Capitulo 8 EL VIAJE DE TRABAJO

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- Llegue a casa cerca de la una de la mañana, trabaje una hora más en mi despacho, me di una ducha y me fui a dormir, mi mente no dejaba de pensar en esa mujer, que tenía, que ya se había metido en mi mente y no podía dejar de pensar en ella, no sé qué tanto tarde en dormirme, pero creo que dormí cerca de una hora un poco más tal vez, hoy no tengo tiempo de hacer ejercicio, así que me voy a la ducha, me baño, me seco bien el cuerpo y voy a mi armario, escojo un traje azul marino con una camisa blanca y una corbata color vino, zapato a juego con mi traje de diseñador un poco de perfume y listo, en el estacionamiento ya me esperaba Ludo para llevarnos al aeropuerto, pero antes tenía que pasar por la señorita Lotte, cuando llegamos vi que iba bajando de un taxi, le pedí a Ludo que se acercara para que ella subiera.

- cuando bajo del taxi veo un auto muy lujoso un BMW para ser exacto que se acerca, bajan la ventanilla y era el maldito de mi jefe, solo dijo suba y subió el vidrio de su puerta, hay tan temprano y estaba que echaba chispas del coraje, por lo menos un bueno día decía yo mientras me subía al auto, es un maleducado, me subo y doy los buenos días al chófer por qué al bruto de al lado no me interesaba darle nada, señor puedo preguntar a dónde vamos.

- iremos a verificar que todo marche bien en la empacadora de la empresa en Sinaloa.

- como diga señor, pero por qué yo y no Matilde, creo que ella conoce más sobre la empacadora, le digo.

- Señorita Lotte por qué usted es mi secretaria, usted está aquí para aprender, Matilde pronto dejara su puesto y usted necesita estar a un buen nivel para manejar todo lo de la compañía, es demasiado para usted, tan incompetente se siente de no poder realizar el trabajo, vaya que clase de secretaria me conseguí.

- por supuesto que no, solo que....

- nada señorita Lotte usted va a trabajar y dejar de poner pretextos, si quiere renunciar es ahora, pero ya sabe las consecuencias.

- hay maldito desgraciado como lo odiaba, quién se cree, pero le demostraré que puedo con esto y más, el muy imbécil.

- pensé le digo a Sarah, bueno olvídelo ya veo que usted se rinde muy fácil, recuérdeme cuando regresemos a la empresa pera que firme su renuncia, yo necesito gente capacitada, no con actitudes tan lamentables como usted señorita Lotte.

- no señor, nunca me rindo ante nada, yo solo decía por qué se nota a leguas que yo no le caigo bien, que solo me tiene como su secretaria para molestarme

- río por su comentario, que lástima que solo la tengo como mi secretaria, por qué te imaginas señorita Lotte las ganas que tengo de ponerla bajo de mí y comerme ese cuerpecito.

- que le pasa, volteo de reojo a ver a Ludo, para ver si había escuchado lo que me había dicho mi jefe y parece que si por qué estaba sonriendo, siento mi cara arder por pena, con solo imaginar las manos de Sam recorrer mi cuerpo, con esos labios, basta digo a mi mente, no puede ser que esté pensando eso, acaso me estoy enamorando del idiota engreído, no, no, no, apenas lo conozco y es un imbécil de primera que solo me provoca enojo y hace que moje mis pantis, con su voz seductora, basta me reprendo de nuevo.

- Sarah se ha puesto roja por lo que le eh dicho, pero que ganas de lamer cada parte de su cuerpo hasta escucharla decir que quiere más, no sé qué me pasa con esta mujer, pero siento un deseo feroz por ella, tendré que hacer algo, por qué Sarah Lotte será mía de una forma u otra, tanto que mi amiguito está que explota dentro de mis pantalones, llegamos al aeropuerto ya estaba un avión esperando, bajamos del auto y caminamos hacia el avión, nos recibe el capitán Andrade.

- Señor Loringh, señorita, buenos días, estamos listos para cuando diga señor.

- entonces vamos capitán dice mi jefe, nos subimos al avión, era pequeño tenía seis asientos todo muy elegante, el jefe se acomodó en el primer asiento era muy espacioso y cómodo, yo me senté en los asientos de atrás, de repente voltea a verme.

- que hace ahí, aquí la quiero trabajaremos mientras volamos.

- hay como lo odio, sé que se está vengando, por lo que pasó tengo que aguantar, no puedo darme el lujo de perder mi empleo, así transcurrió el vuelo, revisando papeles, corrigiendo algunas cosas, de vez en cuando rosábamos nuestras manos y cada vez que pasaba sentía como si recibiera una descarga eléctrica.

- era un martirio tener a Sarah tan cerca de mí, pero era necesario, su olor me vuelve loco, me excita, el roce de nuestras manos, quisiera tomarla ahora y penetrarla duro hasta hacerla gritar de placer, aterrizamos en el aeropuerto de Sinaloa, ya había un chófer esperando, subimos al auto.

-el camino a la empacadora se me hizo muy largo, pues el solo hecho de estar tancerca de Sam, me excitaba, por fin llegamos nos recibe el gerente regional dela planta y nos invita hacer el recorrido del proceso de producción y envasadodel producto, en el camino él va presentando al señor Loringh con el personal,se ve que esté hombre sabe lo que hace.

FORZADA A CASARMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora