Mientras observaba los edificios frente a mí, una mezcla de alivio y ansiedad se apoderó de mí, Madison seguía en Alemania, lo cual significaba una preocupación menos en mi complicada vida, sin embargo, Megan, en cambio, seguía siendo un enigma y una fuente de inquietud constante.
Un suspiro escapó de mis labios mientras luchaba con la idea de disculparme con Megan, sabía que mi comportamiento la noche anterior había sido inapropiado, y el peso de la culpa se apoderaba de mi conciencia, la incertidumbre de no saber qué pensaba ella, me carcomía por dentro.
Me giré con cuidado para asegurarme de que Sofía seguía dormida en el sofá, su serenidad dormida proporcionaba un pequeño respiro en medio del caos que estaba viviendo.
Decidí tomar mi teléfono y marcar el número de Megan, el tono de marcado resonaba en mi oído, y cada segundo sin respuesta aumentaba mi nerviosismo, finalmente, la llamada fue desviada al buzón de voz, y el silencio se instaló en mi mente, su decisión de no contestar hablaba más fuerte que cualquier palabra.
Una sensación de frustración y tristeza se apoderó de mí ¿Cómo había llegado a este punto? Las complejidades de mis relaciones personales parecían multiplicarse con cada día que pasaba, Megan, en su silencio, me dejaba con un nudo en el estómago, y no podía evitar sentir celos por su vida aparentemente cómoda junto a su esposo.
Las luces de la ciudad parpadeaban como un recordatorio constante de las decisiones que había tomado y las consecuencias que enfrentaba, el dilema entre el pasado y el presente se intensificaba, y me preguntaba si alguna vez podría encontrar la paz en medio de este torbellino emocional.
Regresé al sofá donde Sofía dormía, y mientras la observaba, una oleada de gratitud me invadió, estaba agradecido por su presencia en mi vida en este momento tumultuoso, sin embargo, la sombra de Megan seguía proyectándose en mi mente, recordándome que las decisiones del pasado a menudo persisten en el presente.
Volví a insistir y volví a sentirme ignorado.
Volví a girarme para ver a Sofía, pensándolo bien, Sofía era la esposa privilegiada que siempre había querido tener, no sé a dónde iría esto, pero Sofía era la indicada, o eso esperaba.
Mi pensamiento cambió cuando mi teléfono volvió a sonar, una parte de mi deseaba que fuese Megan.
Jordan.
—Está noche dynamite— chilló por el otro lado del teléfono.
—Jordan, te tengo mucho aprecio pero sólo quiero descansar, además anoche tuviste fiesta ¿no recuerdas?
—Tengo una ayudita que te encantará.
Por el polvo blanco que tenía en la nariz esta mañana, estaba claro que sabíamos de lo que hablaba.
—Jordan, me encantaría pero tengo que comprar cosas para mi nueva casa ¿recuerdas? Hubo un silencio.
—¿Y si traspasamos la fiesta a tu casa? —propuso Jordan con entusiasmo.
Fruncí el ceño, sorprendido por su sugerencia. ¿Una fiesta en mi casa? La idea me llenaba de emociones encontradas, por un lado, la idea de tener una fiesta en mi nuevo hogar sonaba emocionante, pero por otro lado, me preocupaba el posible caos y desorden que podría traer consigo.
—Jordan, créeme que estoy bien servido —respondí, tratando de mantener un tono firme a pesar de mis dudas.
Hubo un breve silencio al otro lado de la línea, como si Jordan estuviera sopesando mis palabras, finalmente, habló de nuevo.
—Nunca se está lo suficientemente servido, por cierto, me he comprado unos prismáticos y te estoy viendo en la azotea, me dirigiré a tu casa y lo hablaremos con más calma —anunció, con una nota de diversión en su voz.
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Los Chicos De Harvard •Madison Beer• Megan Fox• Sofía Carson•
RandomEn las brillantes y deslumbrantes calles de la alta sociedad de Beverly Hills, donde el poder y la riqueza se entrelazan en un juego peligroso, se encuentra Connor Carter, un joven ambicioso con un talento innato para los negocios y una determinació...