Capítulo 34

377 38 8
                                    

Otra semana ha pasado, mi plan de ganarme su confianza ha marchado bastante bien y en el proceso no he tenido que utilizar mi cuerpo todo el tiempo, sino que con un simple beso o comentario basta para que me dé lo que le pido.

He comenzado pidiendo cosas pequeñas, al principio con algo relacionado con el sexo, como el hacerlo suave, o sólo una vez. Luego seguí pidiéndole un vestuario más abrigado, seguido de una comida diferente que tuviese carne de cerdo.

No puedo ganarme su confianza en un 100% durante una semana, sería absurdo, pero si me ha permitido dar una vuelta con él sin tener las manos atadas en mi espalda.

Su mano es la que sostiene firmemente la mía, caminando en todo momento de la mano y a pesar de que al principio era raro, ya no me importa siempre y cuando pueda mover las piernas un poco.

Siempre lo hacemos en las noches, es la hora perfecta para poder caminar sin que el resto se entere, además es más fácil ver a guardias aproximándose cuando sostienen una antorcha que se ve a varios metros.

Hasta ahora no hemos pillado a ninguno, lo que es un poco frustrante, ya que, si pudiese encontrarme con un grupo de soldados, podría acabar con esto de una vez por todas.

Creo que pronto nos iremos, oí que ya casi tenían todo listo para iniciar con el viaje, lo que significaba qué si no consigo pensar en un buen plan, mi reino cuando ellos ataquen se verá afectado y por supuesto que no deseo que inocentes terminen heridos o directamente muertos.

Últimamente he estado pensando en dejarme arrastrar a su hogar para poder reunir información, si voy allí, camino por sus calles, hablo con su gente, entonces significa que podría conocer sus fortalezas y debilidades, además ellos jamás se esperarían ser atacados por sorpresa.

Él me habla sobre su hogar, dice que es muy bonito y que desea protegerlo a toda costa, aunque en ningún momento ha dicho que me llevará.

A mí planea usarme y soltarme cuando ya estén lo suficientemente lejos como para tomar la delantera frente a cualquier otro barco. Me darán un bote y podré regresar remando, pero sinceramente, si consigo que me lleve, es muy probable que cuando ataque mi reino, me permita ir con él y sé que para ese entonces me habría ganado su confianza, lo que significa que seguramente sabré cada uno de sus planes de batalla.

—¿Por qué no he oído hablar de tu hogar? —pregunté caminando con él por la playa, muy cerca de la cascada, sujetando su mano en todo momento— ¿Quién es tu rey?

—No hay un rey— respondió— somos casi tantas personas como este reino, pero no tenemos un rey, sino que elegimos un líder.

—¿No es lo mismo? —pregunté confundido.

—No— respondió riendo— el líder no vive en un castillo, ni tampoco se viste con ostentosas vestimentas. Tampoco tiene lujos para sí mismo, todo lo que tiene lo comparte con su gente y no hay impuestos.

—Hmmm—solté pensativo— pero no son muy avanzados en cuanto a tecnología, ¿verdad?

—¿Por qué lo dices? —preguntó deteniéndose.

—Porque de tener los mecanismos suficientes, no estarías aquí consiguiendo armamento.

—En eso tienes razón, pero no porque no podamos construirlo, sino que es más rápido de este modo —me aseguró, viendo hacia abajo— dame un segundo, la arena dentro del zapato me está incomodando muchísimo— se quejó soltando mi mano.

—Oh...— solté juguetón— ¿qué tan rápido eres corriendo?

—Lo suficiente— respondió sacándose el zapato— ¿por qué?

De AlquilerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora