Capítulo XXXVI

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—Decir que estoy preocupado sería una mentira —Liam se inclinó sobre el escritorio al tiempo que quitaba un péndulo de esferas que se interponía entre ambos. Quedó viendo el papel sobre la superficie y después volvió a Paul—. Ese maldito enfermo ya hizo el primer intento de atentar contra su vida. Me horroriza pensar que mientras hablamos él pudiera estar a punto de hacer otra cosa en contra de ella.

—Lo comprendo, pero...

—¡Por supuesto que no comprendes! —gruñó—. ¡Fanny es muy importante para mí, es más...! —pegó un puño contra el escritorio y dejó caer su espalda en el respaldar de la silla.

—Tengo empatía por sus sentimientos. Sé que es un momento de estrés, pero no se puede dejar llevar por el miedo.

—Dime que has tenido algún avance —profirió, procurándose masajes alrededor de las sienes. No había podido dormir en toda la noche y el dolor de cabeza lo tenía en un estado de excitabilidad desquiciante. Era una bomba de tiempo.

—Tengo los resultados de las huellas de la primera nota, pero como suponíamos, están limpias.

—¡Maldición! —otro golpe atronador.

El ojeroso hombre, se subió las gafas de las aletas de la nariz y procedió a dar un trago a su taza de café. Su fisionomía, pese a la tensión que trastornaba a Liam, seguía igual de inmutable que cuando había entrado a la oficina.

—Procederemos a pedir los videos de las cámaras de seguridad de los edificios de la calle —dijo el investigador al poner la taza sobre el platito. El golpe de vidrio con vidrio generó un ligero ruido—. Si logramos encontrar al niño, podríamos obtener una descripción física de la persona que buscamos.

—Perdemos el tiempo, Paul.

—No. Estamos intentando hacer todo lo posible...

—¿Intentando? ¡¿Intentando?! ¡Si estuvieras haciendo todo lo posible ese infeliz ya estuviera confesándose con el mismísimo diablo, ¡pero no es así!

—Le pido que se calme. No seamos irracionales. Si analizamos el proceder del sujeto, él volverá a comunicarse y la amenaza vendrá acompañada de una solicitud de dinero —Liam ladeó la cabeza, pero mantuvo su mirada furibunda sobre él. Paul carraspeó y luego continuó: —. Su prometida es un seguro. Ambos necesitan de ella de forma diferente. El extorsionista para asegurar su dinero, y usted para dárselo.

—¿Así quieres convencerme de que la vida de Fanny no está en peligro? —le cuestionó, con cargada ironía.

—Yo no quiero convencerlo de nada. Le explico las cosas como son. Mi recomendación es que evite que su prometida salga a la calle; y si lo hace, que sea acompañada. Un guardaespaldas no estaría mal.

—Ya lo tiene —contestó, poniendo los codos sobre la mesa mientras descansaba la frente sobre sus manos empuñadas.

—También sería prudente que... se distanciara de ella.

—¿Qué quieres decir con eso? —Liam se recompuso y buscó su mirada.

—Hace cinco años se hizo pública una relación que usted había mantenido en privado. Inmediatamente después iniciaron las amenazas directas, como ha sucedido ahora. Tiene que considerar que separarse en no muy buenos términos, ayudaría a debilitar el interés del sujeto por ella.

—¿Separarme de Fanny?

—Mis meditaciones —dijo Paul—, me llevan a pensar que podríamos estar tratando con una mujer despechada; quitar a su prometida de en medio ayudaría a que ella se calmara y buscara otro foco de atención. De lo contrario, si sigue como hasta ahora, los celos continuarán y los intentos de homicidio se prolongarán antes de las indicaciones finales.

Amor Forzado (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora