CAPÍTULO 9

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Ya era momento de bajar, pero todavía sigo en shock, tanto que soy una de las últimas en salir del avión, me siento desconcertada  y mi cabeza me hace mil preguntas: –¿Estoy soñando? ¿Estoy alucinando? ¿Me volví loca?–
–¿Esto es real o es una gran casualidad?–
Acabo de, no solamente cruzarme con Enzo y hablar con él, sino también en quedar en comunicarme para hacerle fotos.

¡NO ENTIENDO NADA!

Al bajar del avión, trato de buscarlo en la multitud, pero no lo encuentro. Es ahí donde me cuestiono si en verdad pasó o solo estaba soñando.

La emoción me sobrepasa, así que igualmente, ni bien pongo un pie afuera del aeropuerto, festejo como una nena de 5 años a la cual le das un chocolate.

Mientras camino, voy cayendo un poco en la realidad y me cuestiono absolutamente toda mí existencia.

Para aclarar mis dudas, antes de subirme al taxi que me llevaría a casa, lo veo nuevamente, a una distancia media, la cual me permite confirmar que había sido real. Era Enzo, el cual también me ve y se me queda mirando mientras sonríe y guiña sutilmente un ojo.

¡VOY A MORIR! ¿¿PORQUE ESTOY SIENDO TAN AFORTUNDA ESTOS DÍAS??

–Ya era hora de que me empiece a ir bien– digo mientras se me dibuja una sonrisa de oreja a oreja.

Le devuelvo esa sonrisa acompañada de un gesto de adiós con la mano para seguido, partir a mí hogar de la infancia.

– ¿Y si tal vez solo fue amable?– aparecen de nuevo las preguntas internas.

–¿Y si capaz ni siquiera le gustaron las fotos y  solamente me dijo de hacer algo para quedar bien?– No lo sé, mis pensamientos me están confundiendo. No sé si emocionarme o no, no sé si exageré y en realidad no fue tan así como lo percibí.

Trato de calmarme antes de llegar y cuestionar si debería escribirle o no.
Pero la pregunta está también en –¿Por qué tendría que seguir siendo amable fuera del avión?– Donde no había nadie, –¿Por qué me guiñaría un ojo?–
Creo que yo me estoy emocionando por demás.

Igualmente, me vuelvo a sentir completamente inmadura, pero luego caigo en cuenta de que todavía lo soy y falta bastante para cumplir 20 años y ser toda una adulta. Tengo que aprovechar mientras pueda.

𝐂𝐎𝐍𝐓𝐈𝐆𝐎 | 𝔼ℕℤ𝕆 𝕍𝕆𝔾ℝ𝕀ℕℂ𝕀ℂDonde viven las historias. Descúbrelo ahora