Fanny volvió a leer la nota y otro suspiro, más profundo que el anterior, brotó de sus labios. No podía decir que Liam fuera un William Shakespeare o un Mario Benedetti a la hora de escribir; sin embargo, el esfuerzo de su línea: "Mi deseo es una vida juntos", le valía todo su reconocimiento.
Dejó el papel a un lado y se concentró en el peluche de adorable rostro caricaturizado que descansaba sobre su cama. Su madre había hecho un mal gesto cuando la vio recibirlo en la puerta. Cruz Helena debió haber pensado que no era un presente lo suficientemente caro, pero para ella todo lo que venía de Liam era más que acertado.
Fanny se levantó de la cama y se sentó frente a la cómoda. Se observó en el espejo mientras movía su rostro de derecha a izquierda. Luego, se alzó y detalló su figura. Esa noche había optado por un vestido blanco con una abertura arriesgada en la caída. Arriba, contaba con un escote en V asimétrico, y su cintura iba rodeada por un delgado cinturón de brillantes. Sus zapatos eran tolerables: calzaba unas suaves plataformas plateadas y abiertas.
Ella se sentía bonita.
Se miraba bonita.
¡Era bonita!
La joven Díaz dio unas vueltas hasta caer de espaldas contra la cama, cerró los ojos y, extendiendo el brazo, acercó el peluche hacia su pecho. "Liam, Liam, Liam". No podía dejar de pensar en él y tampoco quería hacerlo. Nunca hubiera imaginado que aquel burdo hombre que había conocido hace menos de dos meses fuera ahora la razón de su felicidad. Ya no sólo sentía que le gustaba, lo quería, lo quería muchísimo... Puede que fuera más que eso. ¿Qué sentimiento sería digno de albergarse por un hombre que no censuraba o limitaba, que apoyaba a crecer, que estaba atento a las necesidades? No debía reprimirse. No solamente lo quería, ella lo a...
Tocaron a la puerta y no esperaron de su confirmación para abrir. Fanny se reintegró de la cama. Al quedar en pie se tambaleó, pero logró mantener el equilibrio.
—Mamá.
—Los invitados han empezado a presentarse y Liam avisó que llegará con retraso —Helena repasó su vestido, pero no se atrevió a subir la mirada hacia su rostro—. Es tu fiesta, es necesario que seas tú quien vaya a recibirlos.
—Mamá...
Fanny se quedó con la palabra en la boca.
Su madre se había retirado.
Desde que le había comunicado su decisión de anular el acuerdo, Helena se había tornado en una mujer adusta. Ese día su madre sufrió una crisis de nervios. Habían llamado al doctor, pero igual que la vez anterior, dictaminó que se trataba de un aumento leve de la presión. Calixto, por el contrario, había tenido una actitud diferente. Como consecuencia, la relación entre sus padres se había deteriorado.
Ella volteó hacia el espejo e intentó mejorar su semblante. Esa noche no podía permitirse tristezas. Era su cumpleaños número veinticinco y también el día del anuncio oficial de su compromiso. Debía estar feliz.
Tocaron a la puerta, y de nuevo abrieron sin su confirmación.
—Cariño, abajo están... —Calixto se quedó sin habla.
—¿Qué sucede, papá? —Fanny siguió la dirección de su mirada hacia su vestido—. ¿Me veo mal?
—Eres un crimen —le soltó su padre, enajenado.
—¿Un crimen? —repitió ella, empezando a hiperventilar—. No me diga eso. ¿Tan mal estoy? Liam invitó a sus amistades. Odiaría que...
Fanny tuvo que parar cuando su padre tomó su mano y se la apretó con cariño.
ESTÁS LEYENDO
Amor Forzado (Completa)
RomanceFanny Díaz ama en secreto a su mejor amigo. El día que decide despojarse de sus inseguridades se confiesa, pero el desenlace no es el esperado. Dolida, accede a una unión por conveniencia con Liam Hoffman, un pedante y orgulloso empresario que perso...