Capítulo XXIV

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—¿A dónde vas Liam? Fanny aún no ha despertado...

—Ni lo hará pronto. Concilió el sueño a altas horas de la madrugada —rodeó el carro y metió su maleta a la cajuela.

—¿Por qué te marchas tan pronto? Iniciaremos el viaje de vuelta por la tarde, no es necesario que te vayas solo. Además, Fanny...

Liam se vio obligado a encarar a Ana María cuando ésta se le paró a la par con ambas manos puestas sobre las caderas.

—Fanny no se irá conmigo. Ella necesita descansar. Sus planes no se verán afectados.

—Pero...

—Han surgido asuntos que debo de tratar de inmediato, por eso me voy —pasó a su lado y abrió la puerta del coche—. Gracias por tu hospitalidad. Por favor despídeme de Juan Alberto y Estela.

—¿Y qué le digo a Fanny?

Liam sintió un escalofrío recorrerlo. Tensó los labios y sus manos se tornaron en puños antes de responder:

—A ella dile que la veré después.

—Espera... ¡Liam!

Se montó y cerró la puerta del coche. Antes de meter la llave e iniciar el arranque en reversa, observó una bola de papel en el asiento del pasajero. Su corazón sufrió los mismos estragos que había padecido diez minutos atrás, cuando en busca de aire fresco se topó con la maldita nota prensada en el parabrisas. Había visto en todas las direcciones, como un paranoico con delirio de persecución; pero, no encontró a nadie.

Extendió la mano y planchó la hoja. En el acto, sus ojos fueron lapidados por las letras a máquina.

La nota citaba:

"El pasado es indeleble.

Puedes resurgir y avanzar;

pero siempre tendrás,

una deuda pendiente de saldar".

Liam arrugó el papel al tiempo que ponía en marcha el coche. El auto le patinó, pero al acelerar logró salir y conducirse a la carretera. Metió segunda, fue avanzando y cuando el motor no pudo más, cambió a tercera. El día estaba soleado. En el cielo no había vestigio de la devastadora tormenta de la noche anterior; aunque, sus estragos se observaban en las numerosas lagunas recién creadas.

Se sacó el celular del bolsillo y marcó un número de memoria.

—¡Liam, al fin te dignas a hablarme! ¡¿cómo va ese paseo?!

—Samuel, necesito un favor. Dentro de unas horas estaré saliendo hacia Madrid...

—Pero, ¡¿qué pasó?!

—Cállate y escucha. Me surgió un compromiso importante. Sé que el vuelo de Abraham llegará mañana. ¿Viajarán con él Tito y Efraín?

—Por supuesto, sabes que siempre los lleva consigo cuando se va a estar temporadas muy largas lejos de casa. ¿Por qué?

—Pon a uno de ellos a disposición de Fanny. Quiero que esté sobre ella veinticuatro siete. Día y noche la quiero vigilada.

—Liam, me estás asustando.

—No pasa nada. Es sólo por precaución... —él guardó silencio por unos segundos, pensativo sobre algo que le estaba molestando. En medio de un suspiro, volvió a hablar—: Asígnale a Tito. Efraín es algo inexperto aún.

—Dirás que es ocho años más joven que tú, y puede que hasta mejorcito. ¡Percibo celos, amigo!

Liam le cortó y tiró el celular al asiento. En ese momento no tenía cabeza para digerir las estupideces de Samuel.


Amor Forzado (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora