CAPÍTULO 26

1K 66 7
                                    

Casualmente, mi cumpleaños cayó un jueves, por lo tanto, hoy, viernes a la tarde, es recién mi primer día. Aunque estoy un poco cansada por el viaje, quiero aprovechar más que bien cada momento.

Di un pequeño recorrido por lo que me quedaba más cerca y a la vuelta, como ya es algo tarde, aprovechando los servicios del hotel, me preparo una velada en la habitación.

Mientras espero que llegue la comida, me comunico con mi familia nuevamente y con mi novio.

Matu ❤️
Y qué onda allá?

Estoy esperando la comida, es muy lindo el hotel

Ya te extraño hermosa, hacemos videollamada??

También yo, daleee


Durante la videollamada, charlamos más a fondo sobre mis planes en España. Él me ayudó con algunas sugerencias y me remarcó que confía en mí.

Con la tranquilidad que me transmitió, al día siguiente me preparo para salir.

Elijo un vestido blanco de seda, que se amolda perfectamente a mi cuerpo y en los pies unas sandalias negras de taco fino.
Con mi pelo, aunque me costó decidirme, opté por recogerlo en una media cola y respecto al maquillaje, nunca me gustó estar tan cargada, así que me fui por el estilo makeup no makeup.

La noche anterior, después de hablar con Mateo, reservé un lugar en un restobar fino.

El reloj marcó las 20 hs, así que me dirigí a la salida para tomarme un taxi camino al lugar.

Era la primera vez que salía sola, tal vez en otro contexto me daría vergüenza, pero estando acá todo me da igual.

Mi estadía en el restobar fue casi efímera, ya que después de comer, de un momento a otro el clima se volvió muy frío y yo estaba en la zona de aire libre, lo cual me provocó dolor de estómago por mi atuendo desabrigado.

Por más que disfruté de la comida, ya quería llegar a mi habitación y acostarme en la cama tapada hasta la cabeza.

Al bajar del taxi, con mis brazos envuelvo mi cuerpo frío y solo saco mi mano para apretar el botón del ascensor.

Cuando el ascensor está a punto de cerrar, sus puertas se ven interrumpidas por el ingreso de dos hombres bien vestidos, como si también venían de cenar o algo similar.

El pelo del hombre que se encontraba justo en frente de mí me resultaba conocido.

Internamente, me ofendo conmigo misma por creer que sería Enzo, o sea, ¿por qué tendría que seguir estando atormentada con él? 

Cuando en un momento, dicho hombre se gira para charlar con el otro, dejando al descubierto su perfil, lo reconozco, me quedo aún más fría al verlo frente a mí, nuevamente Enzo. ¿Qué clase de casualidad es esta? No lo entiendo.

—¿Enzo?—digo con la voz débil.

Él se gira y al reconocerme, sin decir una palabra, me cubre de un abrazo sincero que me llegó al corazón, lo sentí muy real. 

Momento inesperado.

—¿Qué?, no. No lo puedo creer, te lo juro— expresa con sentimiento —Es como la quinta vez que nos pasa esto de encontrarnos en cualquier lugar— le dice, sorprendido al otro muchacho que se encontraba ahí.

—La verdad es increíble— digo, soltando un brazo para devolverle el abrazo.

—¿Qué haces acá? No lo puedo creer.

—Regalo de cumpleaños— me interrumpe el sonido de que ya habíamos llegado a mi piso —ya me tengo que bajar—, le digo mientras observo cómo sus ojos iluminados se desvanecían.

—Esperá— exclama el pelinegro con la voz imponente.

—Te noté con frío, tomá mi saco.

—No hace falta, ya llegó a mi habitación y se me pasa.

—Por favor, vos agarralo— repite mientras me mira directamente a los ojos.

Acepto y agarro rápidamente el saco, no puedo creer cómo esto está pasando otra vez.

¿Qué es lo que significa?

𝐂𝐎𝐍𝐓𝐈𝐆𝐎 | 𝔼ℕℤ𝕆 𝕍𝕆𝔾ℝ𝕀ℕℂ𝕀ℂDonde viven las historias. Descúbrelo ahora