Capítulo XLVII

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Fanny abarcó más de él con su toque, y Liam soltó un quejido al tratar de apartarse de ella.

—Cuidado, amor.

—¡Aléjate! —rugió.

—No lo haré —le devolvió Fanny, con brío en su tono e intensidad en sus ojos—. Y no me importa si me corres o te comportas como un maniaco embrutecido, yo me encargaré de ponerte en cintura Liam Hoffman.

—¿Paul te trajo aquí?

—Así es. Y no dejaré que te sigas portando mal con él. Ah, y olvida eso de pasar por alto las terapias. Ambos las recibiremos y haremos todos los ejercicios que te dejen.

—No sabes lo qué hablas —Liam hizo el intento de levantarse; sin embargo, su cuerpo no aguantó y sus posaderas cayeron contra el cojín. Fanny lo tocó queriendo ayudarlo, pero Liam estalló, rabioso. Éste se quitó la manta de encima para después deshacerse de los lentes oscuros que lo habían estado protegiendo del sol. Ella observó al nuevo Liam; incompleto de un brazo y un ojo, herido del otro, golpeado en el cuerpo y destruido moralmente.

La impresión acarreó lágrimas que contuvo.

—¡Este soy yo, Fanny! ¡Mírame bien!

—Te veo...

—¡No lo estás haciendo! —Liam soltó la manta y acercó la mano de ella hacia el muñón de su hombro. La hizo tocarlo. Fanny tembló y él bramó—. ¡Eso es, siente asco de mí! ¡Tócame más y huye de este ser inservible qué...!

Liam calló cuando Fanny se abalanzó y lo encerró en un abrazo añorado. Ella no recordó lo lastimado del cuerpo masculino al izarlo con pasión, y él pareció omitirlo.

Fanny lloró y le agradeció a Dios. Él estaba vivo, el amor de su vida estaba vivo y entre sus brazos. Felicidad más grande no podría encontrar. Era dichosa. Después de todos los presentimientos, pesadillas, señales, él estaba bien. Comprendía que la incapacidad era un problema para Liam; pero, para ella era una prueba de que la vida les había dado una segunda oportunidad, y que debían de agarrarla y no soltarla jamás.

—Me quedaré a tu lado —murmuró, separándose y descansando sus yemas en las partes no inflamadas de su mejilla. Liam le apartó la mirada—. ¿Por qué no me entiendes? De qué forma debo decirte que te amo, te amo Liam. Mis sentimientos por ti en todos estos meses no decayeron en lo más mínimo. A pesar de tu rechazo me mantuve firme, y me alegro de haberlo hecho. Pero, ahora será diferente...

Fanny se inclinó y borró la humedad salada que también descendía por el rostro consumido de Liam. Él se inquietó, pero no la alejó, ni se alejó. Ella, en medio de su conmoción, se alegró por el minúsculo avance.

—¿Qué será diferente? —le interrogó él, con una voz que denotaba su temor y su dolor.

—Esta vez no me separaré de ti. Si te toca lidiar con tus sombras, ahora seremos dos contra uno. La muerte de tus padres no debe pesar más en tu consciencia. Es momento que te liberes de los recuerdos dolorosos. No temas, que yo estaré a tu lado, siempre, incondicionalmente... Eres mi vida y no quiero que nada malo te vuelva a pasar —Fanny hipó, pero se contuvo de soltar más lágrimas.

—No sabes lo que dices.

—Sé lo que necesito saber, y es más que suficiente para mí. Te conozco Liam, mejor de lo que tú crees. Y por eso sé, que eres lo que siempre he estado buscando, lo único que necesito.

La joven volvió a inclinarse, pero esta vez para enredarse con su boca. Lo besó y Liam no reaccionó.

—Te amo —le dijo, insistiendo con otro beso que no fue correspondido —. Te amo mi versión alterna de Frederick Wenworth...

Cuando lo buscó por tercera vez, él la detuvo tomándola por el brazo. Fanny quiso mantener el dominio de sí, pero ver las lágrimas de él y sentir la sofocación de las suyas propias, le estrujó fuerte el corazón.

—Fanny, por Dios, mírame bien...

Ella se zafó de su prisión y se encaminó decidida hacia su boca; esta vez, su tozudez sí fue recompensada. Los labios de él se movieron junto con los de ella, y la alegría estalló dentro de su pecho.

Amaba a ese hombre con locura. 

Amor Forzado (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora