𝐂𝐎𝐍𝐓𝐈𝐆𝐎 | 𝔼ℕℤ𝕆 𝕍𝕆𝔾ℝ𝕀ℕℂ𝕀ℂ

CAPÍTULO 46

Según Enzo:

El día tan esperado llegó velozmente, ya estaba todo listo para comenzar con la ceremonia y para calmar los nervios, tomo mi celular para despejarme. Revisando los mensajes en mí Instagram, uno en específico llamó mi atención, pero decidí no leerlo en ese momento y seguir arreglándome para salir.

Era mi momento, debía estar en el altar primero para la llegada de Luz.

Con emoción, observo a mí alrededor y veo como todo está perfecto, como la vida se acomodó completamente a mi favor. Tengo todo lo que siempre quise.

Mis padres y hermanos están aquí conmigo, mis amigos, la familia de Numa y algunos compañeros de elenco.

Lo más importante que tengo, mi hijo acompañado de su familia materna, mis suegros que aunque son muy reservados y fríos, están haciendo un excelente trabajo como abuelos, mi cuñada, la cual me ayudó a volver con Luz, definitivamente sin su ayuda no sé si esto estaría pasando.

Según Luz:

Siento como los nervios me arropan, me abrazan tan fuertemente que respiro con dificultad. Después del nacimiento de Numa no había estado tan nerviosa y feliz a la vez.

Es totalmente irreal lo que estoy viviendo, pensar como en 4 años toda mi vida cambió por completo, como formé una familia, mi propia familia.

Por supuesto, tuve que pasar por muchos altibajos para llegar al día de hoy, pero finalmente todo dio su fruto.

Estoy satisfecha, más que satisfecha conmigo misma, por permitirme vivir de nuevo, por dejarme amar y amar a alguien más, sin miedos.

Estoy a unos segundos de salir, con mi hermoso vestido soñado de novia, es incluso mucho mejor de lo que siempre soñé.

Mientras voy camino al altar del brazo de mi padre, el cual poco a poco va aprendiendo a ser más presente conmigo, los nervios ahora se convierten en emoción, siento cada sentimiento a flor de piel.

Miro a mí alrededor, veo como todo está en su lugar. Veo a mi familia, mi madre, con la cual tuve una charla hace poco dónde pude decir todo lo que sentía. Después de eso nuestra relación cambió y entendió que el dinero no lo es todo, que vale muchísimo más la presencia y no lo material.

Veo a mi cómplice, mi única hermana, tan feliz. Su felicidad es la mía.

Y llegando al altar veo a Enzo lagrimeando, mi hombre, tan perfecto, tan hermoso.

-Te amo, hija- se despide mí padre, con un beso en la frente, dejándome en el altar para sentarse en la primera fila de sillas.

Según Enzo:

Verla llegar vestida de novia provocó millones de emociones en todo mi interior. Se ve tan preciosa que no puedo ocultar mis lágrimas, las cuales saltan de mis ojos de manera incontrolable.

-Estás hermosa mi amor- dije, mientras la recibo tomándola de las manos.

Se ve como una princesa, más que una princesa, como una reina que está a unos minutos de convertirse en mi esposa.

-Te amo tanto- respondió ella, con los ojos cristalizados.

~

-Vamos a dar inicio a esta hermosa ceremonia de amor y unión y que el Señor confirme este consentimiento que han manifestado ante la Iglesia y cumpla en ustedes su bendición. El Señor bendiga estos anillos que van a entregarse uno al otro en señal de su amor y fidelidad.-

-Enzo Vogrincic Roldán, ¿recibe usted a esta mujer para ser su esposa, para vivir juntos en sagrado matrimonio, para amarla, honrarla, consolarla y cuidarla, en salud y en enfermedad, guardándole fidelidad, durante el tiempo que duren sus vidas?- preguntó el sacerdote.

Con la voz casi quebrada respondí.
-Sí, acepto y te tomo como esposa, prometo amarte y cuidarte más allá de esta vida. Te elijo tal y como eres, del mismo modo en que me ofrezco a ti. Siempre estaré presente en tu vida y en la de nuestro hijo.-

-Luz Isabella Velázquez, ¿recibe usted a este hombre para ser su esposo, para vivir juntos en sagrado matrimonio, para amarlo, honrarlo, consolarlo y cuidarlo, en salud y en enfermedad, guardándole fidelidad, durante el tiempo que duren sus vidas?-

-Sí, acepto y te tomo como esposo, prometo estar con nuestra familia en el bien y en el mal, en la riqueza y en la pobreza, en salud y en enfermedad, para amarte y cuidarte más allá de la muerte.- respondió mirándome fijamente a los ojos mientras las lágrimas recorrían sus mejillas.

-Felicidades, los declaró marido y mujer. Puede besar a la novia.-

Sellando con un beso nuestro amor, la felicidad inundó por completo nuestras vidas nuevamente. Era el inicio de nuestra vida de casados.

Disfrutamos con un festejo hermoso con todos los invitados, llenos de buenos deseos y felicidad.

Para luego, esa misma noche, embarcarnos a una mini luna de miel, ya que no queríamos dejar a Numa muchos días, así que decidimos que solo sean 2 días.

Volvimos a la isla en donde nos comprometimos y en la cual, sacando algunas cuentas, creamos a Numa.

Esta isla literalmente nos convirtió en una familia y que mejor lugar que disfrutar nuestra luna de miel aquí mismo.

-Te amo demasiado Luz, gracias por iluminar mi vida- expresé, mientras nos fundimos en las sabanas que cubren nuestros cuerpos desnudos.

-Sos el amor de mi vida, y ahora mi marido, no lo puedo creer- respondió mirándome embobada.

-Sabés que desde que me di cuenta de que no te podía dejar de pensar, supe que iba a hacer de todo para que estemos juntos y no de una manera obsesiva, sino que era algo que sabía que si o si iba a pasar, pero, aun así, no me gustaría mentirte el primer día de casados, así que tengo que confesarte que el día que te encontré en el avión no fue casualidad como las otras veces, sino que con ayuda de tu hermana supe que ibas a estar ahí.

-Algo intuía en eso, se me hizo muy raro, pero bueno amor, ya pasó y gracias a eso estamos juntos, así que agradezco que haya pasado. Gracias por decírmelo igual- dijo, entre risas.

Mi confesión le había dado paso a un vaivén de carcajadas y recuerdos graciosos compartidos.

Fue la primera noche como esposos más linda del mundo para mí, y a juzgar por su cara, estoy seguro de que también es la de ella.

No me alcanzan las palabras para explicar todo lo que siento, lo que me hace sentir ella, todo lo que me dio, todo lo que transformó en mí. Me dio lo más preciado que tengo, nuestro hijo, el ejemplo perfecto de nuestro gran amor...

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