CAPÍTULO 25

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Según Luz:

Estoy a una semana de cumplir años, los malditos 20. Mis amigos y Mateo me están organizando un festejo, como los que nunca me hicieron mis anteriores amigos, cómo cambian las cosas, ¿no?

Hace un año era otra persona totalmente distinta a la que soy ahora, siento que, en cierta parte, el trabajo y la nueva gente que me rodea me impulsaron a madurar y tomar las cosas desde un lado más serio.

Por supuesto que el crédito mayor me lo doy a mí, por permitirme vivir, por permitirme amar y, sobre todo, permitirme sanar.

Rápidamente, llegó el día esperado.
El festejo fue íntimo y hermoso, me siento querida y agradecida por este momento.

Me llegan llamadas y mensajes de saludos de parte de mi familia y uno que otro amigo.

Mis papás me dejan sorprendida al revelarme que mi regalo es un pasaje a España por 3 días.

Mi primera reacción es mirar a Mateo, preocupada, para seguido responderles
—Muchas gracias papis, pero ¿y Mate?

—Ay bueno hija, tampoco tampoco, la cumpleañera sos vos, no él— entre risas.
—Además, un par de días separados no les va a hacer mal— acota mi hermana.

Pensándolo bien, aunque me dió pena por él, tenían razón, era mi cumpleaños y un viaje sola me iba a hacer bien.

—No hay problema amor, no te preocupes por mí y disfruta de tu regalo— dijo Mateo, tan comprensivo como siempre.

Disfruté de lo que me quedaba de la noche para antes de ir a dormir, preparar la valija y despedirme como se debe con Mateo, ya saben a lo que me refiero.

A la mañana siguiente me acompaña al aeropuerto. Soy consciente de que nos esperaban 3 días sin vernos, pero yo confío en él y sé que él también confía en mí.

—Cuídate mucho, mi amor, y disfrutá sobre todo— dice para después acercarse a mi boca y despedirme con un beso tierno.

En el vuelo, el recuerdo de la vez que me encontré a Enzo en un avión destino a Uruguay asecha mi mente, también recordaba el encuentro más reciente, en la fiesta el fin de semana pasado, en cómo la vida nuevamente me lo ponía en el camino, provocándome pensamientos confusos. 

Por otro lado, pienso en mi relación con Mateo, él es tan dulce y yo tan fría. Por más que todo está bien entre nosotros, a veces siento que no lo merezco.

Luego de casi 12 horas de viaje, finalmente llegué a las calles de Madrid.

Mis papás ya se habían encargado de mi hospedaje, el Hotel Abalu sería mi casa por estos días...

𝐂𝐎𝐍𝐓𝐈𝐆𝐎 | 𝔼ℕℤ𝕆 𝕍𝕆𝔾ℝ𝕀ℕℂ𝕀ℂDonde viven las historias. Descúbrelo ahora