Seo Na-bi hija del gran Seo Jun CEO de SJPKM Private Security, volverá a Corea después de 5 años, pero lo que no sabe que su regreso trae con ella grandes consecuencias.
Na-bi descubrirá lo que es el amor, la ambición, la traición, la obsesión y el...
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Mis sentimientos están todos revueltos, nunca pensé enamorarme así de 7 hombres, aveces tan complacientes y otras tan demandantes.
Llegué a mi departamento, me quite mis tacones, se sentía tan bien.
Fui directo a la cocina a tomar un vaso de agua, pero el sonido de la puerta de la entrada llamo mi atención y solo podía ser Jimin o Hoseok.
Mire asía la puerta.
- Tenemos que hablar.- menciono el castaño.
- ¿Hablar?.- camine hacia mi recámara.- ¿de como ella te coqueteaba? o ¿de que te la llevarás a la cama?
- ¡Na-bi¡.- dijo tratando de llamar mi atención.
Me senté en mi cama y suspire.
- No, paso nada cariño.- se recargo en el marco de la puerta.- Tienes que creerme
- Sabes mis reglas Hoseok, lo sabes.- dije mirándolo.
- Na-bi, nuestra relación cambio, los demás te quitan demasiado tiempo. Además... Mis padres quieren que me case y tenga una familia.- su voz se torno triste.
- Cuando todo esto empezó Hoseok tu estuviste de acuerdo, y yo quería estar bien con los 7 y a los que les tengo más confianza fue a ti a Jimin, tu y el son los únicos que duermen en mi cama.- dije cabizbaja.- siento que solo me estás dando escusas, para terminar con esto.
Sin duda esas palabras que salía de mi boca, partían mi corazón en mil pedazos.
El silencio reino por unos minutos, mi mirada seguía fija en el ventanal de mi recámara.
- Cariño.- me llamo.- tienes que creerme no paso nada con ella.
Lo mire.
- ¿Porque no contestaste mi mensaje?. Solté sin más.
Solo hubo silencio.
- Solo quiero que te vallas, cuando tengas claras tus ideas y todo me buscas, por hoy solo vete, no quiero pelear más.
Se dio la media vuelta, escuché como abrió la puerta y la cerro.
Sentía una presión en mi pecho, las lágrimas empezaron a salir.
Solo quería salir tras de el y que olvidaremos todo, pero no podía cubrir sus mentiras.
Me recosté en mi cama sintiéndome miserable, seguí llorando me sentía insuficiente, lo entendía pero su mentira me dolía más.
Poco a poco senti como mis ojos llenos de lágrimas se cerraban.
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Yo sabía que sería muy difícil que el volvería a creer en mi, me arrepiento de haberle dicho esas cosas, yo sé que para ella es difícil.
Mi teléfono empezó a sonar y solo pude ver en la pantalla Mi-na, solo rodé mis ojos pero si no contestaba no dejaría de molestar quería acabar con eso ya.
- Hola.
- Hola hermanito, ¿Cómo te fue con mi amiga Sun?.- dijo alegre.
- Bien.- con voz de descontento
- ¿Solo bien?.
- Mi-na yo no quiero salir con nadie.- dije en tono de molestia.
- Son órdenes de mi padre y de mi madre Hoseok.- dijo molesta al otro lado de la línea.
- Bye Mi-na, no hablaré más contigo y deja de estar dando mi número a tu amigas.- colgué la llamada y apague mi teléfono no quería que me siguiera molestando.
Sabía lo insistente que suele ser mi adorable hermana.
Tengo que hablar con mis padres sobre está situación, nomás citas, solo quiero a una y no puedo presentarla como mi novia por los demás chicos.
Decidí quitarme mi ropa e ir dormir.
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