Capítulo 32

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Al día siguiente fui el primero en despertar, lo hice sintiendo algo duro chocando contra mi trasero, lo que medio dormido comencé a tocar con mi mano, deseando tantear lo que era y quitarlo, aunque me giré rápidamente al darme cuenta de que era su pene.

Como me giré, él se acomodó boca arriba e inclinó su cabeza en una dirección contraria a la mía, al principio pensé que se estaba haciendo el dormido, pero debido a lo relajada y suave que era su respiración, terminé comprobando que estaba profundamente dormido.

¿Cómo puede dormir con una cosa tan grande entre las piernas? Está enorme y muy dura, lo que me hizo sentir un cosquilleo en mi parte baja al pensar en lo fascinante que me resulta poder verlo atentamente.

Está mal apartar la prenda de vestir que lo cubría, pero estoy seguro de que él haría lo mismo si yo despertara de ese modo. Sé que es algo de hombres, a mí me ha pasado varias veces, por ello mientras verificaba que estuviese desnudo, decidí tímidamente deslizar mis manos por su entrepierna, deseando con todas mis fuerzas que no le diera frío, ya que obviamente destape su cuerpo, dejando sólo sus piernas cubiertas con las mantas.

Él no emitió sonido alguno, estaba profundamente dormido, lo que me permitió disfrutar de la vista y hasta me atreví a quitarle lentamente la ropa, dejándolo como llegó al mundo.

¡Se ve tan guapo! Su cabello desordenado, la pose relajada que estaba empleando, incluso el modo en el que su pene se movía como si tuviese vida propia me gustaba.

Tiene un pene muy bonito, he visto varios a lo largo de mi vida, pero el suyo es grande y grueso, puedo ver las venas a través de él, además está perfectamente cuidado, lo que me hace pensar...

Él ayer me comió de allí atrás, entonces, ¿Será lo mismo si yo chupo aquí delante? Nunca lo hemos hecho así, ayer fue la primera vez que me lamió de ese modo, así que estaba un poco nervioso por lo que pensaba hacer, incluso me daba vergüenza imaginar que despertaría y me vería allí.

Ayer me sentí muy bien cuando jugó con su lengua en mi culo, así que supongo que él podrá sentirse bien su juego con mi lengua en su pene.

Al principio sólo lo toqué con la mano, estaba indeciso, no sabía si era una buena idea, aunque dejé de pensar con claridad al momento en el que mi entrepierna se puso en pie.

Decidí acomodarme entre sus piernas mientras con la blanca sábana cubría mi cabeza, imaginando que así me daría menos vergüenza si despertaba.

Partí deslizando mi lengua solo por la punta, deseando verificar si deseaba seguir o detenerme, pero como no me incomodó, decidí lamer el resto de su erección, rozando mi lengua a través de él como si una paleta se tratara.

Era algo sencillo, debido a mi inexperiencia no sabía cómo hacerlo sentir bien, yo lamia y besaba su pene con lentitud, deseando investigar cada rincón hasta que tuve la brillante o pésima idea de ponerlo en mi boca.

Creí que caería en mi boca, incluso que podría meterlo hasta mi garganta fácilmente, aunque fue imposible, ¡Mi boca se sentía muy llena!

Lo peor es que por alguna razón me gustaba el roce de su erección por mi lenguaje, era una sensación extraña, como un cosquilleo que me ayudaba a sentirme más en confianza para investigar esta nueva situación.

Pude oír sus labios liberando un suspiro entre sueños, debido a las sábanas no podía ver si estaba despierto, aunque supuse que de estarlo abría levantado la sábana.

Despertar así debe ser extraño, aunque cerré mis ojos y me dejé llevar, haciendo maravillas para que no se rozara en mis dientes. No tengo una técnica exacta, todo me resulta difícil y nuevo, aunque me gustaba como se mojaba en mi boca.

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