Capítulo 21

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El príncipe es un hombre joven que parecía tener una personalidad juguetona y risueña, aunque no combinaba con la actitud de su prometida, quién era más seria, sus sonrisas eran cada vez más falsas que la anterior y apagaba nuestra emoción en varias oportunidades.

Nosotros estábamos felices viendo todo esto como la mejor etapa de nuestras vidas, mientras que ella tenía un comentario negativo para cada una de las cosas que decíamos.

Al principio era incómodo, yo no sabía cómo lidiar con ella, recién hoy la he conocido y no sabía si en realidad su personalidad era de ese modo, ni tampoco sabía si usaba comentarios sarcásticos de un modo amistoso, por ello lo dejé pasar y convencí a Conrad para que no le prestara atención.

El problema es que pasó de incomodarme a enfadarme, lo que se veía reflejado en mi rostro al momento de bailar con el rey cerca de ella.

El príncipe la invitó a bailar casi por obligación, creí que convenciéndolo de sacar a bailar a su prometida ella se podría divertir, sin embargo, como estábamos cerca, ella comentaba sobre lo aburrido que era todo esto, incluso se atrevió a decir que me veía ridícula con mi vestido.

Fingí no oírla, para no tener problemas, además pude oír al príncipe defendiéndome en susurros enfadados, diciéndole "Cállate, esa no es forma de tratar a la novia"

Lo siguiente que hizo para molestarme fue pisar "accidentalmente" la cola de mi vestido, haciéndome tropezar y si no fuera porque Conrad estaba cerca, me habría caído.

Ella deseaba ridiculizarme de todas las formas posibles, parecía que su único objetivo de esta noche era estropear mi día y apropiarse de la atención que se supone toda novia merece el día de su boda.

Por suerte los invitados parecían estar divirtiéndose, con mi esposo fuimos preguntando mesa por mesa si se estaban divirtiendo, incluso si la comida había sido de su agrado, a lo que todos respondían con un "Estuvo deliciosa" y añadían "Me estoy divirtiendo como nunca antes"

Yo quería ser amable con todos, incluso con los hombres que no le agradaban a mi esposo, llegando incluso hasta una mesa donde Conrad no deseaba acercarse.

Yo no comprendía por qué no deseaba hacerlo, allí podía ver a una mujer de unos 40 a 50 años junto a dos jóvenes de una edad parecida a la nuestra, por lo mismo supuse que eran sus hijos o algo parecido.

—Hola, a mi esposo y a mí nos da mucho gusto que hayan venido, espero que la fiesta esté siendo de su agrado— saludé amablemente.

—Es una maravilla, aunque no sabía que eran tan cercanos a los reyes— comentó la mujer.

—Soy un buen amigo de la familia, creí que su esposo se lo había mencionado— mencionó Conrad en un tono pasivo-agresivo.

—Ex esposo— lo corrigió la mujer con disgusto.

—Lo siento, no buscaba ofender— se disculpó mi esposo, pero sus palabras no sonaban sinceras y eso ella lo sabía perfectamente— bueno, sigan con lo suyo, debemos saludar a más invitados— avisó, envolviendo mi cintura para poder sacarme de allí.

—Fuiste muy descortés con ella— lo regañé.

—No me llevo bien con esa duquesa— se quejó, manteniendo una expresión molesta— no pensé que la reina la invitaría, ella la detesta casi tanto como yo.

—¿Por qué?

—Es una mujer entrometida, siempre está buscando saber secretos de los demás para arruinarlos, algo que también hacía su anterior esposo— me respondió— ¿viste a los hombres que la acompañaban?

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