Capítulo 5

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Llegando a casa, vi que decoraban con rosas la entrada de la mansión de mi padre

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Llegando a casa, vi que decoraban con rosas la entrada de la mansión de mi padre.

Baje de la camioneta. 

- Señorita Seo, orita subo su maletas a su habitación.- mientras el chófer abre la cajuela. 

- Por favor, solo dígame Na-bi, odio las formalidades.- gire para verlo, el solo asintió con la cabeza. 

- ¡Niña Na-bi!.- grito la señora que me esperaba en la puerta. 

- Nana.- la abrace con tanto amor. 

Nana siempre estuvo ahí para mí, siempre fue mi cómplice, mi compañera de aventuras, mi amiga y también mi enfermera, es alguien muy importante para mí, prácticamente fue la persona que me crio, mis papás siempre estaban de viajes o ocupados, pero ella siempre estuvo aquí conmigo. 

- Niña Na-bi está hermosa.- mientras acariciaba mi rostro. 

Sus manos se sentía ásperas de tanto trabajar, su cabello era un poco canoso y su rostro ya tenía arrugas, pero ella era la misma que avía dejado aquí hace 5 años, con el mismo amor que me despido, con ese mismo amor me recibió. 

Subimos las escaleras juntas. 

- Niña.. su padre la espera en su estudio.- dijo nana mientras caminábamos por el gran vestíbulo. 

- Gracias Nana.- le regale una calida sonrisa. 

- Yo te ayudaré a desempacar.- me miró con amor. 

- Usted tan eficiente Nana.- gire para entrar al despacho de mi padre. Pero un gran golpe me hizo caer de nalgas sobre el piso, choque contra algo o alguien. 

- Lo siento, no te vi.- dijo aquella voz de hombre. 

Estaba furiosa con mi cara volteando al piso. 

- Ven te ayudo a levantarte.- extendío su mano, pero la ignore y me levanté del suelo.

Lo mire, ese rostro se me hacía familiar, pero este llevaba tatuajes en uno de sus brazos, un pirsing en su boca y ceja, se notaba que le entraba duro al ejercicio, llevaba una chaqueta de cuero y unos vaqueros de mezclilla azul claro, en su mano un casco y su pelo era negro azabache. 

El nombre, me miró fijamente. 

- ¡Hija¡.- grito mi padre desde su oficina, levantándose hacia la entrada del su despacho. 

- Hija te acuerdas de Jeon hyeon mi entrañable amigo y accionista de nuestra empresa.- Dijo mi padre mientras le toca el hombro aquel chico. Parecía que se sentía más orgulloso de el que de mi. 

- S..si.- mire al chico. 

- Bueno pues el estara trabajando como nuevo COO (Director de operaciones) en nuestra empresa, tu y el prácticamente irán trabajando juntos para el crecimiento de nuestro patrimonio.- río con orgullo.

Sin duda nuestros padres construyeron esto desde abajo, ¿Pero porque no mirar más aya?, ¿Porque no dejar que tú hijos se dedique a otras cosas o a otra profesión?. 

- Mucho gusto Jeon Jungkook.- dijo haciendo reverencia el pelinegro. 

- Seo Na-bi.- hice reverencia. 

Entre al despacho de mi padre y me senté en su cómodo sillón. 

Se despidió del muchacho y entro al despacho. 

- Muy bien Na-bi, mañana tendremos una fiesta en tu honor, vendrán los accionista mayoritarios con su hijos para que los conozcas,  porque así como Jungkook ellos también serán tu empleados.- mientras caminaba asía su escritorio, regresando la vista al computador. 

- Yo no quiero trabajar en la empresa papá.- chille, recostandome desgana en su sillón. 

- Número uno comportarte y siéntate bien.- hice lo que se me ordenó.- Número dos esa es mi elección y no tuya y punto.- ordenó, mientras miraba su computador.- así que descansa hoy, porque mañana tienes cosas que hacer, y le lunes te presentas en la empresa y espero y tengas ropa adecuada para el puesto o ve de compras.- dijo mientras miraba su computador. 

Salí del despacho como alma que lleva el diablo, estoy muy molesta ya que no entendía nada, ¿Porque yo?, ¿Porque a mí?. Camine por el vestíbulo, subí las escaleras hecha una furia, llegué a mi habitación, azote la puerta y me tiré en mi cama. 

Ahogue mi grito de coraje en la almohada. 

-¿Porque yo?, yo no quiero este trabajo, yo no quiero ser CEO de esta empresa.- mis ojos se llenaron de lágrimas.

Ni siquiera me dijo nada por mi regreso, no me abrazo, solo me dijo lo que tenía que decir y ya, a mis padres no les importo, solo soy una marioneta que mi padre está utilizando a su antojo. 

Un toque en la puerta me saco de mis pensamientos. 

- Adelante.- limpie mis lágrimas con furia. 

- ¿Niña Na-bi?.- mientras nana entraba a la habitación.- ¿Estás llorando mi niña?.- nana se sentó en la cama y yo me senté a su lado, me abrazo. 

- Todo estará bien mi niña.- dijo mientras acariciaba mi cabello. 

- S..i nana.- dije en un ahogado sollozó, me separé de ella, limpie mis lágrimas.- Nana vamos de compras al centro comercial, padre quiere que compre ropa, ¿Vamos?, vamos a declinar la tarjeta de crédito, de todos modos papá la pagará.- soltamos unas carcajadas.- y le compro algo lindo para mañana Nana. 

- Hay niña, no así estoy bien.- dijo sería. 

- Vamos nana.- mientras la jalaba del brazo, tomé mi bolso y salimos de la casa. 

No le avisé nada a mi padre, pero estaba asiendo lo que el me ordenó, subimos al auto y nos dirigimos hacia el centro comercial. 

 

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Mis 7 pecadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora