Mi padre se alegró mucho de ver a Sofía, no esperaba verla tan pronto. La abrazó con fuerza, como si temiera que se desvaneciera si la soltaba.
—Papá, recuéstate —le ordené suavemente, aunque con firmeza.
Con una sonrisa complacida, mi padre obedeció, acomodándose de nuevo en la cama. Sofía se acercó a mí y tomó mi mano, su tacto cálido y reconfortante.
—Parecéis una pareja de anuncio —comentó mi padre con una sonrisa amplia.
Me rasqué la nuca, sintiendo un poco de nerviosismo ante su comentario.
Sofía, siempre tan encantadora, sonrió y asintió sin decir nada.
—Espero que Connor ya te haya puesto el anillo —dijo mi padre, mirándonos con expectativa.
Nos miramos mutuamente, un poco sorprendidos por su comentario. Sofía se adelantó con una risita ligera, rompiendo el momento de tensión.
—Papá, tranquilo, poco a poco —dije, intentando desviar la conversación.
Sofía apretó mi mano y habló con una dulzura que hizo que mi corazón latiera un poco más rápido.
—De momento, anillo no pido, sólo pido que el abuelo de mi hijo se recupere pronto para poder cuidarlo en casa —dijo, sus ojos brillando con ternura y esperanza.
Asentí, sintiendo una mezcla de gratitud y responsabilidad. La situación era complicada, pero el apoyo de Sofía me daba fuerza para enfrentar lo que viniera.
Sofía era la mujer que necesitaba a mi lado. Sentía una mezcla de gratitud y amor por su presencia constante y su apoyo incondicional.
Un enfermero entró en la habitación, informando que mi padre necesitaba un chequeo, y se lo llevó. Sofía y yo nos quedamos solos. Ella comenzó a observar la habitación del hospital con curiosidad mientras yo la miraba divertido.
—¿Te gustan los uniformes de enfermera? —preguntó, elevando una ceja con picardía.
No pude evitar reírme, imaginándome la escena.
—Sofía, esto no es un lugar para eso, además, puedo contagiarte algo a ti o al bebé.
Sofía colocó su dedo índice en mi boca y susurró "shhh," intentando callarme de manera juguetona.
—Sofía, tengo que estar aproximadamente dos días más sin sexo —dije en un susurro, mirando alrededor con nerviosismo, tratando de ser discreto.
Ella suspiró, resignada, pero con una sonrisa traviesa en los labios. Luego, se sentó en mis piernas, y antes de que pudiera reaccionar, empezó a darme besos y pequeñas mordidas por toda la cara. Sus manos jugueteaban con mi cabello, y sentí cómo la tensión se desvanecía lentamente.
Intenté controlarme, había una parte de mí que quería responder a sus caricias, pero sabía que no podía.
—Sofía, no quiero hacerle nada al niño —dije, mi voz temblando ligeramente.
Sofía se detuvo, comprendiendo mi preocupación. Sus ojos mostraban una mezcla de deseo y ternura.
—Lo entiendo, no es el momento ni el lugar, pero que sepas que en dos días no te me escapas —dijo, su tono burlón pero con un brillo serio en su mirada.
Asentí, sonriendo ante su determinación. La tensión del momento se había disipado, y aunque el deseo seguía presente, sabíamos que nuestras prioridades eran más importantes. Sofía era la persona con la que quería compartir mi vida, y este tipo de momentos solo reforzaban ese sentimiento.
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Los Chicos De Harvard •Madison Beer• Megan Fox• Sofía Carson•
RandomEn las brillantes y deslumbrantes calles de la alta sociedad de Beverly Hills, donde el poder y la riqueza se entrelazan en un juego peligroso, se encuentra Connor Carter, un joven ambicioso con un talento innato para los negocios y una determinació...