Capítulo 64: ¿Juntos?

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Jon miró al agente y al médico con renovada desconfianza. Si Thalia había planeado todo tan meticulosamente, no había razón para creer que no hubiera infiltrado a sus aliados también. Tenía que actuar solo.

Esperó a que el médico y el agente se distrajeran con la coordinación de la supuesta misión de rescate. Aprovechando el momento, con gran esfuerzo, se quitó los cables y la máscara de oxígeno. Sentía una punzada de dolor con cada movimiento, pero tenia que estar de pie.

Miró a su alrededor, buscando algo que pudiera usar como arma o apoyo. Encontró una barra de metal, probablemente parte del equipo médico, y la usó para apoyarse mientras se dirigía a la puerta. Cada paso era un desafío, pero sabía que no podía detenerse.

Abrió la puerta y se deslizó al pasillo, manteniéndose cerca de la pared para no perder el equilibrio. Tenía que encontrar a Damián y hacerlo rápido. Thalia no tardaría en notar su ausencia.

El hospital estaba sorprendentemente silencioso, lo que hacía que cada sonido que él producía pareciera amplificado. Se movía con cautela, sabiendo que cualquier encuentro podría ser desastroso.

Llegó a una intersección y se detuvo, escuchando atentamente. Podía oír voces en la distancia, y entre ellas reconoció una voz que le era familiar: Damián. Siguiendo el sonido, se deslizó por los pasillos hasta llegar a una puerta ligeramente entreabierta. Miró a través de la rendija y vio a Damián, conversando con uno de los médicos que parecía ser parte del equipo de Thalia.

Con el corazón acelerado, decidió que no tenía tiempo para planes complejos. Empujó la puerta con fuerza y entró en la habitación, sorprendiendo a todos adentro. Damián se giró hacia él, sus ojos llenos de confusión y sorpresa.

-¡Damián! -gritó Jon, su voz quebrada pero urgente-. Tenemos que irnos, ahora. Thalia está detrás de todo esto. Nos está usando a ambos.

El médico intentó acercarse a Jon, pero este levantó la barra de metal en señal de advertencia.-¡Aléjate! -advirtió, su mirada fija en Damián-. Ella está poniendo a todos en peligro, incluyendo a Batman y Superman. Tienes que creerme.

Damián miró a Jon con escepticismo, pero había una chispa de reconocimiento en sus ojos. La lealtad y la amistad que habían compartido no se habían desvanecido por completo.

-Eso ya lo se... -murmuró Damián.- Debes quedarte ahí Jon, sino lo haces te matara como lo va a hacer con los demás que se opongan a ella.

Sintió un nudo en el estómago al escuchar las palabras de Damián. La frialdad en su voz, mezclada con la desesperación oculta, le dejó claro que Damián ya estaba atrapado en las garras de Thalia más de lo que había imaginado.

-No puedo quedarme aquí, Damián -dijo Jon con firmeza, aunque su voz temblaba por la emoción-. Si lo hago, ella ganará. Y no solo nosotros, sino todos los que amamos estarán en peligro.

Damián apretó los puños, su expresión conflictuada. El médico intentó intervenir de nuevo, pero Damián levantó una mano para detenerlo. Había un destello de esperanza y resolución en sus ojos, un reflejo de la amistad que había compartido con Jon durante tantos años.

Jon sintió que su desesperación crecía al escuchar la fría resolución en la voz de Damián. No podía creer que su amigo estuviera dispuesto a aceptar el plan de Thalia sin luchar.

-¡No puedes hacer eso, Damián! -exclamó Jon, su voz temblando de desesperación-. Si te quedas aquí, ella ganará. ¡Tienes que venir conmigo!

Damián apretó los puños, su expresión endurecida por la determinación-¡No lo entiendes, Jon! -gritó, sus ojos brillando con una mezcla de ira y tristeza-. Ella siempre está un paso adelante. Si te vas, te encontrará. Si me voy contigo, todos los demás pagarán el precio.

No te voy a abandonarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora