Capitulo 49: vagar

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Jon se sumergió aún más en la oscuridad del bosque, sintiendo la frescura del aire entre los árboles. Cada paso parecía llevarlo más lejos de su vida en el campamento. Sus pensamientos se volvieron un laberinto de dudas y temores. Reflexionaba sobre la posibilidad de regresar, pero la idea de estar allí hasta los 18 años lo llenaba de desesperación.

La monotonía, las reglas, la falta de libertad, todo eso le oprimía el pecho. Sin embargo, la alternativa de enfrentarse a las calles, con su crueldad y peligros, lo paralizaba de miedo. Recordaba el ataque con la piedra, el dolor, la sensación de vulnerabilidad extrema. Esa imagen lo perseguía, haciéndole temblar las manos. Sabía que afuera estaría solo, expuesto, sin protección alguna. La idea de morir en las calles, olvidado y abandonado, lo helaba hasta los huesos. Pero a pesar de todo, la sola idea de permanecer encerrado, limitado lo que queria lograr, lo empujaba a seguir adelante, buscando desesperadamente una salida.

El sol se filtraba entre las ramas, iluminando el sendero ante él como si fuera una señal de esperanza. Tenia que llegar rapido a la ciudad o sino lo encontrarian fácilmente. Dejo de caminar para empezar a levitar y poder sobre volar todo el bosque con rapidez, no tenia todo el tiempo del mundo.

Aunque aún tenia algo que lo molestaba, ¿Quien rayos atacaria el campamento?

Sabia que habian muchas personas que se aprovecharian de la vulnerabilidad de muchos futuros heroes, pero quien tenia la fuerza suficiente como para atravesar una barrera creada por el mismo Batman.

Su mente maquinaba posibles candidatos: ¿un enemigo del pasado de Batman con acceso a tecnología avanzada? ¿Alguien que había estudiado minuciosamente las defensas del campamento y había encontrado una vulnerabilidad? Las posibilidades eran intrigantes y preocupantes al mismo tiempo.

Tal vez deberia buscar a alguien que sepa mas sobre el tema... 

Mientras descendía suavemente hacia el callejón, el ruido del tráfico y las luces distantes se desvanecían, sumergiéndolo en un silencio inquietante. Al salir de la nave, un halo de penumbra envolvía los callejones estrechos, donde la luz apenas se filtraba entre los edificios altos y deteriorados. Al levantar la vista, notó la icónica arquitectura de Gotham, pero algo estaba diferente. Las paredes de los edificios parecían más desgastadas, los carteles publicitarios más apagados y las calles más sucias. Una sensación de nostalgia lo invadió, recordándole tiempos pasados cuando la ciudad estaba más viva y vibrante.

-Tal vez Batman no hace tan bien su trabajo.

O tal vez era porque faltaba alguien.

Jonathan se topó con un restaurante chino de aspecto acogedor en una callejuela tranquila. Con el estómago rugiendo, entró con la esperanza de satisfacer su apetito. Tras hojear el menú con entusiasmo, pidió su plato favorito y esperó con impaciencia mientras el aroma delicioso llenaba el aire.

Al llegar su orden, saboreó cada bocado con deleite, disfrutando de la explosión de sabores en su paladar. Sin embargo, al llegar al final de su festín culinario y solicitar la cuenta, se dio cuenta de un pequeño detalle: ¡No tenia dinero!

Con una expresión de consternación, palmeó sus bolsillos vacíos y miró alrededor con nerviosismo, como si esperara que la solución a su dilema cayera del cielo. Mientras tanto, el camarero lo observaba confuso.

-¿Tiene algún problema?- preguntó el camarero con una sonrisa burlona.

Jonathan sonrió con incomodidad, admitiendo su descuido mientras ideaba un plan para solucionar su pequeño percance financiero en la gran ciudad de Gotham.

Ni siquiera traia teléfono para llamar a alguien, se lo habian quitado ni bien llego al campamento.

Por una mierda.

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