Seo Na-bi hija del gran Seo Jun CEO de SJPKM Private Security, volverá a Corea después de 5 años, pero lo que no sabe que su regreso trae con ella grandes consecuencias.
Na-bi descubrirá lo que es el amor, la ambición, la traición, la obsesión y el...
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Esto tenía que ser una broma en verdad y una muy mala jugada.
- Hola.- dijo el castaño.
- Hola.- conteste.
Puse un pie afuera del elevador, cuando sentí su mano agarrando mi muñeca.
- ¿Tienes un momento?.- dijo con voz tímida.
Su solo toque hizo que mi piel se erizarán.
- ¿Para que?.- dije nerviosa.
El aún no me soltaba.
- Solo quiero hablar contigo.- me miró directamente a los ojos.
Solo asentí con mi cabeza y subí de nuevo al elevador.
Hoy se miraba diferente, más elegante, pero su perfil no podía dejar de observarlo.
El sonido del ascensor indico que ya aviamos llegado, el entrelazó su manos con la mía, ¿en verdad era muy atrevido de su parte? pero ya nos conocíamos sin ropa.
Abrió la puerta y pasamos.
- ¿Gustas algo de tomar?.- soltó mi mano.
- Si, agua por favor.- dije tomando asiento en su sillón.
Me dio mi vaso con agua.
- ¿Que quieres hablar?.- solté sin más.
En mi interior solo quería que el se acercara lo suficiente, para besarnos y estuviéramos juntos de nuevo, solo quería eso pero que mi cabeza gritaba "No" pero mi cuerpo gritaba "Si".
Tomé un poco de agua, para mojar mi boca ya que la sentía como un desierto en ella.
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La mire atentamente, se miraba hermosa hoy, más que el día que la conocí y de nuevo estaba aquí conmigo, necesitaba decirle lo que pasaba por mi mente, pero tenía que se cuidadoso de no asustarla.
- ¿Vivirás aquí?.- pregunté tomando asiento en el sillón de enfrente.
Pude ver su cara confundida.
- Si, mi padre tiene un departamento aquí.- menciono la pelinegra cruzando las piernas.
Esas piernas tan blancas y pálidas que me estaban volviendo loco.
El silencio reino por unos segundos.
- ¿Acaso?, ¿Esto lo que querías hablar?.- la pelinegra se levantó del sillón.- Tengo cosas que hacer.
La jale del brazo y la pegue a mi pecho.
- Solo un minuto.- susurré
Nuestras miradas se cruzaron, me acerque poco a poco a su rostro, estampando sus labios con los míos.
Abriendo paso en su boca, el beso era lento, sin prisas, la tomé por la cintura.
Ella subió sus brazos a mi cuello, se sentía tan bien, sin prisas.
Me separé de ella, mis pulmones exigían oxígeno, nos quedamos así un minutos mirándonos.
- Hyung, tienes.. que...
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**** SUBI DOS PORQUE ESTAN CORTITOS, PERO NO SE SI PODRE ACTUALIZAR EL SÁBADO****
