FORZADA A CASARME

CAPITULO 29 EL FASTIDIOSO DE MI ESPOSO

- señora Loringh donde ha estado la eh buscado por todo el centro comercial y en ninguna parte las encontré ya había pasado por aquí.

- que pasa Ludo, por qué me buscas con tanta urgencia, solo me hubieras marcado a mi celular y no habrías corrido tanto.

- señora su celular lo dejo olvidado en el auto, el señor Loringh ha estado llamando.

- es verdad que cabeza la mía, lo siento Ludo te hice buscarnos por todo el centro, dijo algo el señor.

- no señora solo me pidió que la buscará, que quiere hablar con usted, tome aquí está su teléfono.

- gracias Ludo más tarde le hablo, vámonos ya se nos hace tarde para regresar al trabajo.

- señora donde están sus bolsas de compras dice Ludo.

- verás Ludo le dice Danna, no te molesta que te llame por tu nombre cierto.

- no señorita Danna, para nada.

- bueno te cuento que aquí tu querida jefa, es muy quisquillosa, nada le gustó de lo que vimos por eso es que no compramos nada.

- ya, no soy quisquillosa, solo que no me gustó nada de lo que vi, después vendré con más calma. ahora vámonos por qué llegaremos tarde al trabajo, Ludo podrías pasar a comprar unas hamburguesas, que por andar recorriendo tiendas no pudimos ni comer, tu comiste le digo a mi chófer.

- si señora ya lo hice.

- Llegamos al restaurante de hamburguesa, las solicitamos para llevar, no tenía mucha hambre, pero ahora que mi bebe se está desarrollando, necesito comer, solo está vez comeré eso, con los estudios y la consulta ya no nos dio tiempo para comer, llegamos justo a la hora de entrada a la empresa, nos bajamos del auto y nos despedimos del chófer, agradecí a Danna por haberme acompañado y cada una siguió su camino a nuestras respectivas oficinas.

- apenas estaba acomodando mis cosas cuando suena el teléfono, era Sam, estaba tan enojada con el que no quería ni siquiera escuchar su voz, sonaba una y otra vez, hasta que suspiré para poder hablar calmada, contesto y antes de decir hola Sam me está gritando por el teléfono.

- se puede saber dónde demonios estabas que no contestas el maldito teléfono, ah cierto, la señora lo olvido en el auto, fue a propósito o de verdad se te olvidó, así como se te olvidó regresar mi llamada, hablé con Ludo y me dijo que ya hace rato tenías tu teléfono, por qué no marcaste.

- estaba que me llevaba la fregada quien se cree este tipo. ya terminaste le contesto a Sam con ironía, uno no olvide el teléfono a propósito, dos, puedo ir a dónde yo quiera, no sabía que tenía que pedir permiso y tres, Danna estaba conmigo y decidí esperar a llegar a la oficina para regresar tu llamada, apenas estoy llegando, te contesto y lo primero que haces es gritarme. que te aguante otra por qué yo no pienso soportar tus gritos entendiste señor Loringh, que es tan urgente que no puedes esperar.

- escuchaba como Sarah me enumeraba con mucha ironía las cosas que le había preguntado, si es verdad pensó Sam, no debí hablarle así, estaba desesperado pudo haberle pasado algo. no te pases señora Loringh, no hay tal urgencia solo quería saber si estabas bien, Ludo será castigado por esto, no debe perderte de vista.

- vaya por dios Sam que diablos te pasa, por qué me quieres tener vigilada, Ludo no tuvo la culpa estás demente, para tu información estoy bien y le cuelgo el teléfono.

- maldita sea estoy furioso golpeado la mesa, esta mujer me saca de quicio, que voy hacer con ella, tengo que regresar pronto, la extraño y según me dijo el chófer está mañana la había visto muy pálida, la muy ingrata no me dio oportunidad de preguntarle si se sentía bien.

- loco imbécil, quién te crees Samuel Loringh para hablarme así, te estás divirtiendo de lo lindo con otra mujer y quieres controlarme a mí.

- pensaba en Sarah, deseaba estar con ella, disfrutaba hacerle el amor, recorrer cada parte de su cuerpo con mis manos y lengua, su rincón húmedo, me gustaba su sabor dulce, su aroma, toda ella, mi querido amigo se ha despertado, con solo recordar a mi bonita, tendré que darme un baño de agua fría.