CAPITULO 31 EL PLAN

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- ya está todo arreglado, la gente y el lugar, así que estela has tu parte.

- estás seguro que todo saldrá bien, no quiero que haya errores, quiero que Samuel Loringh, pague la humillación que me hizo y si algo sale mal José, te mato escuchaste.

- a mí no me amenaces, primero te mato yo.

- suena la alarma la apagó y me levanto, pensé que con todo lo que había pasado el día anterior no iba a poder conciliar el sueño, me baño y me visto rápido, no quería llegar tarde a la oficina, se me había olvidado que anoche después de colgarle a Sam había apagado el teléfono, lo encendí y vi que había varias llamadas de Sam, busqué mi bolso y Sali rumbo a mi trabajo.

- Sam eran las seis de la mañana, había hecho sus ejercicios matinales, estaba terminando de cambiarse, para dirigirme al aeropuerto, por fin regreso a casa, estoy deseando ver a Sarah, escucho que tocan la puerta y sé que es Dantte, voy abrir y ahí estaba listo para marcharnos.

- buenos días amigo, listo para irnos.

- buen día Dantte, si ya estoy listo, vamos.

- cómo te fue con tu visita de anoche?

- tú que crees, esa mujer está loca, ni me la menciones quieres.

- está bien, pero no te enojes.

- ya deja el tema y vamos que ya no aguanto estar otro día más aquí, solo nos hicieron perder tiempo.

- estaba pensando en eso anoche, que gana Estela con este proyecto, si se supone que solo era el contacto entre constructoras

- que ingenuo eres, lo más seguro es que se esté tirando al dueño de la constructora y ella le pasó mis datos, sabiendo lo que hago y pensaron que me tomarían el pelo, yo trabajo con calidad, yo no hago lo que ellos hacen, materiales de muy baja calidad, es un gran riesgo que construyan con ese tipo de material, imagínate un terremoto por más mínimo que sea, lo derrumba, eso sería exponer a mucha gente.

- si te entiendo, ese tipo de constructoras no deberían permitirles trabajar así.

- para todos hay mañas y recuerda que con dinero se mueve todo.

- bueno días digo a la recepcionista al llegar a la empresa.

- buenos días señora Loringh.

- algún recado para el señor Loringh.

- solo uno del señor Loringh papá, es para usted, me pidió que le dijera que le regresará la llamada cuando llegara.

- está bien, gracias, digo y me voy hacia el elevador, oprimo el botón para llamarlo, no tarda mucho en abrir las puertas, subo y en eso escucho a Danna decirle que detenga el elevador, llega corriendo y sube.

- buenos días me dice agitada, por haber corrido, que te paso Danna por qué vienes corriendo.

- se me hizo tarde me dormí.

- pero aún no es la hora.

- sí, pero tuve que tomar un taxi para llegar, en camión hubiera llegado más tarde, tú sabes que apenas salgo con los gastos y para mí un taxi es un lujo.

- Danna por qué no te alcanza si ganas bien.

- estamos pagando entre mi hermano y yo al abogado y aparte ayudamos a mi hermana, ella no ha trabajado y tiene miedo salir y encontrarse con el idiota ese, recuerdas ya te lo había dicho.

- según se tuvo un accidente y no puede moverse, refiriéndome a José.

-: ya me habías comentado y se lo dije a mi hermana, pero el muy desgraciado le hizo mucho daño

- Danna, han buscado ayuda psicológica para tu hermana.

- está en terapia, pero no es fácil amiga.

- se abren las puertas del elevador y dice Danna aquí me bajo, te veo al rato.

- hasta más tarde, le digo yo, se cierran las puertas de nuevo, hasta abrirse de nuevo en mi piso, llegó a mi escritorio guardo mi bolso y hago la llamada a mi suegro, para ver qué es lo que necesita.

- cuando contesta me dice hola Sarah cómo estás.

- bien señor Loringh, usted cómo está.

- bien también hija, gracias.

- dígame en qué le puedo ayudar.

- mi hijo no llega todavía.

- no señor, aún no.

- sabes para cuando regrese.

- no, por lo poco que se hay algunas complicaciones con la constructora, pero no se más.

- Sarah ya que Sam no está por qué no vienes a pasar el fin de semana con nosotros, así no la pasas sola que dices.

- me encantaría, gracias por la invitación.

- perfecto y no agradezcas está es tu casa, te esperamos entonces

- si ahí estaré, saludos a la Señora Adriana.

- con gusto hija cuídate.

- colgamos, eran muy amables conmigo, el señor Loringh quería que le hablara por su nombre de pila y a su esposa igual, se me complica mucho, es como si les faltará al respeto.

- Sam y Daltton habían llegado a la ciudad, Ludo fue por ellos al aeropuerto.

- buenos días señor Loringh, Licenciado Escobedo, tuvieron buen vuelo.

- buen día Ludo contestan los dos hombres, como va todo por acá pregunta Sam.

- todo bien señor, su señora esposa está en la empresa.

- le daría una sorpresa a mi querida.

- tengo hambre, pediré a Ludo que me lleve a comprar algo, tomo algo de dinero de mi bolso y mi celular, bajo por el elevador y voy directo al estacionamiento, no está el auto.

- marco a Ludo y al instante responde.

- donde andas Ludo.

- señora salí hacer unas vueltas que me pidió el señor Loringh, le dejé dicho en recepción por si me ocupaba, necesita algo

- pensé en decirle que me trajera algo de comer, pero tal vez tardaría y yo tenía hambre.

- No Ludo sigue con lo tuyo le digo.

- voy a recepción y le digo a Verónica, que haga el favor de tomar mis recados, saldré a comprarme algo para desayunar por aquí cerca, ella se ofrece a traer mi desayuno, le doy las gracias y le contesto que iré yo, que no me tardaré, asiente con la cabeza y me despido, ahora vuelvo le digo a la recepcionista.

FORZADA A CASARMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora