cortó Alex.
Su otra persona en el mundo que había sido adjuntada.
-Espero que haya alguna forma especial para saltar-dijo ella-, porque mi movilidad es bastante reducida.
-Colgamos una soga y bajamos-replicó el papá de Theo.
-Nosotros podríamos haber pensado un plan mejor-dijo Noah-. Habríamos encontrado una forma mejor antes que saltar literalmente.
-Hay una soga de por medio-se defendió él.
-En el culo me voy a meter la soga-murmuró Theo-. Pero, entonces, ¿a lo entrenamiento militar? En vez de trepar, bajando.
-Eso mismo.
-Esa era la parte fácil-asintió Thomas-. Requería la mitad de fuerza. Sino menos.
-¿Me llevas?-inquirió Alex-. Porque sostener mi peso está siendo difícil.
-Te llevo a upa.
-Te adoro, Tommy.
Tommy le guiñó el ojo y se recostó en el sillón, con el brazo de Noah detrás de él.
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LA HORA AZUL: LOS AZULES
FantasyLA HORA AZUL: LOS AZULES (Precuela de LA GUERRA ETERNA) Alexandra Di Forte, una chica de dieciocho años, se va a la guerra con todo el resto de la gente de El Idilio. Ella se encontrará a sí misma luchando por un país en el que ni siquiera nació, pe...