「 Capítulo 29 」

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❝[⋆Minho₊]❞



—Joven Minho, ¡le hemos fallado! — exclamó Kim Heechul con falso drama tan pronto se posó frente a mí, mostrando una expresión lamentable para dar más énfasis a lo dicho. —No hemos encontrado al doble del famoso joven Bang Chan. ¿Qué deberíamos hacer?

—¿En serio lo buscaron? — el pelinegro asintió con la cabeza modo de respuesta por lo que no pude evitar decir—: Era obvio que no lo iban a encontrar. Tómense un descanso.

—No podemos dejarlo solo...

—Ya no soy un niño— le reproché. —Quiero tomarme unos minutos de paz.

—Joven Minho...

—A solas— agregué.

Heechul no tuvo otra opción que asentir con la cabeza por lo que no dudé en salir de la mansión para ir a dar un paseo con el objetivo de despejar mi mente pues he tenido tantas cosas rondando mi cabeza desde que tuve aquella charla con mi padre. 

Y todo estaba saliendo de maravilla hasta que el neumático del auto decidió quedarse sin aire por lo que no tuve otra opción más que aparcarme en la solitaria calle para cambiar el neumático y tan pronto me bajé del auto, recordé que no traía un repuesto.

Miré la pantalla de mi celular y bufé al percatarme de que está a punto de quedarse sin batería y eso me dificultará mucho más la situación en la que me encuentro a causa de ser un tonto que no revisa los neumáticos antes de usar el auto. Tengo la opción de caminar, pero eso sería más peligroso que quedarse aquí.

Estaba perdiendo la esperanza de que apareciera alguien para ofrecerme ayuda cuando de pronto, una camioneta se detuvo y después de unos segundos, una persona descendió y caminó hacia a mí.

—¿Necesitas ayuda? — me preguntó con tono seductor que no generó ni un poco de interés en mí.

—¿No es obvio?

El hombre sonrió de lado antes de decir—: Sí, es obvio. ¿No traes contigo un neumático de repuesto?

—No...

—Eres un chiquillo muy tonto— se rio.

—No soy un chiquillo.

Sí, me ha molestado demasiado ser llamado de esa manera. 

—¿Ah? No tienes más de veinte años, ¿cierto?

—No hay necesidad de brindarle mi información personal, ¿cierto? — contraataqué.

—¿No quieres ayuda?

Se perfectamente que mi nana y mi padre, así como mis guardaespaldas, nunca han parado de decirme que debo evitar confiar en las personas que se acerquen a mí porque podrían tener dobles intenciones. Y ahora que soy todo un adulto, la situación se complicó más por lo que debo ser más cuidadoso porque existen bastantes personas pervertidas y muchas otras que me quieren hacer daño puesto que me tienen envidia.

Siempre me he mantenido bajo el manto de muchas personas que me hacen sentir seguro pues cada uno de los hombres que trabajan para mí son investigados a fondo por mi padre y, por consiguiente, no hay nada ni nadie que pueda intentar hacerme daño. Sin embargo, esos mismos hombres no me dejan de repetir que no debería confiar ni en mi propia sombra pues hay demasiada maldad en el mundo.

—Será mejor que continue con su camino— le dije después de llevar toda mi atención hacia el neumático ya que deseo dejarle muy claro el hecho de que no me interesa su ayuda.

El hombre soltó una risita antes de decir—: Vamos, no te viene nada mal un poco de mi ayuda.

—Le he dicho que no— dije con tono serio tan pronto me encontré con su mirada que se ha tornado oscura.

—Los chicos muy lindos y tontos como tú no pueden lidiar con esta clase de situaciones— dijo con un deje de tono burlón que me crispó los nervios por completo.

Nunca faltan los idiotas que siempre intentan ir más allá de donde tienen permitido. No hay duda de que tengo que ponerlo en su lugar para dejarle muy claro que su intento de superioridad no tiene poder alguno sobre mí.

Enarqué la ceja mientras preguntaba—: ¿No somos capaces de cambiar un neumático?

—No...

—Eres un completo idiota. Será mejor que te largues— le ordené.

—Eres un grandísimo hijo de...

—Señor, será mejor que no me ponga ni un solo dedo encima porque seguramente se va a arrepentir de por vida— le dije con tono serio.

—¿Es así?

Sí, soy capaz de hacer uso de mis puños en estos momentos, pero no creo poder ganar la batalla en contra de un musculoso hombre con cerebro pequeño. «Oh, ¿ahora que debería hacer?», me pregunté en silencio mientras me preparaba para lo peor.

𝙱𝚎𝚊𝚞𝚝𝚒𝚏𝚞𝚕 𝙴𝚗𝚎𝚖𝚢 🦋 𝚌𝚑𝚊𝚗𝚑𝚘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora