Seo Na-bi hija del gran Seo Jun CEO de SJPKM Private Security, volverá a Corea después de 5 años, pero lo que no sabe que su regreso trae con ella grandes consecuencias.
Na-bi descubrirá lo que es el amor, la ambición, la traición, la obsesión y el...
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Ese vestido rojo le ajusta perfectamente hasta su cintura y una abertura sutil en su muslo.
Abrí la puerta de mi departamento.
La tomé de la cintura con mis dos manos y pegue su espalda a mi pecho.
- Pequeña, toma una ducha y relájate, en el baño hay una sorpresa para ti.- dije en su oído se que eso la pone nerviosa.
- ¿Si?.
- Obedece pequeña.- mi voz suena dulce.
+🔞
Bajo poco a poco el zipper de su vestido, que me deja ver su blanca y pálida espalda, bajo los tirantes lentamente y el vestido cae en nuestros pies.
Me quedo un segundo observándola y puedo ver qué trai una bragas rojas, muerdo mis labios al ver lo bien que se le ve con su color de piel.
Bajo asia sus pies para desatar los broches de sus tacones y veo sus hermosas piernas, las admiro lentamente.
Me encanta admirarla.
Me reincorporo en mi lugar.
La tomo de la mano y guío su camino así el baño, el cual minutos antes de que llegáramos avía pedido que fuera decorado con rosas y velas.
La dirigí hacia la bañera y entra sin problemas.
Ella no preguntaba ni desobedece porque sabe porque hacemos esto.
Doble las mangas de mi camisola, ella observaba atenta a cada uno de mis movimientos.
Tomo la esponja con jabón y talle sus brazos, su espalda.
- ¿Porque no me acompañas?.- pregunta
Quisiera complacerla, pero no se podrá está noche.
Negué con mi cabeza.
- Te veo en la habitación.- ordene y salí del baño.
Me senté a la orilla de la cama desate mi corbata, la enrolle en mi mano, esperaba ansioso que saliera de la bañera.
Escuché como la puerta de abrió, tiene la bata de baño puesta, camina sensual asía mi, su pelo se ve húmedo aún.
Se paro enfrente de mi.
Me levanto y me acomodo detrás de su espalda, tomo mi corbata y tapo sus ojos con ella.
Un pequeño jadeo sale de sus labios.
Paso mis manos por su cintura buscando las cintas de la bata, la desató.
Mis manos tocan su bella y delicada piel.
Paso mis manos por su vientre y la siento estremecer.
- Me encantas al natural.- susurro en su oído, sigo acariciando lentamente su vientre, subo a sus pechos y los tomo con mis dos manos, masajeando, pellizco lentamente sus pezones.
