Veía desde lejos a un grupo de hombres elegantemente vestidos de negro, todos parecían sumidos en la tristeza, ocultos tras sus gafas negras.
No me creía nada.
Especialmente las lágrimas del maldito Kevin Hunt.
No podía permitirse montar un espectáculo, especialmente sabiendo que ese pobre hombre estaba ahí debido a mi culpa.
Mi teléfono comenzó a sonar, pensé que sería del hospital y no tardé en mirar la pantalla.
Sofía.
—Sofía, estoy un poco ocupado, ¿es urgente?
—Quería saber cómo estaba tu padre.
Mientras observaba cómo arrojaban tierra sobre el ataúd, respondí dudoso: —Mmm, sí, se está recuperando.
Escuché un murmullo desde la otra línea.
Seguí mirando en silencio lo que ocurría, y con la mano libre me persiné.
—Lo siento mucho —susurré, mirando el funeral.
—¿Qué sientes? Amor —Sofía continuaba hablando.
—Sofía, te llamo luego —colgué.
Esperé a que el señor Hunt se alejara un poco antes de acercarme, su mirada reflejaba incredulidad; se quitó las gafas como si estuviera viendo un fantasma.
—Connor, ¿qué haces aquí?
Lo miré fijamente a los ojos, deseando golpearlo pero sabiendo que había demasiada gente alrededor.
—Necesitaba hablar con usted por lo ocurrido —señalé hacia la reducida multitud que quedaba frente a la tumba.
Kevin también miró en esa dirección; algunas personas aún lloraban la muerte de aquel señor.
—Uno nunca sabe cuándo se le acaba la hora —se excusó, intentando evadir la responsabilidad.
Maldito cobarde.
—Y sobre todo, uno nunca sabe cuándo alguien le quita la pila a tu reloj.
Kevin volvió a colocarse las gafas de sol negras.
—Bueno, nuestra conversación termina aquí —intentó escapar.
Me interponía en su camino para que no pudiera irse, coloqué mi mano en su hombro.
—Tenemos que hablar.
Kevin miró a su alrededor; su guardaespaldas esperaba en el coche y no le prestaba atención.
—Connor, tengo una reunión, tengo una hija y una esposa que me esperan en casa, ¿entiendes?
Maldito desgraciado.
—Lo de ese señor ha sido un asesinato.
Él miró a su alrededor con temor.
—Asesinato sería si yo lo hubiera matado, pero no lo hice —susurró molesto.
Miré cautelosamente alrededor, asegurándome de que nadie se acercara.
—Eres tan cómplice como nosotros —lo señalé con el dedo, amenazándolo.
Él apartó mi dedo molesto.
—Te estás pasando, yo te veo como a un hijo, y un hijo nunca haría eso con un padre.
Sentí una ira creciente dentro de mí, quería golpearlo, pero sabía que no podía hacerlo en ese momento.
—Tengo a mi padre hospitalizado, hablamos en otra ocasión —dije molesto mientras me alejaba.
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Los Chicos De Harvard •Madison Beer• Megan Fox• Sofía Carson•
RandomEn las brillantes y deslumbrantes calles de la alta sociedad de Beverly Hills, donde el poder y la riqueza se entrelazan en un juego peligroso, se encuentra Connor Carter, un joven ambicioso con un talento innato para los negocios y una determinació...