CAPÍTULO ONCE

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Harry

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Harry

Miro al amor de mi vida al frente mío. Ella deja de verme y comienza a caminar hasta donde están nuestros hijos, se pone a su estatura y lo reciba como si buscará si le hice algo. Por dios, soy su papá.

—¿Están bien? ¿No le hizo nada?

—Soy su papá, Anastasia.

Se gira enojada a mi dirección.

—No, no lo eres. ¿Cuántas veces tengo que decirlo?

—Si lo soy. Y yo tampoco se cuándo vas a entender que si soy su padre. Sé que perdiste la memoria y no me recuerdas, pero yo si... sé de nuestro amor y todo lo que vivimos, fruto de ese amor nacieron está dos preciosura.

—¿Quién te dijo eso? —estoy por responderle, pero ella vuelve hablar — ¿Natasha? Claro ella tuvo que ser. De Danis no se nada y sé que él no iría con el chisme.

—¿Te acuerdas de Danis?

Frunció el ceño, mientras me mira fijamente. Se levanta y nuestras miradas se conectan con una sincronía increíble.

—Si. ¿Por qué?

— Él es la... — detengo lo que estoy por decir, mierda, ella no puede recordar de esta forma, todo tiene que ir despacio.

—¿Qué es?

—Nada. Solo es mi amigo.

—¿Amigo?

¿Qué acabó de decir? Debería de cerrar un poco más mi boca.

—Si.

—Bueno si es tu amigo, dile que la próxima vez que me quiera dar órdenes se lleve su putas órdenes a otro lado. A mí nadie me dice que hacer. ¿Ok?

Asiento con una pequeña sonrisa en mi rostro. Mi chica está ahí, solo su memoria se fue, pero ella no. La miro fijamente y me doy cuenta de cómo está vestida el día de hoy. Ese vestido corto negro le queda perfecto a su cuerpo, es un poco suelto no es tan apegado al cuerpo, no tiene manga, mi mirada va  desde su pecho, le llega a las rodillas, lleva unas botas negras. Su cabello rubio lo lleva suelto. Le queda hermoso todo. Es toda una diosa.

—Mis ojos están acá arriba, no abajo en mis botas.

Mi mirada cae otra vez en ella. Le regalo una pequeña sonrisa de lado.

—Lo sé. Solo me perdí en tus encantos, Chaparrita.

—¿Chaparrita? ¿Por qué me dices así? 

Una pequeña sonrisa triste se forma en mis labios. Me duele que no recuerdo por qué le puse ese apodo.

— Desde que somos novios te llamo así. Es una manera que me gusta llamarte, por qué eres pequeña y tierna.

— Ya veo. No lo vuelvas hacer.

¿QUIZÁS UN NOSOTROS? (LIBRO 2 ) " BORRADOR" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora