El sonido estridente del monitor cardíaco cortó el aire, como un lamento premonitorio. Me desperté de golpe, pero en lugar de ser recibido por la luz matutina, me encontré con el caos de una tragedia inminente, las luces parpadeaban y la urgencia en la habitación creaba un escenario surrealista donde el tiempo parecía perder su ritmo regular.
-¡Necesitamos espacio! -el grito del médico resonó, pero sus palabras eran como ecos lejanos en mi mente. Mi padre, que minutos antes parecía estar recuperándose, ahora estaba atrapado en una danza frenética entre la vida y la muerte.
Las manos hábiles de los médicos se movían como sombras danzantes, pero cada segundo transcurría como una eternidad para mí. Observé, con la mirada perdida, la coreografía desesperada para salvar a mi padre, un baile de esperanza y desolación que se ejecutaba en un escenario iluminado por destellos de esperanza efímera.
El sonido constante del monitor cardíaco, antes suave y reconfortante, se desvanecía gradualmente, como el susurro de un adiós inevitable. Mi padre, en la cama, era la figura central de un drama desgarrador, mientras yo quedaba atrapado en la orilla del abismo de la pérdida.
El momento culminó con un tono prolongado, un lamento melancólico que resonó en la habitación. Finalmente, comprendiendo la tragedia que se avecinaba, me dejé caer en el sillón. La realidad se cerró sobre mí como un puño implacable, aplastando mis esperanzas y dejándome en un abismo de dolor y desesperación.
El personal médico, en un respetuoso silencio, abandonó la habitación, dejándome solo en la penumbra. El silencio se apoderó del espacio, solo interrumpido por mi sollozo apagado mientras me sumía en la devastación, el rostro sereno de mi padre, ahora en reposo, fue la última imagen que quedó grabada en mi memoria, marcando el inicio de una nueva realidad cargada de angustia y pérdida.
La habitación parecía haberse vuelto más pequeña, más oscura. El eco de las palabras de aliento que había compartido con mi padre aún resonaba en mis oídos, pero ahora como un eco lejano de un pasado que se desvanecía. La batalla que había enfrentado mi padre había terminado, pero dejaba tras de sí un vacío abismal en mi corazón.
Me quedé inmóvil, atrapado en la vorágine de emociones que arremetían en mi interior. El futuro, que segundos antes se presentaba lleno de esperanza con la recuperación de mi padre, ahora se desvanecía, dejándome a la deriva en un mar de incertidumbre.
La sensación de pérdida me abrumaba, me sentía como un náufrago sin un faro que iluminara mi camino. Cerré los ojos, pero las imágenes del último momento con mi padre me perseguían implacables. La risa compartida, las conversaciones esperanzadoras, todo se desvanecía en un instante.
Finalmente, la cruda realidad se apoderó de mí. Me puse de pie, pero mis piernas temblaban bajo el peso del dolor, me tocó volver a sentarme en aquel sillón.
Sin un destino claro, me preguntaba cómo seguir adelante sin la figura que siempre había sido mi ancla. La sombra de la pérdida se proyectaba sobre mi futuro, y yo, incapaz de encontrar consuelo, me adentré en la noche, sin saber a dónde llevarían mis pasos ni cómo podría recomponerme de esta dolorosa realidad.
El silencio en la habitación del hospital era abrumador, aún aturdido por la noticia de la repentina muerte de mi padre, permanecía inmóvil en aquel sillón, incapaz de procesar completamente la realidad de lo que acababa de ocurrir.
De repente, el personal del hospital entró con solemnidad, sus uniformes blancos parecían resplandecer en contraste con la tristeza que colmaba la habitación, con gestos suaves, comenzaron a preparar el cuerpo de mi padre para llevárselo.
Observé con incredulidad cada movimiento, como si estuviera desconectado de la escena. Las palabras de consuelo se mezclaban con el zumbido distante en mis oídos ¿Cómo podía ser que mi padre, que apenas horas antes estaba charlando conmigo, ahora yaciera sin vida?
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Los Chicos De Harvard •Madison Beer• Megan Fox• Sofía Carson•
LosoweEn las brillantes y deslumbrantes calles de la alta sociedad de Beverly Hills, donde el poder y la riqueza se entrelazan en un juego peligroso, se encuentra Connor Carter, un joven ambicioso con un talento innato para los negocios y una determinació...