Seo Na-bi hija del gran Seo Jun CEO de SJPKM Private Security, volverá a Corea después de 5 años, pero lo que no sabe que su regreso trae con ella grandes consecuencias.
Na-bi descubrirá lo que es el amor, la ambición, la traición, la obsesión y el...
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Hoy después de casi dos semanas de no estar juntos, lo estaríamos de nuevo, decidí llevarla al restaurante de un hotel, en el centro de Seúl, uno muy lujoso.
Se ve muy bella trae un conjunto blanco con un blazer blanco.
Sentía que algo la preocupaba, tomé su mano.
- ¿Todo está bien?.- pregunté.
- Si.- contesto agarrando más fuerte mi mano.
Yo sé que miente.
- Está bien.- solté su mano.- Hoy diviértete conmigo, ¿Si?.
Ella solo asintió con su cabeza.
El mesero llegó con unas copas y una botella de champagne, que avía pedido con anticipación, acompañada con nuestra cena.
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Bromeamos, reímos un poco, al parecer si estaba logrando que se divirtiera.
Pedí la cuenta al mesero.
- ¿Ya nos vamos?.- pregunto la pelinegra
- No, aún me falta una cosa.
Pague la cuenta.
Le pedí su mano, ella me la dio y río coqueta.
La lleve asía el elevador, subimos e indique el número de piso, salimos de el y caminamos un poco por el pasillo, puse la tarjeta de acceso.
- Mmm... Gatito travieso.- dijo divertida.
Sin más la jale hacia mi, ella enredo su brazos en mi cuello, acercándose a mi rostro.
- Espera un poco.
Me acerque a las copas y al champagne que también había pedido a la habitación, la abrí y Serví un poco a las copas.
- Toma .- dije dándole una copa, yo bebiendo de la otra.
- Me encanta la vista.- dijo mirándome.
Me acerque a ella, tomé su cintura y la bese, el beso era lento pero apasionado, mis pulmones estaba a punto de sufrir un colabso y mi amiguito ya había despertado, pero está noche quería algo más.
Me separé de aquel beso, agitado. +🔞 - Quiero verte.- pedí cerca de su rostro con voz ronca.
Me quite el saco y senté en aquel sillón, doble mi camisa hasta los codos, ella se empezó a quitar su ropa , la observaba detenidamente como se quitaba poco a poco su ropa.
Llegó a su ropa interior, su cuerpo es delgado, su piel blanca y brillante.
Retiro sus bragas blancas, no apartaba mi vista anseosa de ella.
- Tocate para mi.- pedí
Se sentó en la cama y abrió poco a poco sus piernas, dejando a mi vista su intimidad, podía ver lo húmeda que estaba.
Le di una pequeña sonrisa coqueta, limpie mis labios con el pulgar.
Me miraba deseosa.
Bajo su mano a su boton del placer, masturbándose para mí, gimiendo para mi.
Mi entrepierna cada vez estába más dura.
Dio un gran gemido, indicándome que pronto estaría llegando a su punto más alto de placer.
- Gatito, te necesito.- dijo en un susurro.
Tiro la cabeza hacia atrás, gimiendo.
Me levanté del sillón, silencioso.
Tomé su mano y la retire de su intimidad.
Su mirada se fijo en mi, rápidamente me despoje de mi ropa para quedar desnudo frente a ella.
Me acomode encima de ella, me acerque a su rostro su respiración es agitada, besé sus labios.
Hice un camino de besos hasta sus pechos, agarre uno de ellos y lo lambi, ella se retorcía debajo de mi.
Gimió fuerte.
- Gatito.- dijo en un susurro.
- Volteate.- ordene.
Se giro quedando de cara en el colchón y elevando su trasero.
Frote mi erección en su entrada y en una solo estocada y sin previo aviso lo entroduci en en ella.
Gemimos juntos, estaba tan húmeda, tan extasiada.
El sonido de nuestros cuerpos chocando y nuestros gemidos era lo único que se escuchaba, el ritmo se volvió más rápido.
- Gatito.
Eso para mí era una señal, estaba a punto de venirse.
- Adentro gatito.- dijo la pelinegra
Solo pegue un gran gemido, líquido trasparente salió de ella.
Los movimientos se hicieron lentos, indicando que ya aviamos terminado juntos.
- Gatito mmm.- dijo boca abajo.
Salí de ella, mirándola satisfecha.
- Acuéstate conmigo.- menciono con los ojos cerrados.
Desacomode la cama y la tape con la sábana.
- ¿Estás bien?.- pregunté.
- Mmm... Si gatito.- contesto.
Me acomode a su lado, ella subió su cabeza a mi brazo y su mano en mi pecho, asiendo pequeños cariños en el.
- Gatito .- dijo llamando mi atención.- Te amo.
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