CAPITULO 52 LA HISTORIA DE MIS SUEGROS

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- Amor cuando me contaras sobre tus padres, se que es un tema difícil para ti, sabes que pronto tendremos una hija y ella querrá saber de sus abuelos, no quiero presionarte, solo piensa que será menos difícil si lo platicas conmigo para cuando nuestra pequeña pregunte por ellos, le va a extrañar ver solo a mis padres y se que preguntara por los tuyos que le dirás, Sarah había dejado de comer su cara había cambiado, su rostro se volvió serio.

- Por qué Sam insistía con lo de mis padres era algo muy triste para mí, en parte tenía razón, nuestra beba en algún momento preguntara por ellos, me puse de pie, sabes Sam no es un tema del que me guste hablar para mi es una historia muy triste, pero esta bien te contare, solo te pido que me dejes hablar hasta el final.

- Tranquila, si no quieres lo entenderé sé que es algo difícil para ti.

- Mi padre era sastre de los mejores, mi madre atendía la casa, a mi padre y a mí, cuando papa se llenaba de trabajo mama le ayudaba con las costuras, no éramos ricos pero por lo menos, no hacia falta la comida, la casa donde vivíamos papa la había comprado con el dinero de su trabajo, era una casa pequeña, tres habitaciones cocina y baño, en una dormían ellos, en otra estaba yo y la tercera la acondicionaron como taller, ahí era donde mi padre atendía a sus clientes, papa fue hijo único, sus padres habían muerto jóvenes y mi padre quedo solo, un vecino de mis abuelos que vivía solo acogió a mi padre y le enseño el oficio de sastre, papa nos contaba a mama y a mí que el señor que lo había ayudado, había sido como un padre para él, mi padre lo quiso mucho, el abuelo yo no lo conocí, tenia otros hijos que no iban a visitarlo, hasta el día en que el murió, echaron a mi padre de su casa, papa nos contó que el había ahorrado de lo que el abuelo le daba por que sabía que cuando el muriera sus hijos irían a reclamar lo que era de ellos y a mi padre lo dejarían fuera de todo y así fue.

- Veo a Sarah pensativa, la veo tomar asiento beber un poco de su jugo, da un suspiro y continúa contándome.

- Papa dijo que trabajo mucho, en muchas partes, con el dinero que había ahorrado, rento un cuartito y trabajaba todo el día, a mi madre la conoció ya que por fin papa había conseguido un trabajo de medio tiempo en una sastrería, mama llego a que le hicieran un abrigo, según mi padre mi madre era de buena familia, de ahí se enamoraron, empezaron a salir, la familia de mi madre no aceptaba la relación, para no hacerte el cuento mas largo, papa se lleva a mama a vivir a otro estado, ella estuvo de acuerdo en vivir con el ya que se amaban y mi madre ya estaba embarazada de mí, recuerdo que siempre se hacían bromas uno al otro, mama siempre sonreía y ayudaba a mi padre en todo lo que podía, incluso yo ayudaba acomodar los hilos por colores, vivíamos felices, la familia de mi madre perdió todo lo que tenían, mama tenia otra hermana, un día ella llego a nuestra casa y pidió ayuda a mama, le dijo que no tenia donde quedarse y se invento una historia, de los abuelos maternos no se que paso con ellos no me preguntes.

- Esta bien amor no preguntare, continua.

- La tía acostumbrada a la buena vida y a que la atendieran, me saco de mi habitación, a mi mama la trataba mal cuando papa no estaba, por que si mi padre se daba cuenta la echaría de la casa, mama no decía nada por no afectar a su hermana ya que no tenia a donde ir y no sabia hacer nada, ella solo pedía y se le tenia que dar, tanto mama como yo hacíamos lo que decía, nos amenazaba con quemar el negocio de papa o de matarlo, yo tenia diez años y odiaba a esa señora, había llegado a cambiar nuestras vidas, mama ya no sonreía, papa solo trabajaba para no ver a esa mujer un día las telas que papa esperaba no llegaron debido a que el camión que las transportaba tuvo una falla, papa le pidió a mi madre que lo acompañara, yo quería ir con ellos pero papa no me dejo acompañarlos, ese día más tarde hablaron a la casa para avisar que mis padres habían tenido un accidente, la tía había atendido la llamada.

- Sarah empieza a quebrarse, no quiero interrumpirla necesito saber que paso, toma aire y continua.

- Cuando pregunte a mi tía quien era me dijo que era la policía que mis padres habían muerto, te imaginas como me sentí la maldita bruja lo estaba disfrutando, yo empecé a llorar, gritaba a mama y a papa quería verlos ella se reía en mi cara y me decía que ya habían pagado lo que habían hecho, Sam ellos no le habían hecho nada a nadie, solo se enamoraron y formaron su familia, es era el gran pecado, todo paso tan rápido, en cuanto entregaron los cuerpos fueron enterrados, la muy maldita hizo todo a su antojo, vendió la casa y junto con ella el negocio de papa, nos venimos a México y a mí me dejo abandonada en una plaza, jamás la volví a ver ni a saber de ella.

- Amor lo siento mucho.

- Sabes Sam lo peor, antes de dejarme en la plaza me dijo que ella había dañado los frenos de la camioneta de papa, que ella los había matado, aún recuerdo su cara de burla la muy maldita.

- ¿Qué paso contigo después que te dejo en la plaza que hiciste donde viviste?

- Una monja se acercó a mí, me vio llorar y me pregunto que por que estaba sola y por que lloraba, le dije todo lo que había pasado ella me ayudo la madre Sofía, me llevo a su convento, con cariño me cuido y me llevo a la escuela, por ella estudie la carrera de recursos humanos, ella no tenia mucho dinero y con lo poco que soportaban al convento, así fue como termine mis estudios, cuando por fin conseguí trabajo y pude rentar un cuarto para quedarme ya que había estado más en el convento de lo permitido, sabes que a los niños hasta que cumplen su mayoría de edad se les es permitido permanecer ahí, las madres me acogieron y me adoptaron y escondían, cada fin de semana iba a visitarla a la madre superiora le gustaba mucho los dulces típicos, siempre trataba de llevarles algo, pues no era mucho lo que ganaba, deseaba darles mas pero apenas me alcanzaba, hasta que conseguí empleo en la empresa de tu padre que ahora es tuya, pude cambiarme a un departamento un poco mas grande y cerca de mi trabajo, podía ayudar un poco mas a la madre Sofía, a año y medio de trabajar en Loringh company, me avisaron que la madre había muerto de un infarto, no lo podía creer la gente que amaba me abandonaba, sufrí mucho.

- Amor lo siento mucho perdóname por hacerte recordar tan difíciles momentos para ti, le decía mientras la abrazaba para consolar su llanto.

- El día que fuimos a casa de tus padres, vi como se llevaban tu mama y papa, me hicieron recordar a los míos, cuando me preguntaste por mis padres me sentí muy mal, veía tu familia contenta en ese momento sentí envidia yo no tenía a los míos ni a nadie.

- Lo siento amor, no lo sabia en ese momento, me tenías a mí.

- Como si me estabas amenazando para que me casara contigo, no podía confiar en ti.

- Tienes razón bonita fui un canalla contigo me porté muy mal, pero no quería dejarte ir.

- Esa es mi historia ahora ya lo sabes.

- ¿De tu tía jamás supiste nada?

- No y la verdad no quiero saber, no me interesa nada de ella o lo que haya pasado con su vida.

- Gracias por contarme amor, se que fue difícil, ahora me tienes a mi y pronto a nuestra hija.

- Lo sé, gracias por escucharme ahora me siento mejor de haber sacado eso, la madre Sofía solo sabia una parte de mi historia.

- Que paso con el convento donde se ubica.

- Ya no existe, derribaron todo y a las madres las mandaron a diferentes estados y conventos.

FORZADA A CASARMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora