CAPÍTULO TREINTA

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Harry

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Harry.

Estoy en el cielo, eso es definitivo. Hoy es el mejor día tengo al amor de mi vida.

Entré en la habitación con cuidado de no despertarla. Colocando las dos tazas en la mesita de noche, me acomodé en el borde de la cama y la observé dormir.

Su cabello rubio se derramaba sobre la almohada y un mechón de las sedosas hebras cubría su mejilla. Dormía profundamente. Parecía aún más joven mientras lo hacía, con su piel pálida y sus labios rojos rubí contrastados con su melena rubia. Se revolvió, extendió la mano al otro lado de la cama y su ceño se frunció cuando encontró el lugar vacío.
No pude evitar preguntarme si me estaba buscando.

Al apartar un mechón de su cabello de la mejilla, se revolvió de nuevo y su mano se acercó a la mía, presionándola contra su mejilla. No podía dejar de tocarla, mi ángel.

—¿Harry? —Su voz suave llamó, sus ojos todavía cerrados.

—Estoy aquí. Duerme. —Ella necesitaba el descanso. Anoche me la folle duro y seguro están cansada, yo no. Pero necesito que mi Chaparrita este bien descansanda.

Estoy seguro que ya mismo llegan los niños y no quiero que vean a la mamá que haya pasando una mala noche. Pero mis palabras se detiene cuando los ojos de Anastasia se abren y esos ojos verdes caen en mi. Es una Diosa. Se ven tan hermosa, me regala una pequeña sonrisa, sonrisa que le devuelvo con mucho gusto.

—Buenos días. — saluda mientras se levanta un poco de la cama, con la sábana tapándose. Como odio esa sábana, no debería haber una sábana en la cama, mejor poder disfrutar de desnudez como se debe. Ahora tengo envidia de esa sábana.

—Buenos días, Chaparrita. ¿Están bien? — pregunto preguntado, espero no haberla lastimado, anoche me deje llevar y siento que sí me pasa un poco.

—Estoy bien. ¿Y tú?

—¡Joder! Estoy increíblemente bien.

Su sonrisa crece más por mis palabras. Cinco años lejos de ella han sido el puto infierno. Pero ahora ella está conmigo y eso es lo que importa. Pero después si sonrisa se borra y sé lo que se viene.

—Lo que acaba de pasar tiene que ser un secreto. No podemos cometer un error, Harry. Lucas tiene infiltrados en tu territorio, saben lo que haces, así que no le digas a nadie lo que te conté, no podemos cometer errores a esta altura de la vida, ¿Lo entiendes?

—Lo entiendo. Solo el único que le voy a decir es a Andrews, por si llega a pasar algo, él no ayudará. — asiente.

—Si, eso suena bien. Andrews es de confianza, yo confío en él. Tú y yo vamos a seguir actuando como nos conocimos en el inicio. Tú me amas y yo te odio por la muerte de Alexander.

Un dolor punzante se crean en mi corazón, me había olvidado de Alexander. Él ayudo mucho a mi chica y nunca me agradecí nada.

—¿Eso fue lo que te dijo, Steven?

¿QUIZÁS UN NOSOTROS? (LIBRO 2 ) " BORRADOR" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora