Seo Na-bi hija del gran Seo Jun CEO de SJPKM Private Security, volverá a Corea después de 5 años, pero lo que no sabe que su regreso trae con ella grandes consecuencias.
Na-bi descubrirá lo que es el amor, la ambición, la traición, la obsesión y el...
Por favor, esto tiene que ser una broma, que hace el aquí, en mi cama durmiendo.
¿Estoy en ropa interior? Y el, ¿También? ¿Que paso anoche?.
Malditasea sea Na-bi recuerda algo.
Por un momento me perdí en su rostro, se miraba lindo e inocente.
Horas antes:

Las personas en aquel salón no dejaban de ver aquella hermosa mujer, con su vestido blanco de flores azul fuerte, era hermosa.
-Seo Jun, tu hija es bella.- dijo la mujer cabello corto.- Claro tiene los encantos de su madre.
- Ya lo sé Hee-ae.- contesto el hombre mientras miraba a su hija con orgullo y bebía de su copa.- ¿Tus hijos, los Kim? ¿donde están?.
- Mira hay vienen.- dijo la mujer mirando así la puerta.
Venían 3 hombres Kim Namjoon, fornido, alto, con mirada penetrante.
Kim SeokJin, alto, con unos labios y una cara perfecta.
Kim Taehyung con una piel color blanca, pelo castaño y atractivo para la vista.
-Madre.- dijo el mayor.- saludándola de beso.
Na-bi miró anonadada aquella escena, ese hombre es con el que avía coqueteado en aquel ascensor.
- Hija, el es Kim SeokJin el mayor de los hermanos Kim.
-Mucho gusto.- hizo una reverencia y la miró coqueto.
- Mucho gusto, Na-bi.Dijo nerviosa.
- El es Kim Namjoon.- dijo su padre señalado al chico.
- Mucho gusto, aunque ya tenía el placer de conocerla.- dijo el hombre alto, haciendo reverencia.
- ¿Asi?.- dijo la madre de los muchachos.
- Si, en un restaurante.- dijo el hombre sonriendo, mientras se le marcaban aquellos hoyuelos.
- Así, si.- dijo Na-bi nerviosa.
- Y por último pero no menos importante el buen chico Kim teahyung.- Seo Jun lo señalo.
- Mucho gusto, soy Kim Teahyung.- dijo sonriendo el castaño y saludado con una reverencia.
Unos minutos pasaron y los padres estaban bromeando contando cosas de su adolescencia.
- Mi queridísimo amigo Jeon Hyeon.- dijo el señor Seo Jun, mientras le daba la mano.
- Tanto tiempo sin verte.- acepto su mano.- ¿Cómo estás?.
- Bien, bien no me quejo. Te presento a mi hija Na-bi.- Giro a ver a su hija.
- Mucho gusto Señor Jeon.- la chica pelinegra lo saludo con una reverencia.
- Igual de hermosa que tu madre sin duda, lo bueno que no heredaste la cara de tu padre.- Dijo el hombre gracioso.
Todo rieron, por el buen chiste del Señor Jeon.

- Padre iré al tocador.- dije acercándome al oído de mi padre.
La verdad solo era una excusas para salir del salón necesitaba estar un tiempo a solas me sentía muy abrumada por tanta gente en un solo lugar, y ya sabía a dónde ir.
Robe una botella de champagne y una copa.
Camine hasta aquel jardín oculto, pero iluminado por pequeñas luces, tomé asiento en aquella banca vieja pero seguía siendo cómoda como la recordaba.
Abrí la botella y serví un poco en mi copa.
Me lo tomé a pecho.
- Sigues siendo la pequeña niña solitaria.
Gire para ver de quién era esa voz.
Tiene el cabello rubio, trae un traje negro elegante ¿acaso era el?.
- ¿Jiminie?.- dije dudosa.
- Si .- dijo coqueto
Corrí para abrazarlo, Jimin es alguien especial para mí, fue mi amigo durante mucho tiempo y durante estos 5 años que estuve fuera de Corea no había tenido noticias de el, aunque hablara con su hermana.
Nos separamos un poco pero quedamos frente a frente yo con mis manos en sus hombros y el con sus manos en mi cintura.
- Como has cambiado, estás más guapo.- reimos juntos.
- Tú muy hermosa.- dijo nervioso.- Y solitaria como siempre.
Nos sentamos en la banca.
Abrace mis brazos sintiendo un poco el aire frío.
El sin pensarlo se levantó de la banca y me dio su saco.
- Y un caballero como siempre.- dije coqueta.
- Pero más contigo.- puso el saco sobre mis hombros.
- ¿Quieres?... Pero no traje más copas.- dije dándole la botella.
Sin pensarlo pego su boca a la botella.
- Que más da si se puede beber así.- reímos.
Conversamos un poco de lo que hicimos de niños, mi tiempo fuera del país y de como era la vida de el ahora.
- ¿Na-bi?.- dijo dudoso el rubio.
- Mmm.- volte a verlo.
- ¿Tomaras el puesto de tu padre?.- soltó sin dudarlo.
- Jiminie, mi padre está tomando decisiones por mi.- dije mirando asia abajo.- Aparte quiere que me case, mínimo que tenga una pareja estable.- Voltee a verlo.- Jiminie.
-Mmm...- dijo mirándome
- Y...y si, ¿Finges ser mi novio?.- solté sin expresión alguna.
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