CAPÍTULO TRECE

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Harry

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Harry.

Me bajo del auto y miro por todo el lugar y no veo rastro de nada. Esto me está asustando mucho. Andrews, buscó y según mis hijos estaban aquí, en esta escuela, que ahora está sola. No hay ningún estudiante, ¿Dónde están?. Un grito proviene de algún lado y eso hace que me sobresalté. Es Bella. Conozco su voz. Sigo corriendo a dónde pruebe la voz y la veo. Está en la pared, Matteo está en el piso, su rostro escondido entre su cuerpo. ¿Qué está pasando?

— Por favor no le hagas nada.  — habla mi hija mientras llora. Miro a los imbéciles que están molestando a mis hijos. Son niños, pero no lo parece. Tiene que estar en un nivel más alto. Eso no importa.

Corro y llego dónde están mis hijos. Bella es la primera en verme y me sonríe con sus ojos llenos de lágrimas. Me duele verla así.

— ¡Papá! — grita mi hija mientras se lanza en mis brazos.

—Ya estoy aqui bebé, no te preocupes.

Separo su rostro y le limpio las lágrimas. Me duele. Miro a mi hijo y lo encuentro levantadose del suelo. Me acerco rápidamente a él, con Bella en los brazos. Puedo ver cómo tiene el labio partido. Malditos imbéciles, lo brazo. El tiene su ojos cristalizados. Pero no sé derrumba en mis brazos.

— Protegi a mi hermana, papá.

—Lo hiciste increíble, hijo.

—Mamá siempre dijo que tengo que cuidar a mi hermana de todo y eso es lo que hago.

—Eres un hijo increíble, Matteo. Pero debes de decirme lo que pasa, ¿Está bien?

Se separa de mi un poco y asiente.

—Si.

—¿Qué pasó? ¿Por qué te golpearon?

—Se burló de Bella porque no tenemos papá y justo yo estaba pasando y escuché todo. Así que vine a defender a mi hermana y ahí fue cuando me golpearon, yo no me dejé papá, yo también lo golpeé.

Miro a los  niños que se encuentra en las manos de Andrews, mi amigo lo tiene agarrado a eso dos Moscoso. Efectivamente están golpeados. También tiene su labio partido. Sonrío. Ese es mi hijo.

—¿Qué  tú padres no te enseñaron a respetar?

—A lo que tiene papá, a los otros trataron como lo que son, huérfanos.

Maldito imbécil.

—Andrews, llamo a los señores, tengo que hablar con ellos. — el asiente y eso se aleja con los niños en cada manos. A los imbéciles de sus padres merecen su merecido.

Con mis hijos nadie se mete.

—¡Matteo, Bella!

Se escuchan unos gritos por algún lado. ¿Por qué ese grito se me hace familiar. El ruido de los zapatos de tacones se escucha. Miro por donde proviene el ruido y veo como viene corriendo mi Anastasia, llega un conjunto formal. Un pantalón negro de tela, una top  blanca y encima de eso un saco de color negro. Su cabello está suelto con ondas, sus zapatos de tacón son blanco, lleva una cartera blanca de mano. Miro otra vez su rostro y veo lo  hermosa que es, no, siempre está hermosa.

¿QUIZÁS UN NOSOTROS? (LIBRO 2 ) " BORRADOR" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora