Capítulo 66

29 4 3
                                    

Horas antes

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Horas antes.

La luz se filtra por mi ventana indicándome que ya es de día, me levanto y veo la hora la cual marca las siete de la mañana, levanto apresurada de mi cama y corro hacia la sala.

Flashback.

- Está bien quieres regresar a Seúl, entonces empaca vendrás con nosotros.- dice Namjoon.

- No, ni loco déjere que vuelva.- dice Jungkook frustrado.

- Iré, quieran o no.- digo en tono de autoridad.

La habitación se vuelve un silencio.

- Recapacita Hyung Namjoon.- dice Tae preocupado.

- No, no ella dijo que se quiere ir, que quiere volver así, que se hará lo que ella diga.- Dice Nam viendome fijamente.

Fin de Flashback.

Recorro la casa buscándolos, pero las habitaciones están vacías.

Doy un grito de coraje, casi a punto de desgarrar mi garganta.

No tengo dinero, no tengo teléfono.

- Malditasea, malditasea.- camino desesperada, de un lado al otro.

Camino hacia la puerta de la entrada, muevo las manijas y veo que está cerrada con llave.

- Iré a Seúl si o si, tanta maldita insistencia de no ir, ¿porque?, está vez si cruzaron la línea.

Tomo una silla del comedor y la arrojo a la puerta principal el vidrio se rompe en pedazos, camino cuidadosa para no cortarme.

Tropiezo mal por error y un pedazo de cristal se encaja en mi mano, maldigo en mis adentros, lo saco y sangro un poco, pero Nana de seguro no tarda en llegar, así que tengo que buscar la manera de llegar a Seúl porque si ella llega no podre ir a ningún lugar.

- Esto te pasa por estúpida Na-bi, por confiar.- sigo caminado por el jardín adentradome al bosque.

****

Llegó a la carretera, la cual se ve sola.

Tendré que pedir raite, con todo el miedo del mundo, veo venir un carro negro y decido hacer señas con mi mano, el cual sigue de largo.

Lo veo frenar de golpe y un hombre con chaqueta de cuero y ropa negra, alto y pelo corto se baja del auto.

Respiro con alivio.

Camina hacia mi.

- ¿Estás bien?, ¿Te puedo ayudar en algo?.- pregunta.

- Lo se, es muy atrevido de mi parte pero me puedes prestarme dinero y llevarme a dónde pueda tomar un autobús hacia Seúl, no se donde estoy.- digo con voz entre cortada y cansada.

Mis 7 pecadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora